¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No veía nada, sus ojos estaban cubiertos por una venda. Tampoco podía moverse, pues tanto sus manos y pies permanecían atados con una soga. Solo podía sentir y pensar.
Una parte de él quería arrepentirse por no escapar, pero entonces, habría sometido a Sana a una vida fugitiva, una en donde ella también podría resultar herida. Y Taehyung no quería ser tan egoísta como para hacerle eso.
Por primera vez decidió hacerse cargo de sus propias acciones, aceptar las consecuencias de una vida errónea, mayormente guiada por el odio, le rencor y la rabia que habitaba en su corazón.
Y ahora, no sabía a donde lo llevarían, que le harían o que pasaría con Mina, Jimin y Sana. Lo único que tenía asegurado, era morir, ese era su destino. ¿Que más podía hacer? Arruinó una empresa importante que le dió la mano cuando él apenas estaba empezando y los dejó en la ruina, burlándose, humillando a esa pobre gente, que, ahora, cobraba venganza. Se lo merecía, porque había hecho más cosas que no debía.
El karma.
Pensó.
¿Que más podría ser? Estaba condenado a vivir miserablemente por no aprender a superar ese terror y ensimismarse en su odio, en su rencor y el miedo que sentía hacía todos. Aún así, su mente quería justificarse, buscar un culpable detrás de sus acciones incorrectas. Y ese personaje, era su madre. ¿Por qué ella no estaba pagando esas consecuencias como él? Aunque bueno, de ella no ha sabido desde que se fué de casa a los 19.
Uno tantos minutos después, fue maltratado y arrastrado hasta un lugar frío y oscuro, en donde le quitaron aquella venda de los ojos, la cinta de su boca y las sogas de sus extremidades. Pero su libertad de movimiento no duró mucho, pues fue encadenado a la pared y luego, abandonado en ese húmedo sitio.
No hizo nada, solo mirar una recóndita esquina oscura de aquella habitación, mientras contemplaba la imagen de Sana que guardaba en sus pensamientos.
Almenos antes de morir llegué a conocerla.
Pensaba, sosteniendo una muy leve sonrisa en sus labios, antes de sentir todo el peso de su vida en sus hombros, y por ende, comenzar a lagrimear, porque allí sería su fin, allí terminaría todo y no había remedio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.