capitulo 61 Mi amiga Nia

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La nueva tenía dos días hecha bolita sobre su litera, no la había visto comer, no la había visto dormir, la alta rubia no tena tatuajes ni cicatrices, no se veía que fuese alcohólica o drogadicta, era bastante guapa y demasiado musculosa lo que hizo a nía mantener su distancia, ya antes haba sufrido de golpizas dentro de su celda y no deseaba agregar otra a su lista

Kara estaba en una celda con una reclusa a pesar de las advertencias de su abogada con la juez entorno y aunque Kara no era para nada agresiva aun había esa necesidad latente de salvaguardar la integridad de las personas aun cuando todas estas fueran las más peligrosas del planeta

–Lena...Lena.... – sollozaba la rubia, nía asomo su cabeza hacia la cama de arriba pensando que la rubia estaba tocándose –lenaaaa–

–bah, esa tal Lena debe de ser preciosa para que te toques así– dijo al aire pensando que nadie la escuchaba

De pronto una cabeza se asomó espantando a la castaña que estaba leyendo en la cama de abajo –mi esposa es la mujer más hermosa del planeta– dijo con los ojos rojos pero sin ninguna lágrima visible

–eres de club– dijo nía alzando los pulgares de manera amistosa – hola chica, soy Nía Nail y voy a ser tu compañera de celda– nía salió d su cama y se puso de pie mirando a Kara que no tardó en hacerse bolita abrazándose a sus piernas dobladas –oye no seas tímida, vamos a estar un buen rato aquí así que es mejor hacernos amigas, ¿no lo crees? –

–Mi esposa va a venir por mí– era conmovedor la confianza que depositaba en aquella persona tan especial

–oye, por lo que he oído estas condenada por asesinato así que no esperes que esto se resuelva pronto, yo llevo cinco años aquí–

– ¿Por qué estás aquí? –

–por el mismo crimen que tú– dijo la pequeña castaña, se ajustó los lentes y subió hasta la cama de la nueva adquisición de la prisión federal de camp Anderson –mi padre era un maldito, y créeme cuando te digo que se lo merecía.... ¿tú a quien mataste? –

–a dos soldados, pero fue sin querer, no era consciente de lo que hacía–

–oh no me digas que estas cuu, cuu – preguntó cantarina moviendo sus manos alrededor de su cabeza de forma graciosa, Kara sonrió, después de todo no era tan mala persona

–soy un poco volátil, pero no soy mala, necesito estar cerca de Lena, ella controla mi furia –

–oye, no eres de este país cierto– nía alzo la cabeza de cara para analizar sus facciones – no te han dicho que cosas horrorosas vas a vivir aquí.... eres mi bonita Kara, y va a haber chicas muy pesadas allá afuera que van a pelear por ver quién te coge primero–

–Dices muchas malas palabras–

–cálmate cariño– dijo nía–todas hemos pasado por eso, somos las perras de alguna perra mas fuerte, así de simple.... Mañana te darás cuenta cuando salgas al patio o cuando nos toque ir por nuestra comida–

–Oh no puede ser, necesito m estanque– Kara comenzó a golpear su cabeza con sus rodillas –necesito a mi esposa– la ruaba sollozaba pero sin lágrimas visibles

–cariño, te doy un consejo, duerme n poco, sé que es difícil procesar todo este embrollo de un solo golpe, pero relájate, vamos a jadearnos a todo mundo mañana, si–

Kara no sabia ni que pensar, le había prometido a Alex que no escaparía, Lena debía de estar en camino para rescatarla, sus suegros deberán de estar buscando la manera de cómo sacarla de ahí, se abrazó más a sus piernas y se dejó caer de lado mirando hacia la pared y así se quedó por mucho tiempo hasta que sin darse cuenta amaneció

Experimento K.A.R.4.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora