Capítulo 9

299 28 5
                                    

Tenía que estar confundida. Aquello que había creído mirar tenía que ser mentira,  era lo único que podía pensar mientras bajaba las escaleras a toda prisa.

—Espera calle — escuché  la voz  de Juana  venir justo  detrás  de mí.

— joder Daniela.

—Ahora no Juana —le dije sin mirar  atrás. 

En menos de lo pensado estaba corriendo por el pasillo que conecta al patio principal y cuando estaba a punto de llegar comprobé lo que tanto temía.

—¿Que está pasando aquí? —pregunté exasperada.

Al escuchar mi voz ambos soltaron su agarre y separándose un poco.

—Es lo mismo que yo quiero saber Daniela —soltó Sebastián sin quitarle la mirada de encima a poché.
  
—Ve adentro Calle —me ordenó poché.       

—No se dan cuenta que están armando un escándalo en el patio de mi universidad. Ninguno de los dos tendría que estar aquí. así fuera.

Miré a dos hombres altos acercarse rápidamente a nosotros. se colocaron uno a cada lado de Sebastián y lo tomaron por los hombros.
Un tercero se sumó colocándose al lado izquierdo de poché.

—Lo siento pero ustedes no pueden estar aquí, así  que les pido de la manera más amable que abandonen las instalaciones en este momento —dijo con voz  ronca uno de los encargados de seguridad.

—Ya nos estamos retirando señores, todo esto ha sido un mal entendido —aseguró  poché con voz  mustia.

—preferimos acompañarlos  —aseguró uno de los guardias.

—Yo voy con ustedes —les dije, aún sabiendo que eso me causaría serios problemas con el rector de la universidad.

Caminamos en medio de aquel tumulto de personas que se habían reunido para disfrutar la pelea, mientras sentía mi rostro arder por la vergüenza de aquella situación.
Los rostros de algunos de mis compañeros eran de desilusión por la interrupción de aquella discusión, mientras que otros murmuraban cosas a nuestro paso.

Los guardias de seguridad se detuvieron en la estación de vigilancia que se encontraba justo en la salida al parqueadero, pero yo quise asegurarme de que cada uno tomara su destino, cuando miré atrás pude percatarme de que Juana y otros amigos nos seguían muy de cerca.

—Está bien chicos ellos ya se van —fue lo primero que se me ocurrió decirles cuando salimos al parqueadero y miré el auto de Sebastián, y un poco más retirado bajo la sombra de un árbol el Audi de María José.

Mis amigos detuvieron su andar de inmediato pero no dejaron de observar desde lejos.

—No los quiero volver a ver en mi vida —solté demasiado molesta, en un tono suficientemente alto para que ambos pudieran escucharme.

—Necesito hablar contigo —Dijo Sebastián en tono molesto.

—No tenemos nada de que hablar —le respondí fríamente.

—Te equivocas tenemos una conversación pendiente, tengo derecho a que me escuches Calle.

—Tal parece que el que no ha escuchado fuiste tú —soltó poché.

—Si van a comenzar otra estupida pelea, no quiero ser parte de ella —les advertí.

Giré mis pies en la dirección contraría y cuando estaba a punto dé marcharme, Sebastián tiró fuertemente de mi brazo  haciéndome frenar en seco.

—No voy a irme de aquí hasta que no me expliques qué relación tienes con María José.

—suéltala   —le ordenó poché, colocando la mano sobre él agarre de Sebastián.

—Contéstame Calle, maldita sea que relación tienes con María José

—Ella no tiene porque explicarte nada —esta vez poché tiró fuertemente del agarre de Sebastián logrando que me soltara.

—Tú no te metas, traidora.

Estaba totalmente bloqueada mirando aquella escena sin poder reaccionar. Sebastián intentó volver. Tomarme del brazo pero María José, se interpuso entre ambos evitando que lograra su objetivo.

—Ha dicho que la dejemos tranquila ¿no lo entiendes?

Sebastián se giró en su dirección y comenzó a dar varios empujones sobre sus hombros.

—¿traicionaste nuestra amistad por una zorra?

Poché soltó un suspiro ondo, antes de lanzarse sobre Sebastián a los golpes.




KISS MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora