Increíble sensación era aquella que sentía al patinar, y más si era a su lado.
Increíble sensación era cuando se divertían y pasaban el rato juntos.
Increíble sensación era el momento en que sus corazones comenzaron a latir rápidamente por el otro.
...
Era domingo en la tarde y ya no lo soportaba más. Necesitaba hablar y escuchar algo por parte de su madre. Arrastrando sus pies fue camino al cuarto de sus padres, en el cual estaba su mamá trabajando en la computadora a la vez en que estaba sentada sobre la cama.
-¿Qué pasa?
No respondió a su pregunta, y terminó acostándose a un lado de ella, boca arriba y apoyando sus manos sobre su vientre. Fue entonces que sus pensamientos comenzaron a atacarla, tratando de ordenar las palabras para poder explicarle qué pasaba. Y el famoso nudo en la garganta, ya se le había formado.
La mujer, por su parte, quedó en silencio y continuando con lo suyo mientras aguardaba a que hablara. Incluso solía de vez en cuando verla por el rabillo del ojo, hasta percatarse de que las lágrimas estaban por derramarse.
Cerró la computadora tras haberla suspendido, la dejó a un lado y se recostó al igual que su hija. Aún así, siguió sin decir nada.
-Hubo... un malentendido con Reki...- mencionó como pudo _____, comenzando a tener la respiración entrecortada.
-¿Qué exactamente?
-E-estábamos... en u-una carrera de s-skate q-que yo d-debía de pa-participar-...
-Primero cálmate, ¿si, amor? Cuéntame estando en frío, ¿si?- apoyándose sobre uno de sus codos para verla. Su rostro estaba colorado; sus ojos estaban desprendiendo gruesas lágrimas; el pecho subía y bajaba con brusquedad, generándole dificultad al respirar; y la nariz sorbía como podía.
Intentaba hacer lo mejor para calmarse, pero sentía que no. Era una horrible sensación la que se le generaba. No quería aquella desesperación. Hacia lo posible para respirar más despacio, lo cual recién a los minutos lo fue consiguiendo.
-Estábamos en u-una carrera de skate que yo debía participar, pero Reki lo hizo en mi lugar después de tanto haberme ayudado a p-prepararme...
Ahora su visión del techo era borrosa por las lágrimas se que se acumulaban para salir.
-¿Te dijo el porqué estuvo en tu lugar?
-Me venía d-diciendo que era arriesgado...
Su madre quedó callada un momento, para soltar un suspiro.
-Entonces si te lo dijo, era porque estaba preocupado. Y si estuvo en tu lugar, era para protegerte, ¿no crees eso?
_____ asintió apenas, al tiempo en que sentía como la mujer tomaba con cuidado un mechón de su cabello para jugar con él.
-P-pero... no me hubiera ilusionado con que participaría, ayudándome a practicar...
-Bueno, eso quizás si está mal. Pero centrémonos en otra cosa. ¿Él desde cuándo te dijo que era peligroso?
La joven, ya más tranquila, guardó silencio para pensar. Sabía al punto al que quería llegar su madre. Pero no si el de hacerla sentir mal o hacerla enojar con que no estaba de su lado. En aquel caso, se inclinaba más a la primera.
Se volteó con cuidado para abrazarse del torso de la mayor, intentando acurrucarse, mientras sentía como esta apoyaba un brazo sobre ella.
-Desde el comienzo...
-Entonces estuvo mal de tu parte...
-M-mamá...- dijo, volviendo a sentir el nudo en su garganta -¿A-ahora qué haré...?
-Lo lógico, es hablar, amor. Así se solucionará todo...
Acarició la espalda de su hija, sintiendo que volvería a hablar.
-¿Está bien que me guste Reki?- preguntó bajo.
Su mamá, por su parte, dibujó una pequeña sonrisa.
-Sí... Además, se ve buen chico, ¿no? Así que esto se solucionará. Y quizás puedas decirle lo que sientes...
-No sé...
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Siendo lunes, finalmente llegaba a la escuela. Había salido unos minutos tardes, pero nada que jugara con llegar luego de hora. Incluso, seguían sin haber muchos alumnos en su salón.
Al dirigirse a su asiento, observó sobre su banca un papel doblado y, en medio de éste, una pequeña flor que sobresalía. Tenía una idea de lo que podría llegar a tratarse.
Aún de pie, lo tomó con cuidado.
"¿Podríamos hablar? Esta tarde a las seis si no hay problema, en el área de skate. Sólo si quieres."
Volteó su cabeza lentamente a donde se encontraba sentado el chico, notando que la observaba inseguro. _____ lo miró un segundo para finalmente sentarse.
Al parecer, no era la única que quería arreglar eso. Reki Kyan se le había adelantado. Y aquello le levantaba los ánimos.
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