Capítulo XII

1.6K 197 29
                                    

—¡Te acompaño a casa!

A lo que dijo Reki Kyan, provocó que varios voltearan a ver, incluida _____ Miura, a quien estaban dirigidas esas palabras.

—Mm... ¿Seguro? Queda al lado opuesto al que debes ir— respondió, haciendo lo mejor posible para ignorar las miradas que quedaban posadas sobre ellos.

—No importa. En patineta llegaré en un santiamén— y tiró ese mismo objeto al suelo, llegando finalmente a donde estaba la muchacha. Apoyó un pie sobre ésta para evitar que rodara lejos —. ¿Quieres patinar?— ofreció con una gran sonrisa.

—Me encantaría si tuviera un pantalón en lugar de ésta falda— tomó ligeramente esa misma prenda —. Es incómodo, te lo aseguro.

—Espera, ¿eso quiere decir que no traes ni siquiera un pantalón corto abajo por las dudas?— casi exclama aquello, provocando que nuevamente algunos lo vieran.

_____ soltó un suspiro pesado, con los pómulos teñidos un poco de rojo.

—Si traigo, pero es demasiado corto el pantalón. Es todo— movió los hombros para restarle importancia —. Bueno, no importa, otro día. Vamos saliendo ya, sino cuando llegues a tu casa, la comida estará fría— comentó agregándole humor.

—Que buen razonamiento— se subió para darse impulso, adelantándose a la chica que acababa de comenzar a caminar —. ¡Apresúrate!— exclamó divertido, haciendo que ella riera.

Apuró su paso, para ir a la par, mientras que él iba un poco más lento.

—Si fuera posible, te daría mis pantalones para que anduvieras. Pero no creo que tu falda me quede bien— comentó fingiendo pensar, a la vez en que, con una mano, se tomaba del mentón.

La carcajada no pudo ser reprimida por la de apellido Miura, y acomodó sus cabellos al mismo tiempo.

—No puedo creer que lo acabo de imaginar.

—¿Y me veo bien?— preguntó el de cabellera roja, volviendo la cabeza con gracia a ella.

—No sabes cuánto— comentó en broma, contagiando su risa al chico.

Ya por donde iban, no habían muchos estudiantes yéndose por esos lados. Era tranquilo el trayecto.

—Me sorprende que en tan poco tiempo, hayan pasado tantas cosas— confesó la muchacha, cortando aquel silencio mientras que en sus labios pintaba una sonrisa.

—¿Desde que nos conocimos?— y asintió —Entonces que sigan pasando. Pronto acabaré de armar tu nueva patineta, así salimos a patinar los dos. ¿Qué tal te parece?

—De maravilla. Pero tendrás que tenerme paciencia— y soltó una pequeña risita.

—Tengo de sobra— sonrió ampliamente, volteando nuevamente a ella algo curioso —. Pero ¿por qué?

—Creo que ya te he dicho que sé lo básico de lo básico, ¿no?

—No recuerdo bien— rascó un poco su cabeza con un dedo, a la vez en que una de sus manos terminaba en su cadera. Al notar que quedaba detrás, bajó los brazos para equilibrarse y darse impulso con su pierna derecha —. Si es así, te enseñaré algunas cosas simples.

—Simples para ti, quizás— negó divertida.

—Bueno, son algo complejas— admitió en medio de una risa algo ahogada —. ¿Te sale un ollie?

Antes de dejarla responder, se impulsó aún más y dio un gran salto con la tabla. Tras detenerse más adelante, volteó sonriente a _____, que se había quedado parada con una sorpresa notoria en el rostro.

—No, en definitiva— habló tras recomponerse del asombro y adelantarse a alcanzarlo —. Fue realmente increíble— lo halagó, regalándole una enorme mueca positiva.

—Entonces te lo enseñaré si quieres— dijo animado.

—Por favor— asintió siéndole pegado ese entusiasmo.

—¿Y cuándo podrías enseñarme sobre fotografía?— interrogó curioso.

—Cuando quie-...

—¡Bien! Si hoy no tienes problema, iré a tu casa.

Autoinvitándose con una enorme sonrisa todavía, habló Reki Kyan, observando a la chica que había quedado con la palabra en la boca.

—Eh...— seguía intentando recapacitar en su comentario —, bien. Tendré que avisar, nada más.

—¿A qué hora voy? ¿Cuatro de la tarde?

Y asintió lentamente. En eso, el chico de cabellera roja exclamó un saludo de despedida, indicando que luego se veían. Pasó una mano por los cabellos de la apellidada Miura, despeinándola para tomar rumbo a su hogar.

_____, por su parte, pensó en que ese día por la tarde estaría su padre en casa. Ese le resultaba un problema, ya que éste mismo, aún no sabía casi nada sobre Reki. Y otra cosa: temía que fuera de esos padres de las películas, ya que nunca lo vio cuando llevaba amigos a casa, y menos el único que tenía ese año. Para sumarle: hombre.

 Para sumarle: hombre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
INCREÍBLE SENSACIÓN |Reki Kyan y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora