Capítulo 04

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Mi cara de desagrado no tarda en aparecer en cuanto mi madre abre la boca.

—¡Mi querido hijo volvió a estar en primer lugar! ¿No es eso razón para celebrar? 

—Es su obligación. No tenemos nada de qué celebrar —mi padre, tan lindo como siempre, contesta con voz neutra.

La comida se vuelve incómoda después de eso. Nadie vuelve a decir nada y yo en el fondo lo agradezco. Al cabo de un rato los tres terminamos y cada uno se dirige a una parte diferente de la casa.

Estoy a punto de sentarme en mi escritorio cuando el celular en mi pantalón da un pitido.

𝐻𝑜𝑏𝑖
Cómo estuvo tu comida??
Tienes permiso para salir hoy??
Vayamos con el árbol, me dijo que tiene mercancía nueva
Te apetece?? Ánda!! Vamos!! 

Sonrío al leer su mensaje y a los veinte minutos ya estoy en la parada del autobús. No tardo mucho en ver a Hoseok a lo lejos y ambos tomamos el bus para dirigirnos a uno de nuestros sitios favoritos en Seúl.

—¿Qué vas a adquirir hoy? —preguntó, curioso. Conociendo a mi amigo estoy seguro que comprará algo que no me agrada.

—No hablaré de ello. Tu odias todo lo que a mí me gusta —me saca su lengua y yo sonrió de lado.

Llegamos a nuestro destino y al entrar al local ya huelo a cosas viejas.

Hobi se acerca al dependiente y se saludan con el puño en alto. Hago lo mismo pero mantengo mi distancia. Ese chico nunca me ha dado buena espina, aunque supongo que solo soy antipático.

—¡Llegaste más rápido de lo que creí! —el "árbol", como le llamamos,  le sonríe a Hoseok y este suelta una carcajada.

—Tenía que apresurarme si quería comprar la mercancía.

Ambos se adentran en una plática en la que no entiendo nada y decido alejarme para revisar, como siempre, los estantes y ver si hay algo nuevo para mi consumo.

Mis ojos escanean cada vinil en la parte de clásicos de aquella tienda de discos, pero me aburro al segundo cuando noto que siguen estando los mismos de hace una semana.

—¡Channie! ¡El disco de Bowie no llegó! —a mi izquierda, una voz chillona resuena desde la parte de atrás de una enorme estantería.

—¡Búscalo bien, miss right! —Chanyeol, aquel chico que maneja la tienda, sonríe en dirección a la voz. 

—¡Este no es el disco de 1973! —dirijo mi atención a la figura que sale de las sombras y mis fanales se abren como platos. Se trata de la muchacha que atiende la farmacia que he visitado dos veces. Aquella que me puso en mi lugar. Aquella poseedora de dos luceros color avellana como ojos.

—Lo siento, Mi Jung —Chanyeol se acerca a ella y le despeina su corto cabello castaño —Fue el único que llegó hoy.

Ella hace un leve puchero pero termina por sonreírle de manera deslumbrante. 

—Mira —Chanyeol toma del brazo a la chica la cual ahora sé que se llama Mi Jung y la acerca hasta Hoseok —Él es Hobi, el amante supremo del hip-hop. Y puedo asegurarte que lo baila mejor que cualquier otro.

La chica vuelve a sonreír y choca el puño con mi amigo.

Por mi parte sigo parado como imbécil en mi sitio, alejado de toda aquella dulce escena.

—Hobi, te presento a la chica más maravillosa del mundo. Esta mujer se convertirá en un ícono de la música en toda Corea —ella se encoge ante el gesto del alto cuando este despeina un poco su cabello.

Una punzada en mi pecho aparece de la nada al notar ese sutil gesto en él.

Me siento tan desconcertado de mí mismo que, sin decir palabra alguna, salgo corriendo de la tienda, dejando a Jung allí, abandonado y sin poder decir nada.

Corro sin parar hasta llegar a un pequeño parque para niños. Toco mi pecho y este tamborilea de manera frenética.

«¿Qué carajo me pasa?»

Aquel Chico - NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora