Capitulo 4

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Narra Marinette

Heather, dios ella era increíble. Era inteligente, era alta, era linda, siempre tenía una hermosa sonrisa en su rostro, una jodida sonrisa que puede matar a cualquiera. Ella lo hipnotizaba. Heather era sin duda la chica mas linda que había visto, ¿como podría yo hacer competencia contra eso?, no hay manera de que eso pase. Ella es demaciado y yo, pues yo, tenía ¿salud?. Tenía, ya no, justo ahora de alguna manera estaba muriendo. Todo se había ido a a la mierda cuando Adrien me conto como le había ido con Heather en esa sesión de fotos a la cual no me invito.

Me contó que el camarógrafo le tubo que llamar varias veces la atención porque sus ojos solo podían ver a la hermosa chica que lo acompañaba ese día. Esta vez yo no fui esa chica, y aunque lo hubiera sido el jamás pensaría algo así de mi.

Estaba muy mal, realmente mal. Desde ayer solo había estado echada en mi cama. Debido a las vacaciones por navidad no debía preocuparme por nada, solo por tratar de resolver si maldita situación amorosa. El frio de diciembre siempre era horrible, justo por esa razón estaba enredada en una enorme cobija que había encontrando en alguna parte del closet de mi mamá. Era muy pesada, pero cumplía su función de calentar bien, lo que me servía para poder llorar en paz. Escuché mi teléfono sonar unas 4 veces, seguramente eran mensajes pero no sabia como responder ninguno, ni siquiera quería saber de quien eran. Pasaron unos 5 minutos aproximadamente y escuche el tono de llamada de mi teléfono sonar. Realmente no quería responder, pero no tenía opción.

-¿Bueno? -carajo, mi voz sonaba horrible.

-¿Porque no respondías?, pensé que estabas muerta -esa era la inconfundible voz del rubio que me tenía en este estado.

-Estaba ocupada. Como sea, ¿que pasó?.

-Nada, solo es que no sabía nada de ti. Estaba asustado -mierda, en efecto, sonaba preocupado.

-Oh -solo eso logro salir de mi boca.

-Oye Mari, ¿estas bien? -no claro que no estoy bien. Tu te ves tan feliz con esa hermosa chica mientras yo estoy muriendo de celos y no te das cuenta de absolutamente nada. Asi que no Adrien, no estoy bien!.

-Si, ?porqué?

-Aja!, mentirosa -carajo ahora que? -no estabas ocupada, estabas dormida -al menos no dijo otra cosa.

-Oh mierda, me atrapaste. Tienes razón, solo estaba dormida.

-Oye, no tenías porque mentirme.

-Perdón, es que no sabía como decírtelo. Lo siento -ahora déjame dormir de nuevo por favor.

-Bueni, ¿Crees que pueda ir a tu casa? -no, porfavor no. -Es que hay unas cosas que te quiero contar.

Mierda -Claro, aquí te espero.

-Que bueno porque ya estoy aquí afuera, ¿puedes venir a abrirme?.

¿Como carajos llegó tan rápido?, maldito Agreste, maldito Agreste, maldito, maldito Agreste. Creo que repetí esa frase en mi mente hasta que llegue a la puerta de la casa. Cuando la abrí estaba rubio de ojos verdes temblando por el frío que azotaba París. Incluso asi se veía increíblemente guapo.

-Por fin abres, por poco y me muero congelado -fue el primero el hablar, entro con deprisa a la casa y se dirigio directamente a la chimenea que se encontraba justo en el centro de la sala. Tomo la cobija en la que antes estaba llorado y se enredo en ella. Se veia muy tierno con la nariz roja y enrollado de esa manera en esa enorme cobija que muy apenas dejaba ver su cabeza.

-Si, lo siento, no sabia que estabas afuera. Debiste haberlo dicho desde el principio tonto

-No me llames tonto, tonta

-Esta bien, no te llamaré tonto, -hice una pausa y luego volví a hablar -tonto.

-Lo acabas de hacer!. Mejor callate. -se que lo decía algo enojado pero no pude evitar soltar una carcajada y tomarlo como broma, se enojó un poco mas por eso pero termino riendose junto conmigo.

-¿Y que era esa cosa tan importante que me querias decir? -me acomode a su lado y me metí junto a él en la cobija.

Todo estaba bien justo ahora.

-Creo que Heather me gusta -y solo lo solto. Arruino con esa corta frase todo lo que estaba bien.

She's got you mesmerized,
while i die

𝘏𝘦𝘢𝘵𝘩𝘦𝘳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora