Capítulo 23

74 23 6
                                    

Arrastro hasta la entrada la última maleta y suelto todo el aire de mis pulmones. Por fin, tengo todo listo. Recorro el pequeño espacio al que llame hogar por cinco años y la nostalgia me llega al instante. Ahora todo está limpio y cubierto por sábanas. No hay rastro alguno de que alguna vez haya estado aquí.

«No puedes rendirte ahora Mi Jung»

Por primera vez en el día mi cerebro dice algo coherente y le tomo la palabra. 

—¿Lista, Noona? —Sehun aparece por la puerta y toma la maleta que recién dejé.

Suspiro pesadamente y asiento.

«Gracias por todo casa... aunque no se si vuelva a verte de nuevo»

Con esa opresión en mi pecho, cierro la puerta y me despido de mi hogar.




══════════════════════════════════════




—¿A qué hora sale tu vuelo? —Sehun no deja de verme por el rabillo del ojo. Reviso el móvil y cansada le respondo.

—Treinta minutos —estando en el aeropuerto el tiempo parece ir cada vez más despacio.

Mis maletas ya están documentadas, el boleto lo tengo listo en mi mano y el paquete que guardo recelosa en mi bolso también está más que listo. Solo falta esperar un poco más.

—¿Le dijiste? —no hace falta tener poderes telepáticos para saber a quién se refiere, aunque tal parece que ambos estamos conectados. Yo también estoy pensando en él.

—No, no lo sabe —mantengo mi vista en las personas que caminan a nuestro alrededor sin decantarme mucho en el tema; sin embargo, mi hermano está dispuesto a hacerme hablar antes de que me largue.

—Lo vi hace un par de días y ciertamente su rostro no se notaba para nada bien —mis alarmas se encienden al escucharlo pero me mantengo inescrutable —Creo que ha estado llorando, tenía ojeras del tamaño del universo.

—Intenté arreglar las cosas y él no me lo permitió —me excuso pero creo que tampoco fue correcta la manera en cómo actué. 

—Tranquila, tarde o temprano se dará cuenta que no estuvo bien lo que hizo y todo pasará.

—Sí, pero será demasiado tarde —logro decir en apenas un susurro y agacho la cabeza.

Hun no dice nada y me envuelve en sus brazos. La calidez y ternura que emana este grandulón me llega tan de sorpresa que no puedo contenerme más y comienzo a llorar. Las lágrimas silenciosas que he estado guardando las últimas semanas fluyen cautelosas como un río, dejando salir con ellas mi frustración, mi enojo, mi dolor y mi amor.

Me separo de mi hermano cuando escuchamos por los altavoces que podemos comenzar a abordar. Me limpio mis ojos y trato de mantener la calma en público.

—Llegó la hora —la voz de mi persona favorita se entrecorta y sé que está soportando las ganas de llorar.

—Llegó la hora —me pongo de pie y caminamos un poco hasta la fila de abordaje.

—Cuídate mucho, Noona —su enorme mano limpia restos de lágrimas en mi mejilla y me sonríe un poco forzado —Come bien, vive bien y trata de no arruinarlo en Nueva York —ambos reímos.

—Estudia mucho, disfruta la vida, visita a nuestros padres continuamente y por favor, no vuelvas a golpear a nadie más por lo que te resta de vida, ¿De acuerdo? 

—Lo intentaré pero no prometo nada con lo último —le doy un leve golpe en el brazo y solo asiente con su cabeza.

De mi bolso saco el paquete que no tuve el valor de llevar al servicio postal y se lo entrego. Sus ojos se agrandan.

—Cuando tengas oportunidad... entrégaselo. Será su decisión si lo abre —mi hermano, no muy seguro, acepta el sobre y lo guarda en su mochila.

Me despido definitivamente de mi hermano, entrego mi boleto y minutos más tarde me encuentro ya sentada en mi lugar correspondiente en el avión.

Jamás creí que un momentos feliz estaría lleno de sentimientos revueltos y hechos un lío.

Con mis manos temblorosas saco el móvil de mi bolso y escribo un único mensaje al contacto que puede apaciguar mis alarmas internas de peligro.

𝐻𝑜𝑠𝑒𝑜𝑘
Lamento los problemas ocasionados.
Por favor, cuida mucho de Joonie.
Eres el único que puede hacerlo ahora.
Gracias por todo

Lo envío y apago el celular.

Esto es todo.

No puedo hacer más.

El avión despega y con ello dejo atrás a mi familia, mi atareada vida y a mi gran amor.

Aquel Chico - NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora