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Miraba como Jimin hablaba de algo a lo que no prestaba tanta atención como solía hacerlo, pues estaba asustada

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Miraba como Jimin hablaba de algo a lo que no prestaba tanta atención como solía hacerlo, pues estaba asustada. ¿Que le podía dar más miedo que Taehyung sonriendo de oreja a oreja? Joder, le daba escalofríos de solo recordar como había regresado el día de ayer, tan entusiasmado como lo eran Sana y Jimin, tan sonriente como nunca, a tal punto que hasta preparó la cena (aunque esta se quemó y Mina se burló haciendo que la cara dura de Taehyung volviese)

—Minari~— canturreó Jimin, sacandola del trance en el que se había metido.— ¿Me has escuchado? — preguntó.

Ella parpadeó un par de veces y negó, sonriendole levemente.

—Perdóname, Minie, pero tengo que hacer algo— avisó, levantándose de la pequeña cama que había en la terraza.

—Está bien, te esperaré aquí— contestó, volviendo a tomar aquel libro viejo en sus manos que, Mina no sabía de donde había sacado, pues de esos ya no habían.

Dejó un beso en la frente del pequeño angelito (literalmente) y salió de allí, en busca de la oficina que le concedió a Taehyung hace un par de días para que pudiera trabajar -claro, fue una petición de Jimin, de otro modo, nunca le hubiera dado nada a su descarado hermanastro-.

Antes de siquiera golpear la puerta escuchó un dulce canto y una par de leves risas.

Uh, los escalofríos habían vuelto.

Decidió que era mejor entrar sin avisar, para tomarlos por sorpresa, además de poder ver que hacían.

Sana se encontraba sentada en el escritorio de la habitación y Taehyung en su silla, frente a ella. Si no fuera porque tienen toda su ropa puesta, porque no parecen desarreglados y porque sus rostros sorprendidos no demostraba vergüenza pensaría que estuvieron haciendo otra cosa.

—Mina— mencionó alegre la chica, bajándose del objeto fácilmente.

—¿Sucede algo? — preguntó Taehyung, mirándola con su habitual seriedad.

Ella suspiró y apartó pensamientos no aptos de su mente.

—Necesito hablar contigo— respondió, observando de reojo a Sana— A solas— añadió.

—Uh, entonces, iré con Jimin— comentó con una sonrisa.

Le dió gracia como el rostro de Taehyung se endureció por el comentario de Sana. Vaya, celoso era, se lo esperaba, aunque no sabía que relación tenían esos dos.

—Nos vemos, Señor Kim— se despidió, agitando su mano, para después sonreírle a Mina y salir del cuarto, dejándo solos al par de hermanastros.

—¿Y bien? ¿A que se debe tu inesperada aparición? — preguntó Taehyung con neutralidad, mientras revisaba un par de hojas desinteresado.

—Quiero hablar de mamá y papá— contestó.

White And Black | 𝑇𝑎𝑒𝑆𝑎𝑛𝑎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora