Capitulo 12

421 29 5
                                    

Mi cuerpo se movía hacia atrás cada vez que presionaba aquel algodón contra mis labios. El dolor se volvía menos soportable con cada movimiento y yo comencé a desesperarme, quería decirle que se detuviera pero otra parte de mí no quería que ella se sintiera culpable, así que simplemente me limitaba a respirar profundo.

—¿estás bien? —me preguntó preocupada.

—No —le respondí avergonzada —¿podemos parar?

—Claro que podemos.

No pude contenerme más, me lancé a su cuello y me puse a llorar, realmente dolía pero también estaba frustrada por la situación, por la pelea, por lo lastimada que estaba ella, porque no pude defenderla, porque si yo hubiera aceptado hablar con ella cuando me lo pidió, hubiera evitado todo. Me envolvió en sus brazos brindándome una seguridad que jamás había sentido, su abrazo era tierno y suave pero con un toque de intensidad. Podía sentir su aliento chocar contra mi oído, mientras yo convertía su pecho en mi refugio.

—Perdóname, yo realmente no quería hacerte daño.

—Deja de culparte, no estoy llorando por eso —le dije entre sollozos.

—¿Qué pasa entonces?

Estaba a punto de responderle cuando escuché el molesto ruido de unos tacones, seguido de una voz que ya podía identificar.

—¿Está todo bien por acá?

—Todo bien Vanessa  —respondió Poché un poco molesta.

—¿no necesitan nada?

—No, sí necesito algo yo te llamo, gracias.

—Bien, estaré ocupada asistiendo a Sofi, mientras prepara la comida.

La sentí alejarse e inmediatamente me separé de los brazos de María José y la miré fijamente levantando una ceja.

—¿Cuánto tiempo?

—¿Cuánto tiempo que? —Me preguntó  extrañada.

—Llevas cogiendote a la chica del servicio —solté, pues cuando estaba molesta solía decir malas palabras.

—No me estoy acostando con ella, si a eso te refieres.

—Ella actúa como si pasara lo contrario —pronuncie sarcásticamente.

—Pues no, no pasa  —me dijo tajante.

—Quizá no este momento, pero es obvio que ha pasado —le hice saber que estaba al tanto.

—Un par de veces, pero se terminó —su respuesta fue concreta.

En el fondo, yo sabía que podía haber pasado más de un par de veces, pero no quería ir más allá, después de todo ella era totalmente libre de acostarse con quién le diera la gana.

—Es muy guapa.

—¿Podríamos cambiar el tema o vamos a pasar toda la tarde hablando de ella?

—Simplemente estoy tratando de entender o entenderte.

—¿Qué es esto una escena de celos?

Me había dejado sin armas, su mirada parecía estar retando y yo simplemente me limité a sonreír de forma nerviosa.

—Por supuesto que no.

—Bien, porque creí que lo era.

—¿vas a seguir curándome? —fue lo único que se me ocurrió preguntarle, para desviar su atención.

—La Doctora sedán está por llegar, así que creo que debemos esperar por ella.

—¿llamaste a un médico?

KISS MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora