- Dieciséis -

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Cuando el concierto acabó, todos habían quedado muy cansados, en especial los chicos. Ange y JinHee iban camino a casa, el auto viajaba a una velocidad considerable y ellas en silencio escuchaban la suave melodía de la radio.

Ange ya sabía todo lo que le había sucedido a JinHee, y en sí, se sentía aliviada viendo como su pequeña prima no borraba esa sonrisa atontada del rostro. Ella llevaba el codo apoyado en el borde de la ventanilla, y su barbilla descansaba en la palma de su mano.

Los ojos se posaban en cada edificio de la ciudad, cada persona, tienda o calle, aunque pareciera estar conociendo Seul ahora mismo, la verdad es que simplemente imaginaba y soñaba como cualquier otra chica de su edad enamorada.

-Hey, JinHee -llamó Ange captando la atención de la menor- ¿tienes hambre?

-Un poco -le respondió ladeando la cabeza- ¿por que?

-Vamos por jjajangmyeon y luego volvemos a casa, ¿que te parece? -propuso, Hee asintió sonriente.

-Vamos

• • •

-Uh~ ¡huele delicioso! -dijo Hee juntando sus manos con emoción.- ¡yah! ¡no hagas eso! -se quejó de la rubia que sacaba el huevo frito de encima de sus fideos y se lo dejaba en el plato a ella.

-Tch, come, come, se lo mucho que te gusta...

JinHee resopló y revolvió los fideos junto a los huevos con sus palillos, enrolló un poco en estos, se los llevó frente a su boca para soplar, y dejando su mano abajo para no ensuciar se lo ofreció a Ange.

-Come -le dijo, su prima le reprochó con la mirada pero aceptó gustosa.

Esto era algo que hacían cuando estaban en la High School, las pocas veces que JinHee asistía ya que siendo trainee, las prácticas y preparación en la empresa abarcaban la mayor parte de su tiempo.

La última vez fue días antes del accidente, celebraban que Ange iría a pasar su Universidad en Estados Unidos y que JinHee estaría a punto de debutar. Pero el accidente ocurrió cuando Ange recientemente llegaba a dicho país, enseguida quiso volver al saber el estado emocional de su pequeña prima, y estuvo con ella unos días.

JinHee seguía realmente mal, se encerraba en su cuarto, no comía, no hablaba, y aveces le daban ataques de impotencia cuando caminaba con dificultad o cuando se sentía desorientada, por lo cual debía tener una persona que la guiara y acompañara, fue como llegó Nana.

Ange, claramente quería ser esa persona, sabía que sus tíos eran buenos pero no pasaban el tiempo suficiente con su hija como para darle el apoyo que necesitaba, pero lamentablemente debía volver a Estados Unidos para culminar sus estudios, y así fue.

Para ella, fue un gran alivio saber que JinHee estaba mejorando, ya paseaba por si sola, aprendía a leer en braille y comenzaba a aceptarse, proceso largo y duro, pero lo logró.

Ahora la veía comer con entusiasmo frente a ella, cambiada, tanto física como emocionalmente, ahora con 21 años, JinHee tenía sus rasgos más definidos, un cuerpo digno de una chica de su edad y la voz madura, pero seguía teniendo la misma alma de niña mimada de siempre.

-¿Que? -preguntó la castaña al levantar su vista y notar que su prima la miraba con detenimiento y ternura.

Ange suspiró negando con la cabeza poniendo una mueca de desaprobación en su rostro.

𝒀𝑶𝑼𝑹 𝑬𝒀𝑬𝑺 𝑻𝑬𝑳𝑳 / 𝗝𝗝𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora