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Estando a punto de entrar a la habitación de Mina, Sana se sentía nerviosa y ansiosa a la vez. Cualquier información que ella pudiese darle sería fundamental para encontrar al señor Kim, y la angel estaba segura de ello. No podía permitir que pasase otro mes. En realidad no soportaría otro mes sin Taehyung, sin saber en donde estaba. Lo único que logradaba darle aliento era el hecho de que, si ya estuviese muerto, habrían venido a por ella, ya que no tendría mucho más que hacer en la Tierra.
—Pasa—
Escuchó la voz de la fémina dentro del cuarto y sintió un escalofrío, antes de que la puerta se abriese por si sola ante el mandato de la mayor. Al entrar, notó que Mina se encontraba leyendo algo en la pantalla flotante de su habitación, no entendía muy bien que era, y tampoco le interesaba demasiado, pues solo estaba centrada en encontrar a su humano.
—¿Que necesitas? — preguntó, girandose a su dirección al no escuchar palabra alguna de la boca de la recién llegada.
Sana suspiró. — ¿Sabes... Sabes si Taehyung tiene enemigos? — preguntó, mirándola con atención ante cualquier respuesta que fuera dada.
Mina soltó vierta risa irónica— Él no tiene amigos, solo enemigos, Sana. Y aunque llegase a liberarse de las manos de quienes lo tiene en cautiverio ahora, vendrían otros a por él— contestó, volviéndose a girar hacia la pantalla.
Aquello palideció a Sana, quien parpadeó varias veces para terminar por procesar la información que se le había sido dada.
—¿Ha-Hablas en serio? — habló ella, con voz temerosa.
Mina asintió sin problemas— Kim no es una buena persona, Sana, eso tienes que entenderlo. Él está donde está porque se lo merece, se ganó a todos sus enemigos porque es un idiota que no es capaz de controlarse— contestó con voz seca, como si no hubiese ningún sentimiento en ésta.
Sana frunció su ceño ante lo dicho por la mujer contraria. Algo dentro de ella la hacia sentir eufórica, un sentimiento demasiado explosivo que nunca antes sintió. No sabía que era, pero no estaba para pensarlo en ése momento.
—Si muere, mejor para todos. Por él y sus jodidos problemas Jimin murió. El mundo no es bonito, y cada persona tiene que aceptar cada consecuencia que se venga después de sus actos— prosiguió, sin verla, dándole la espalda, como últimamente lo estaba siendo.
Kim Taehyung. El humano que le había sido otorgado como misión para salvar a unos cuantos de una perdición que prácticamente estaba asegurada para millones de seres humanos. Sana al principio no entendía muy bien la dinámica con la que escogieron a aquellos 7 humanos para ser salvados en esa área del planeta (Asia), sin embargo, con el tiempo, comprendió que en realidad, su humano no era malvado como todos creían. Su humano fué una persona inocente, sonriente, carismática y entusiasta, pero un acto horrible le arrebato cada lindo recuerdo y sentimiento que albergaba en su corazón. Taehyung endureció su corteza, para que nunca nadie pudiese herirlo de nuevo. Taehyung tenía miedo, a pesar de su fachada burlesca y sarcástica, se escondía un hombre lleno de traumas, de miedos y llantos que no podía controlar cuando se encontraba solo, en su habitación, rodeada de una obscuridad que lo consumió cada vez más. Nadie estuvo allí. Nadie nunca se detuvo a pensar en él. Nadie lo tomó en cuenta. Jamás alguien le ayudó a fortalecer su carácter de una manera moral. Taehyung es un humano que pedía a gritos de auxilio al cielo en silencio, solo con aquella mirada negra y carente de brillo exigía un buen final para él. Su señor Kim quería un cambio, pero no sabía cómo hacerlo, estaba cansado, él solo quería ser abrazado, amado y llenado de cariño como alguna vez sus padres lo hicieron. Sana entendía que Taehyung no supo como manejar aquel trauma y que a la fuerza, aceptó que el mundo no era un paraíso, y que si no actuaba como las personas a su alrededor, entonces perdería. Y, aunque aquello no justifica cada acción y decisión mala que tomó, logra explicar el porqué de su comportamiento.
