Meció con suavidad al pequeño bebé entre sus brazos, hasta lograr que se quedara dormido otra vez. Entonces, lo acostó con mucho cuidado en su cuna, le dio un beso en la cabeza y lo tapó con una mantita amarilla. Sólo hasta ese momento pudo regresar a la sala para seguir atendiendo a las visitas.
—Perdón, perdón. Es normal que Beom Gyu despierte a esta hora...
—¿Empiezas a darte cuenta de que no es tan fácil? —Su mejor amigo intentó fastidiarlo un poco.
—No puedes opinar, Felix. Tú nunca tuviste a un recién nacido —cruzó los brazos por encima de su pecho—. Chan, dile algo a tu novio, está atacándome y me siento herido —dramatizó.
—Bueno, Hyun Jin tiene razón, sweetie. Rosé tenía un año y siete meses cuando llegó a ti.
—Seguía siendo una bebé —intentó defenderse el menor de los tres.
La vida de Hwang Hyun Jin era fácil de envidiar. A sus veinticuatro años cumplidos recientemente tenía independencia, era el dueño de una casa preciosa en una de las zonas más caras de Seúl y su trabajo no sólo le gustaba mucho, sino que además pagaba bien. La sonrisa que mostraba a diario daba a entender que estaba de lo mejor.
Sin embargo, un día empezó a sentir que algo le hacía falta. Podía levantarse de la cama con energía y llegar hasta el final del día sin problemas, pero siempre se ponía a pensar antes de quedarse dormido... Era frustrante para él no poder descifrar de qué se trataba ese extraño hueco en su interior que no desaparecía más que a ratos. Y así fue hasta que creyó encontrar la respuesta al pasar un fin de semana cuidando a la hija de su mejor amigo.
Aún podía recordar cómo Felix por poco escupía su café tras escuchar la noticia de que había pedido informes para contratar a una madre de alquiler y tener un bebé. El australiano se sorprendió en esa ocasión por lo seguro que se había escuchado, como si ser padre soltero fuera de lo más sencillo. Después de años teniendo un lazo amistoso con Hyun Jin, Felix podía reconocer sin dificultad alguna cuándo éste bromeaba y cuándo hablaba en serio, por eso su impresión también fue grande.
El asunto con Hyun Jin era que su familia y –una gran parte de– sus amigos sabían que no era bueno para deshacerse de sus ideas, ni siquiera las que parecían llegar de la nada. Si él había tomado la decisión de ser padre, entonces era obvio que lo iba a conseguir tarde o temprano, sin importar qué dijeran o pensaran los demás.
—Está bien, puedo darte ese punto —admitió Hyun Jin—. Siempre has tratado a Rosé como si fuera una bebé.
—¿Puedes culparme? Es mi princesa —Felix hizo un pucherito.
—Te entiendo. Desde la primera vez que vi a Beom Gyu supe que daría cualquier cosa por él —sonrió.
—Puedes llamarnos si tienes alguna duda de padre primerizo —le recordó.
—¡Estaré bien! Si tomamos esta decisión es porque estábamos seguros de que podemos lograrlo.
—¿Tomamos? —Felix alzó una ceja, sin entender del todo a qué se refería su mejor amigo.
—Quiero decir que tú también decidiste ser padre soltero, ¡y tenías sólo veintiún años casi recién cumplidos cuando eso pasó!
—Oh, no. No, eso fue diferente, Jin —suspiró—. Mi hermana y su esposo fallecieron en un accidente y resulté ser el único familiar apto para cuidar de Rosé que quedó en la cercanía. No es como que yo haya elegido ser padre.
Hyun Jin tomó un mechón de su cabello negro, que ya le urgía cortarse un poco, y lo acomodó detrás de su oreja antes de volver a hablar.
—Pero de una manera u otra sí lo elegiste, ¿no? —Insistió, mirando al pecoso frente a él, ansioso por una respuesta que lo ayudara a sentir que no había hecho una locura—. Te dieron la opción de enviar a la pequeña a Australia y dejar que tus padres se hicieran cargo de ella, Felix.
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El sonido de una familia [HyunMin]
FanfictionUn adulto joven que decidió ser padre soltero conoce a un simpático maestro en un jardín de infantes. ⚠ PROHIBIDO COPIAR O ADAPTAR ESTA HISTORIA. 🔹 HyunMin, ChanLix.