capitulo 7

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Tenía que ser una pesadilla María José garzón parada frente a la ventana de mi balcón, enfundada en un pans deportivo, una camiseta blanca y su maldita sonrisa perfecta. Frote mis ojos tres veces seguidas para comprobar que no estaba soñando, pero era real ella estaba ahí justo frente a mí y al parecer hablaba con alguien que se encontraba en el pórtico de la casa.

Poche levantó la mirada y me observo unos cuantos segundos, después de eso comenzó a reír mientras negaba con la cabeza, ¿Qué le hacía tanta gracia? Inmediatamente recordé que estaba recién levantada y eché a correr puerta adentro, al pensar lo terriblemente desalineado que debía lucir mi aspecto.

Me mire de arriba abajo en el espejo del baño estaba enrollada en una vieja camiseta color gris de mi padre que yo había adoptado como mi pijama favorita y justamente había tenido la gran idea de ponérmela noche anterior.

-Dani, hija -escuché la voz ronca de mi padre al otro lado de la puerta.

- ¿Qué pasa papá? -pregunté, mientras abría lentamente la puerta creyendo que quizá ella estaría al otro lado junto a mi padre.

-Tú amiga María José garzón, está abajo esperándote me ha dicho que ha quedado contigo para irse juntas a la universidad-respondió mientras miraba fijamente la pantalla de su celular.

Me quedé silencios algunos segundos tratando de digerir la información que acababa de recibir. María José Garzón en la puerta de mi casa con intenciones de llevarme a la universidad apenas si podía creerlo.

-Gracias papá, pero podrías pedirle que se valla, aun no estoy arreglada la veré luego en clase -mentí a mi padre para intentar convencerlo no me sentía lista para volver a mirarla a los ojos.

Finalmente levantó la mirada y me observo detenidamente de forma reprobatoria.

-Nada de eso señorita usted se va en este momento sin importar como está vestida, sabe que una de las reglas más importantes de esta casa es la puntualidad Daniela.

-Papá dormí muy tarde estudiando y definitivamente no voy a ir vestida así a la universidad.

-Sabes perfectamente que conmigo no van las escusas, así que te quiero abajo en cinco minutos -soltó mientras se dirigía así a la puerta para marcharse.

Tenía dos opciones la primera: desmentir a María José y dejarla como una mentirosa frente a mi padre. Segunda: hablar con ella y saber el motivo de su inesperada visita. Realmente quería saber el motivo por el que ella había decidido irrumpir en mi rutina así que opte por lo segundo.

Corrí con desespero al cuarto de baño para poder ducharme, que era una de las cosas esenciales que no podía omitir en mi rutina de las mañanas, después de abrir mi armario y revolotear todas las cosas como de costumbre tomé la primera camiseta y vaqueros que encontré, me coloqué un par de tenis blanco a juego y baje a toda prisa.

Cuando llegué a la entrada principal pude notar que la camioneta de mi padre ya no estaba al frente, lo cual indicaba que él ya no se encontraba en casa, mire furiosa el auto de María José todo parecía indicar que ella estaba dentro.

Camine hacia el Audi con pasos firmes y mirando al frente quería parecer indiferente.

- ¿Qué haces aquí? -le pregunté desde la puerta del copiloto sin abrirla

-Sabía que no contestarías mis llamadas y necesito hablar contigo así que decidí venir personalmente -la escuche decir con demasiada seguridad que hacía que toda la estabilidad que yo trataba de fingir se derrumbara por completo.

-Valla manera de irrumpir en mi casa a estas horas de la mañana -le dije molesta.

- ¿Hubieras aceptado hablar conmigo de otra forma? -preguntó con destellos de curiosidad.

-por supuesto... que no.

-vamos sube, le dije a tu padre que te llevaría a tiempo a la universidad -me ordenó.

-No, no iré contigo poché.

Encendió en motor mientras miraba al frente como si estuviera segura de que yo terminaría por ceder.

-Si lo haces ahora podrás evitar toda la bomba de preguntas que te hará tu hermana cuando vea que no te vas conmigo - soltó mientras señalaba a Juliana y a Toni que trotaban a lo lejos por el jardín principal.

- ¿Qué dices?

-Fue tu hermana la que me dejó pasar. Me encontré con ella mientras salía a trotar con el novio, le he dicho que venía por ti y me permitió el acceso.

Abrí la puerta instintivamente colocándome el cinturón de seguridad y ella no dudo ni un segundo en ponerse en marcha como si tuviera temor de que yo pudiera arrepentirme. Cosa que no haría pues prefería viajar los próximos veinte minutos incomoda al lado de María José que tener que pasar por uno de los interrogatorios de mi hermana mayor.

El auto se movía a toda velocidad por las calles del centro, el tráfico parecía no ser un problema para la chica a mi lado, pues conducía como si las calles fueran exclusivamente para nosotras.

Me removía incomoda en mi asiento, el hecho de tenerla tan cerca me ponía demasiado nerviosa, miré por la ventanilla para poder ubicarme, estábamos a punto de llegar y ella no había pronunciado palabra.

-Estamos por llegar.

-Lo sé -la escuché susurrar.

- ¿vas a decirme algo?

-No.

-Bien, para aquí, voy a bajarme.

Ella me miró como si no entendiera lo que estaba sucediendo pero hizo lo que le pedí detuvo el auto de golpe.

KISS MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora