𝐏𝐑𝐎́𝐋𝐎𝐆𝐎

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La ciudad de Seúl.

Vista de una manera descomunal y brillosa ante los ojos de los turistas; edificios altos, personas con un dominio hacia la moda que te hacen querer seguirlos, comidas exquisitas, y conductas amorosas entre ciudadanos, propagadas gracias a las novelas que solían televisar hacia el exterior. Ocasionando que todo sea romantizado y previsto de color rosa como el lugar más hermoso y perfecto del mundo.

Sin embargo, nadie era capaz de observar lo que sucedía en las oscuridades de las angostas calles abandonadas que solían conectarse bajo la sombra del país. Justo aquí, donde yo, lamentablemente, vivía y creía vivir hasta los últimos días de mi vida. Siendo acorralada más de una vez por personas abusivas al querer golpearme o robarme, con problemas económicos y sentimientos de agonía.

Básicamente, era un espacio en el que debía ir —en lo posible— con un cuchillo metido dentro de la chaqueta si quería sobrevivir. ¿Qué? ¿a caso los conflictos sólo suceden en países tercermundistas? por supuesto que no. El único privilegio era que por lo menos aquí, en algunas oportunidades la policía actuaba rápido, a un nivel en el que casi sea invisible para los demás, o eran buenos ocultándolo, una de dos.

No obstante, los riesgos existían, y por eso mismo, es que había sido testigo de un asesinato en plena calle principal de los barrios bajos. Uno en el que, justo en el transcurso de mi búsqueda por comida en uno de los basureros, alcancé a oír un grito desgarrador junto con dos disparos continuos. Intenté acercarme a la esquina de la gigantesca pared que me ocultaba de la avenida, pero sólo pude divisar a un sujeto corriendo en dirección contraria, a parte de un cuerpo masculino tendido en el pavimento.

La hora era casi nocturna ya que el sol comenzaba a cubrirse, sin olvidar mencionar que el tránsito había disminuido simultáneamente, como si supieran que al anochecer, aparecían los monstruos callejeros: pandillas, mafias, narcos, ladrones simples, asesinos seriales.

Una ley estúpida se había disipado entre nosotros para sobrevivir: lo que veas o lo que escuches, si no quieres tener problemas, no es de tu incumbencia.

Joder, había callado muchas veces porque no me mataran, pero a esto, no podía silenciarlo, debía comunicárselo a alguien, sobre todo viendo que aquel hombre agonizaba y nadie hacía algo.

Corrí lo más rápido que pude al primer teléfono público, observando que no hubiera nadie a mi alrededor que pudiera delatarme, sacudí ingeniosamente la máquina para quitar aunque sea una moneda, y volví a incorporarla con dedos temblorosos mientras que marcaba el 911.

⎯⎯ Emergencia, ¿en qué podemos ayudarle? ⎯⎯ oí a los dos tonos.

⎯⎯ ¡Hay un hombre herido de bala en la avenida principal de Guryong! ¡Vengan rápido! ⎯⎯ colgué, permitiendo el tiempo necesario para que registraran la llamada e irme nuevamente a pasos apurados, metiéndome en el edificio donde solía vivir, y cerrando con seguro la puerta de mi departamento como si alguien maligno viniera tras de mi.

Según yo y mi ingeniosidad, nadie había captado mi movimiento desprevenido hasta el momento, no obstante, aún así salí perdiendo.

No visualicé una vieja cámara de seguridad que al parecer seguía funcionando en uno de los techos de la simple tienda de enfrente. Había registrado mi plan e incluso cómo ingresé a mi "refugio".

Pero debo agradecerlo, porque si todo funcionaba a la brevedad, no lo hubiera conocido a él.

Quien golpeó mi puerta junto con un compañero e hizo una serie de preguntas hasta llevarme al departamento policial para testificar pese de mi resistencia a no hacerlo.

Tan elegante con ese traje negro eficaz que era combinado perfectamente con una camisa blanca de seda y la corbata pigmentada de azul petróleo que adornaba su delicado y masculino cuello. La mirada que inyectaba contra mis ojos, parecía arrasar mi interior ante la profundidad con la que ésta observaba cada detalle de mi rostro.

Ojalá fuera porque le pareciera bonita, pero sé que lo hacía con la intención de intimidar al querer conseguir respuestas determinantes del asunto. Mi reflejo en las cuatro paredes de vidrio en este cuarto de interrogatorios, era insulso y vacío, cubierto por suciedad y un cabello enmarañado ante la falta de higiene por la pobreza que me rodeaba.

Dependiendo de los trabajos que podía conseguir, era suficiente para pagar la pocilga que mantenía mi complejidad a salvo de la noche fría y la lluvia torrencial, pero no apto como para comprarme ropa o un poco de comida en los comedores de la zona. Nada era gratis a menos que fueras un infante.

Ante sus ojos, solamente era una vagabunda que vio el asesinato de un desconocido.

⎯⎯ Bae Mi-suk, eras la única persona que vio el intento de homicidio, y gracias a ti, llegamos a tiempo para salvarlo, así que vamos, coopera con nosotros y te brindaremos seguridad ⎯⎯ apoya sus grandes manos frente a la mesa que se encontraba en medio de nosotros.

Y mi nombre, tan bendecido al poder acariciar sus labios en cada pronunciación, con una voz ronca que ocasionaba que cada bello de mis brazos se erizaran por el estrepitoso sonido que ingresaba a mis oídos demostrando la autoridad que emanaba.

⎯⎯ No hablaré de algo que no sé, sólo vi al tipo en el suelo, además, usted ni siquiera me ha dado una identificación verdadera, simplemente me trajo aquí cuando tranquilamente podría ser parte de las pandillas con la intención de sacarme información.

Suspiró. Pasándose una mano por el cabello humedecido. Estaba perdiendo la paciencia conmigo, eso era sabido.

Su rostro definido en cada contextura, en cada perfil, en cada ángulo que colocase la quijada frente a mi. Marcada y apreciable como para una fotografía o el modelaje perfecto que un artista espera tener delante de su lienzo.

⎯⎯ Soy Jeon Jungkook, agente del BIC, Boro de Investigación Coreana ⎯⎯ su cuerpo acercándose al mío ⎯⎯ ¿eso es suficiente? ¿o también quiere que se lo demuestre?

⎯⎯ Soy Jeon Jungkook, agente del BIC, Boro de Investigación Coreana ⎯⎯ su cuerpo acercándose al mío ⎯⎯ ¿eso es suficiente? ¿o también quiere que se lo demuestre?

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No esperaba estrenarla ahora pero- ay, no lo aguanto.

Las siglas BIC en realidad es el significado de una organización californiana, pero como esto es wattpad, cambié el nombre del país, aprovechando la letra final equisde (explico por si alguien conocía ésto je)

En fin, espero que les haya llamado la atención, nos leemos pronto, dulces 🦋

©NamKi

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