Día 46: Venganzas

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Capítulo 19

Venganzas

Christa

Okay.

Sé que lo de ayer fue extraño, pero creo que...

-¡Christa! -llamó alguien desde el piso de abajo... MIERDA ES SARAH- ¡Liam! El inútil y yo cruzamos miradas con los ojos bien abiertos.

Holy shit.

Si la señora Black nos ve, moriremos.

Probablemente.

Corrí a mi habitación sigilosamente, impulsada por el temor -que no sabía que existía, hasta hoy- que me ocasionaba la señora Black. Una vez llegué a mi recámara, moví suavemente el pomo de la puerta, y en un salto, me metí entre las sábanas y fingí estar dormida.

-¡Liam Jhon Black Parker! -escuché gritar a Sarah, desde el dormitorio del idiota- ¡¿Por qué estás jugando Tekken en vez de vestirte para la iglesia?!

-Má... es que... ¡Christa también estaba jugando!

MALDITO.

Si alguna vez puse el odio que le tengo, en duda, ahora os juro que es oficial.

-¿Ah sí? -dijo la madre de Liam- ¿Y entonces dónde está Christa?

Touché, perra.

-No lo sé... -confesó en voz baja, pero pese a esto, lo escuché perfectamente.

Percibí el sonido de unos pasos y cerré los ojos, rezando internamente por que no me descubrieran.

-¿Ves Liam? -dijo con cierta malicia Sarah desde el umbral de mi puerta... o al menos así lo percibí- Está dormida. Parece un angel. No como OTROS.

Já.

-¡Está sonriendo! -chilló la voz de Liam- ¡Es obvio que no está dormida!

BÚSCATE TU MUERTE NATURAL, JODER.

-¿Acaso no puede estar teniendo un buen sueño? -terció ella-. ¿Sabes qué? Si no quieres ir, no vayas, tú problema. Te lo pierdes.

Esperé un tiempo prudencial y cuando sentí que la señora Black ya no estaba por allí; abrí los ojos lentamente. ¡MIERDA! Lancé un grito de susto y pegué un brinco en dirección opuesta al idiota, que de alguna forma, se había acercado demasiado a mi rostro -y cuando digo demasiado, es demasiado- tenía los ojos cerrados, y al escuchar mi gritito los abrió de golpe, y, de un salto, se levantó de mi cama... wait, ¿en qué momento se sentó en ella?

-¡Idiota, me asustaste! -le grité/susurré, incorporándome.

Él se limitó a ver el suelo, y bueno, como Liam que es, se rascó la nuca.

-De todas formas... ¿Qué pretendías? -inquirí reproduciendo la escena en mi cabeza.

El idiota se mordió el labio inferior, apretando los puños, y cuando hizo ademán para decirme algo, se giró y se fue de mi habitación.

Ah ok, claro.

Ciertamente, apoyo la teoría de que los hombres también pueden tener el período.

Solté un suspiro de derrota y miré en dirección a la ventana, dónde divisé a la señora Black con papá y Susy caminando hacia el templo de la ciudad.

Uf, de la que me salvé.

No me mal entiendan, no es que sea una atea hija de satán ni nada por el estilo, es sólo que... el padre local se la vive haciendo chistes malos eclesiásticos

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