Capítulo IX

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En el trayecto, iba sentada en los asientos traseros del pequeño vehículo, aún sintiéndose bastante ansiosa e intranquila. Miraba a través de la ventanilla, intentando calmarse un poco.

—Disculpa la pregunta, Reki, ¿pero hasta qué hora estaremos allí?— finalmente soltó la pregunta que tanto atormentó su mente mientras había quedado esperando en la esquina a que llegaran. Pero tuvo que correr a otra esquina, porque no tuvieron el mismo pensamiento.

—Tal vez estemos una hora, o una hora y media. No mucho, no te preocupes— respondió sonriente, volteando en su lugar para mostrarle esa mueca.

—¿Tendré que esperarlos?— preguntó el apellidado Oka, quien se encargaba de manejar.

—Obviamente— habló el pelirrojo, volteando a él también con una sonrisa.

_____ volteó a su derecha, notando como el pequeño perro, que descubrió que se llamaba Sketchy, dormía tranquilamente. Con cuidado, acercó una mano para acariciar su cabeza mientras que este mismo no reaccionaba al tacto.

Al menos agradecía que no fuera mucho tiempo, porque comenzaba a envidiar al animal, que tenía la libertad de dormir si quería. Ni siquiera se había podido sentar a descansar, por el hecho de realizar todas las tareas que tenía para la próxima semana.

Sin darse cuenta y girando de la nada de nuevo a la ventanilla, observó como alguien en patineta pasaba al lado del vehículo, rápidamente. Abriendo bien sus ojos, volteó en su lugar para ver cómo se iba alejando y otros saliendo de entre los arbustos.

—¡Mira hacia el frente, _____!— exclamó el muchacho, provocando que nuevamente girara.

Cuando lo hizo, observó como otros skaters iban en contra de ellos y, antes de cualquier impacto, los esquivaban con suma facilidad.

—Whoau, y más whoau. ¿No es peligroso?— interrogó, haciéndose hacia adelante en su lugar, poniéndose casi entre las dos butacas delanteras.

—Es lo que siempre pregunto— respondió el mayor de los tres allí.

—Aún así, te gustará. Te lo aseguró— volteó sobre su hombro el chico, para volver a regalarle otra sonrisa.

Sin mucho más recorrido, el apellidado Oka estacionó el vehículo a un lado. Al instante, Reki se bajó sin tardar, echando su asiento hacia delante, así darle oportunidad de bajar a ella también.

Y comenzaron a dirigirse a unas rejas que habían de entrada, en la cual habían dos hombres vestidos iguales, cuidando de esta misma. A medida que avanzaban, _____ miraba por el rabillo del ojo al más alto, curiosa de qué podría pasar. Nada malo, ¿cierto? ¿Sin contraseñas secretas?

—Puede ingresar— aseguró el de apellido Kyan cuando ya estaban a la altura de los supuestos guardias, mostrándole la calcomanía.

Cierto, estaba esa calcomanía. Y estos no dijeron nada.

—Toma, ahora esto es tuyo— concluyó, agarrando una mano de ______ y depositando el sticker en ella, a la par en que acompañaba a cerrarla —. Cuídala bien por si quieres que volvamos más adelante. ¡Obvio lo haremos!— exclamó seguro.

—Gracias— sonrió para observar bien ese objeto, ya que hasta ese momento no había podido apreciarlo. En definitiva, era una "S" por el nombre del lugar, y estaba bien decorada en su opinión.

Para asegurarse de que no la perdería, la guardó dentro de su campera, subiéndole el cierre a ese bolsillo. Y miró todo el entorno que la rodeaba. Habían llegado a un punto en el que había mucha gente, bajo una gran pantalla que, hasta el momento, estaba apagada.

—¿Ya has participado en estas carreras?— giró de nuevo a él.

—Por supuesto, un par de veces. Es arriesgado, incluso salí lastimado todas esas veces.

A lo que dijo, se detuvo a ver el semblante de la Miura, el cual estaba desfigurado de horror.

—¡Pero no era nada tan grave! Una vez fue una fractu-...

Y antes de acabar con lo que iba a decir, nuevamente la vio, notando que profundizaba el pozo.

—¿Nada grave? ¡Eso es demasiado!

—En realidad no. Otros sales mucho peor, ya que no hay reglas, a parte de ser el primero en llegar y cumplir con las apuestas— ennumeró con dos de sus dedos, y alzando un poco la vista.

—Bueno, al menos para mí es mucho, ya que nunca me he fracturado...— prefirió decir eso en vez de comenzar un espamento de que todo aquello era demasiado peligroso. Pero a todos los veía tan animados por esas carreras, así que preferiría guardarselo.

—¿En serio? ¿Ni siquiera por alguna caída patinando?— expresó sorprendido.

—No, sólo uno que otro raspón— movió sus hombros, restándole algo distraída, porque observó como encendían la gran pantalla.

—Vaya. Pensé que sí, ya que habías dicho que tu tío te enseñó en base a un video— mostró todavía su sorpresa, a la par en que se rascaba la nuca y volteaba en la misma dirección en la que la chica veía.

—En ese tiempo pensaba lo mismo, y a mí igual me tiene sorprendida— comentó con gracia, bajando algo la cabeza.

—Algún día me gustaría conocer también a tu tío. Parece ser una gran persona.

Cuando terminó de decir eso, _____ Miura lo vio para sonreír apenas.

—Bien, lo anotaré... ¿Algún otro familiar?— dijo con ligera diversión, ya que recordó que también quería conocer a su madre.

—Que tal... ¿toda tu familia? Así gastas menos tinta a la hora de escribir— y pasó un brazo por los hombros de _____, sonriendo ampliamente.

—Bien, bien— soltó una risita, comenzando a tomar color su rostro.

Quizás, si él empezaba a decir cosas así, ella se daría cuenta de que su relación podría llegar a algo más. Sin importar que recién comenzaran a conocerse. Al menos así pensaba el muchacho.

Y Reki, aún en esa postura, la guío un poco más cerca a ver la pantalla, en la cual mostraban a dos skater que estaban por enfrentarse. Uno de ellos resaltaba más que el otro.

—El de cabellera larga, es Cherry Blossom, uno de los mejores patinadores de "S". Así que ya sabrás quien ganará.

—Es la primera vez que estoy aquí, así que realmente no sé, Reki— comentó riendo, algo nerviosa aún por el contacto. No la había soltado todavía.

—Entonces, con más razón te traeré más seguido— concluyó con una gran sonrisa, abrazándola y sacudiéndola con un poco más de fuerza, haciendo que dejara escapar otra risa.

Vaya, le parecía cada vez más linda.

Vaya, le parecía cada vez más linda

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INCREÍBLE SENSACIÓN |Reki Kyan y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora