-¡Llegas tarde, Min! -mi grito se habrá escuchado a diez cuadras a la redonda, pero no me importa. Estoy muy enojada.
-Relájate. No empieces con tus alaridos -me ve de lado pero estoy segura que la comisura de su labio se eleva en una sonrisa.
No suelo ser una persona que use la violencia, es más, mis padres siempre me inculcaron que cualquier ser viviente merece respeto, pero esto supera todos mis buenos modales. Con fuerza que sale desde el fondo de mi pecho, me acerco amenazante a él y lo tomo del cuello de su chaqueta.
Nuestras alturas son parecidas así que mis ojos miran directamente los suyos.
-Si llego tarde por tu culpa, Yoongi... ¡Juro que te mato! -lo suelto y su cabello sale volando junto con su cabeza.
-No te preocupes -se da el lujo de revisar la hora en su móvil antes de sonreírme maliciosamente -Si te apresuras, llegarás en quince minutos.
-¡Estás muerto, Min Yoongi! -suelto en un resoplido.
Salgo del local maldiciéndolo en mi mente. Muevo mis pies tan rápido como me lo permiten pero es imposible, no creo llegar a tiempo. Sin dudarlo, le hago la parada a un taxi y me monto en el.
Una vez más miro la hora y esta marca las cinco con diez. Sin mucho que decir, salgo del taxi y corro como si mi vida dependiera de ello (aunque a decir verdad así es).
La puerta indicada está a escasos cinco pasos cuando veo que comienza a cerrarse.
-¡Espere! ¡No la cierre! -coloco mi pie en el umbral y así evito que me dé de bruces en la cara.
-Dos segundos más y te hubieses quedado afuera, Mi Jung -el señor Hirawa me mira con sus horribles y penetrantes ojos. Un escalofrío me recorre toda la espalda.
-Lo siento, tuve problemas para salir del trabajo -sin más, entro y tomo asiento.
Dejo todas mis preocupaciones de lado y me concentro en lo importante.
Por las próximas cuatro horas no existe nada a mi alrededor, más que esa hoja de papel y yo.
══════════════════════════════════════
El cielo se ha oscurecido y mi cabeza está a punto de explotar, seguramente porque no he comido nada. El móvil en mi bolsa suena insistentemente. Miro la pantalla y mi sonrisa no tarda en aparecer.
-¿Llegaste? -mi voz suena perezosa y cansada.
-Estoy a la vuelta -es lo único que responde la otra voz y cuelga enseguida.
Camino despacio viendo distraída la punta de mis zapatos, esperando que los resultados que obtengan sean los que deseo, cuando un grito me saca del ensimismamiento.
-¡Mi Jung! -mis ojos van directo al otro lado de la acera, cruzando la avenida. Un chico pelirrojo mueve insistentemente su mano por encima de la cabeza, trayendo consigo una enorme sonrisa.
No tardo en descubrir que es Hoseok, amigo de Channie, ese que me presentó hace un par de semanas en la tienda de música y el cual me cayó sumamente bien.
Me saluda de forma calurosa y yo hago lo mismo. A pesar de que me cuesta un poco el verlo debido a lo oscuro que ya está, percibo que sus ojos no me miran directamente; en su lugar alterna su mirada de mi persona a aquel autobús verde que poco a poco se aleja de la parada.
Me despido a lo lejos de él y sigo con mi camino pero algo en el fondo de mi cerebro me grita que ese joven o es muy extraño o se me quedó viendo de manera algo... ¿Extraña?
Doy la vuelta en la esquina y llego a un callejón oscuro.
-Te tardaste -la voz de él suena cansina, igual que la mía.
-Lo sé, lo siento. Salí tarde debido a las pruebas -le doy un ligero golpe en el brazo y comenzamos nuestra marcha -Tengo hambre, ¿Vamos a cenar?
De inmediato me mira con esos ojitos de cachorro que conozco desde que tengo memoria y su peculiar puchero enarca sus labios.
-¡Vayamos por sushi! -el entusiasmo vuelve a él y me hala para que lleguemos más rápido a su restaurante favorito.
No puedo decir nada, simplemente me dedico a sonreír.
Solamente él hace que mi vida sea más feliz.
ESTÁS LEYENDO
Aquel Chico - Namjoon
Teen FictionLos pensamientos de ambos siempre se mantenían en sus propios mundos, divagando entre sueños y realidades que los atormentaban en su propia vida de mierda. Sin embargo, con el paso del tiempo, tanto Kim Namjoon como Mi Jung comienzan a compartir con...