Experimento K.A.R.4.

Capítulo 50 La tarde en la que lloraron las gaitas

Lena

Nada en esta vida te prepara para recibir una noticia tan dolorosa, nada en esta vida es tan frágil y efímera como la propia existencia, con tan solo tres palabras ya sabes lo que se avecina y sin poderlo detener solo te hechas a llorar –lo siento mucho– dijo el doctor al momento que me desmoronaba en los brazos de Kara –hicimos todo lo que pudimos –

la mano de Kara no dejo que me cayera, a lado mío estaban Alex y el detective Stone que se sumaron al silencioso dolor que me acongojaba, Kara me tomo entre sus brazos para abrazarme con todas las fuerzas que podía otorgarme sin partirme en dos, mi tierno cachorro coloco su cabeza en mis oídos – te amo Lena, mi corazón coparte tu dolor pero debes de ser fuerte para llegar con tus padres – dijo mi amor, Alex estaba tramitando algunas cosas con respecto al cadáver cuando vi que lo sacaban en una bolsa en medio de una escolta –

–¿A donde lo llevan?– dije señalando el cortejo marcial que llevaba a mi hermano

–Lena.... es obligatorio que se transporte el cadáver hasta Londres para hacerle una autopsia de rigor– me miro con una cara que no supe registrar, tal vez no era no había estudiado neurolingüística como Sam pero estaba segura de que Alex me mentía – nos llevaran su cadáver hasta Irlanda donde pagaremos todos los gastos de su funeral, no te preocupes por nada, déjalo en nuestras manos–

–Señorita Lena lo siento tanto– dijo Stone quitándose el sombrero –debo de trasportarlas hasta el hangar donde tomaran un jet privado que las llevara hasta su casa–

– ¿y Lex....? ¿Y Alex....? ¿Y que hay de Sam y Ruby? – pregunte

–una escolta especial vendrá por ellas para llevarlas hasta Edimburgo, Sam debe de permanecer un día aquí por su cesárea de emergencia, debería de ir con sus padres para darles la noticia–

Por mi cabeza venían imágenes del momento que pudiera romperle el corazón a mi madre, mi padre recibiría la noticia dolorosamente claro está pero mi madre, con lo de su enfermedad no saldría librada tan fácilmente –podría llevarnos primero a Edimburgo, necesitamos recoger algunas cosas antes de partir hasta Irlanda, no se cuento tiempo vamos a estar ahí–

–Las acompañare hasta el aeropuerto de Moscú, un piloto y un agente las llevara hasta Edimburgo para después transportarlas hasta su destino en Louth, estarán seguras todo el tiempo –

–Lena, ¿podré ir contigo hasta la casa de tus padres? – mire al detective, no sabía si Kara estaba en custodia aun del FBI con lo acontecimientos era claro que alguien nos debía una respuesta

–No lo sé cariño–

–Kara deberá de permanecer en su custodia total, el doctor Alexander era el responsable de Kara pero la dejo a usted por si él llegaba a faltar, o si no nuestra organización se hará cargo de ella, como usted elija– con certeza sabía que nadie me separaría de ella hora que soy solo yo su completa responsable

–entonces vámonos a casa amor, creo que en las perores circunstancias aún podría presentarte oficialmente con mis padres– Kara puso su cara como si le hubiese dicho que gano la lotería –y no hay nada n este mundo que necesite ahora mismo que tus brazos–pero la melancolía regreso como fiel recordatorio a mi luto

Llegamos dos días después hasta Louth, Kara necesitaba ropa, en el laboratorio solo andaba con pants y sudadera, el uniforme militar no era una opción así que antes de llegar con mis papas pasamos a Dublín, la pequeña escolta nos dejó un rato en soledad en lo que encontrábamos algo formal para el funeral y para los días que estuviéramos ahí

–necesito un pantalón formal, dice Sam que no hay cosa más importante al principio de una relación que dar una buena imagen a tus suegros – mi bello y tierno demonio de Tasmania cada día me sorprendía más, no podía dejar de pensar en Lex y en mis padres pero Kara me hacía olvidar hasta el más grande dolor –necesito una corbata y un saco, en mi enciclopedia podía leer que los sacos de mujer están de moda, aunque no entendía la palabra hasta que la busqué–