Día 44: Temores

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Capítulo 21

Temores

Christa

-¿Segura que estás bien?

Puse los ojos en blanco aunque, obviamente, mi padre, al otro lado de la línea, no podía verlo.

-Que sí, aún me siento débil pero ya se me pasará. Mañana estaré como nueva. - tosí como para completar el efecto.

-Bueno, está bien, cariño. ¿Por qué no llamas a Erika para que vaya a casa durante el resto de la tarde?

-¡Papá! Podría pegársele algo.

-Bah, correré con los gastos.-bromeó.

Pude imaginar su amplia sonrisa, tan parecida a la mía en ese momento.

-Está bien, papá, pero luego serás tú quien se enfrente a la ira de la Sra. Miller si se le pega algo a mi mejor amiga.

Matthew soltó una carcajada.

-Vale, sólo procura no estornudarle en la cara.

Esta vez fui yo quien rió.

-Puedo hacer eso.

-Bien. Cuídate, pequeña, te quiero.

-Te quiero, papá.

Y colgué.

Me estiré como una estrella de mar y suspiré.

Qué.

Fastidio.

Pasar todo el día en cama fingiendo un dolor de cabeza y una toz horrible, a diferencia de lo que todo el mundo piensa, es agotador.

Sin embargo,  era necesario. No tenía ganas de toparme con Liam por nada del mundo por lo que me había hecho... bueno, admito que era más para verlo sufrir que por otra cosa. Realmente no era nada demasiado grave que él le dijera a todo el mundo que me gustaban las chicas cuando en realidad soy más heterosexual que...bueno que un heterosexual.

Así pues, quiero hacerlo sentir un poquito culpable - y tal vez ganarme más Tweenkies - antes de dirigirle de nuevo la palabra.

Si bien, lo de la repentina gripe tampoco era del todo mentira: me desperté con la cabeza dándome vueltas después de la cantidad de bebidas alcohólicas que ingerí ayer. Claro que no fueron muchas pero, tengo que admitir que, mi resistencia al alcohol es prácticamente nula. Una cerveza y es todo, me comienzo a portar como demente. Gracias a Dios, el idiota enfermo e imbécil, estaba allí, cargando con su culpa y luego, conmigo por la puerta principal.

Imagino que debió haber sido toda una hazaña por parte de Liam el no despertar a nuestros padres mientras me llevaba escaleras arriba y por eso lo perdoné un poco.

Meh.

Ya debería llamar a Erika, estoy aburrida.

Levanté mi teléfono para marcar el número de mi mejor amiga pero ella se me adelantó, mi celular comenzó a sonar antes de que lo desbloqueara siquiera. Y sip, era mi mejor amiga.

-¡Eri...!

Un horrible sollozo al otro lado de la línea me impidió terminar mi saludo.

-¡Chri!-sollozo- Yo...Zayn-chillido-...¿puedo ir a tu casa?

Vale, oficialmente estoy alarmada.

-¡Por supuesto!

Mi amiga se sorbió la nariz.

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