Capitulo 12

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Gisselle se encontraba en la estación de Kings Cross, esperando a que Sirius y Harry terminaran de platicar para así abordar el tren, tanto muggles como incógnitos magos pasaban por los alrededores de la estación, Gisselle anhelaba el por fin cruz...

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Gisselle se encontraba en la estación de Kings Cross, esperando a que Sirius y Harry terminaran de platicar para así abordar el tren, tanto muggles como incógnitos magos pasaban por los alrededores de la estación, Gisselle anhelaba el por fin cruzar a la plataforma nueve y tres cuartos.

— Harry.— Sirius detuvo a su ahijado antes de que saliera.— Gisselle y tú soy muy importantes en mi vida, así que necesito pedirte que cuides de Gisselle, a ella un le duele la muerte de Cedric, y Remus y yo nos hemos dado cuenta que tú has podido darle un alivio, además que, ella tal vez no quiera aceptarlo, pero es peligroso el que ande con Malfoy, promete que verás por ella.

— Sí, claro, lo haré Sirius.— asintió rápidamente ante aquel pedido.— Lo prometo, voy a ver por ella.

— Eres un gran muchacho Harry, y me alegra demasiado que Gisselle haya encontrado un refugio en ti, así como Agnes y tú madre lo hicieron.

Black no tardó en volver a su forma animaga, una vez estuve frente a los demás atravesaron la barrera rumba a la plataforma, Gisselle iba del brazo de su padre, ninguno de los dos quería alejarse del otro, aún menos cuando las misiones de la orden estaban cercanas, lo que significaba que habría poca comunicación entre ambos.

— ¿Puedo llevarlo como mascota?.— preguntó Gisselle una vez en la estación mientras acariciaba a Sirius.

— No Gisselle, los perros no están permitidos.— negó tratando de no reír ante la petición de su hija.

— Bien, pero, ¿se puede quedar así para siempre?, es menos molesto.— aquella confesión generó que el animago gruñera y todos los presentes soltaran pequeñas risas.

Después de aquello comenzaron las despedidas, Remus y Gisselle se mantuvieron en un fuerte y cálido abrazo por unos minutos, hasta que fueron interrumpidos por Sirius, quien con su hocico comenzó a jalar a ambos Lupin de sus prendas, así logrando separarlos, finalmente, los adolescentes partieron con alegría rumbo al expreso escarlata.

— Auch, ¿eso por qué?.— le reclamó Harry a Gisselle al recibir un golpe en la nuca.

— Trata de contener tus sueños y alucinaciones, es difícil fingir que yo no las tengo.

— Oh claro, cómo no se me ocurrió, deja lo hago.— ambos se miraron con seriedad para terminar riendo juntos, Ron y Hermione que caminaban frente a ellos voltearon a verlos confundidos.— Espero que esto termine algún día.

— Pronto Harry, pronto terminará.

— Este...— empezó a decir Ron.

— Nosotros... bueno, nosotros tres debemos ir al vagón de los prefectos.— dijo Hermione incómoda.

— ¿Es necesario?.— replicó Gisselle, la cual aún se mantenía al lado de Harry.

— Sí, los delegados nos darán instrucciones y tal vez vigilemos los pasillos.— la joven Lupin bufó ante el posible trabajo que haría.

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