Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 6[1/2]

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—Uh —digo, la ira tragada por la sorpresa—. ¿Qué?

Tae suspira y se pasa las dos manos por el pelo, haciendo que caiga alrededor de la cara en olas desordenadas.

—Mierda. Esta no es la forma en que quería decírtelo.

Comienza a mirar alrededor de la cocina como si una puerta se abriera mágicamente en la pared. Finalmente, vuelve a suspirar y se pone de pie derecho, como si se estuviera forzándose a quedarse quieto.

—Mira, está bien. Tuve un problema de drogas. —La voz de Tae es tranquila. Un poco temblorosa—. Estaba.... metido en algo malo y yo.... Sigue siendo una lucha para mí a veces, y una cosa que me ayuda a mantenerlo bajo control es no estar cerca de gente que está intoxicada.

No tengo ni idea de qué decir a eso. No es difícil imaginarse a Tae metido en algo malo. He notado la forma en que la gente lo mira, como si fuera una amenaza. Cuando camina de noche, me ha dicho, las mujeres cruzan la calle para no pasarlo, y sé que le molesta, aunque él lo entienda. No, es la idea de que Tae esté indefenso, fuera de control, lo que no encaja con la forma en que pienso de él.

Me mira incierto y de repente me doy cuenta que no he dicho nada.

—Um. Vale. —Quiero ser tranquilizador, pero estoy bastante seguro que parezco confundido. Lo intento de nuevo—. ¿Pero ya paraste?

Tae hace una mueca de dolor, su expresión es mitad resignación y mitad vergüenza.

—Lo deje en la cárcel. —Lo dice rápido, como si pudiera lanzar las palabras.

Espera, ¿qué? Esto es como un especial extracurricular realmente malo donde el entrenador de fútbol totalmente normal confiesa que solía ser un drogadicto y que estaba en una secta y que había matado accidentalmente a un pueblo entero con una bomba o algo así.

—Uh....

Cuando Tae se me acerca, de repente se ve increíblemente cansado.

—Mira, estoy seguro que tienes preguntas, pero no puedo hablarte de esto ahora mismo. Honestamente, no quería hablar de ello todavía. No es algo de lo que esté orgulloso, y me gusta conocer mejor a alguien antes de hablar de ello. Pero surgió y yo... —Sacude la cabeza—. De todos modos, tengo que irme.

Duda por un segundo con la mano levantada como si quisiera tocarme, estrechar mi mano o agarrar mi hombro, pero nunca lo hace. Se da la vuelta y entra en la sala de estar. Estoy bastante seguro que hay algo que debería estar haciendo. Algún protocolo que debería seguir para ser un buen amigo cuando alguien te confiesa algo, pero no tengo ni idea de lo que podría ser. El soju me pesa en el estómago, el sabor a metal en la boca.

De repente, lo de enviar libros a los prisioneros tiene mucho más sentido. Y me quedé allí y le dije que se suponía que la gente en prisión estaba siendo castigada. Dios, soy un imbécil.

Y no sólo por eso. Pero, honestamente, me hace sentir un poco mejor saber que Tae también ha jodido cosas en su vida.

 Pero, honestamente, me hace sentir un poco mejor saber que Tae también ha jodido cosas en su vida

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ᴀᴍᴅǫᴘ • sᴅɴᴘ_ᴠᴍɪɴ ||ʟɪʙʀᴏ 2||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora