Capítulo 16.

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Se le haría tarde para llegar a su trabajo si no terminaba en máximo tres minutos la llamada telefónica en la cual estaba atrapado. Sin embargo, su madre era necia, quería tener la razón en todo momento y le daba igual si debía caer lo suficientemente bajo como para usar chantaje emocional con tal de que su última palabra fuera la ley.

—¿Me dejarías en paz si digo que soy un malagradecido y un hijo terrible? —Suspiró el pelinegro—. Escucha, no me importa qué suceda con todas esas cosas que mencionaste. Esa habitación en la que están ya ni siquiera es mía. En serio, puedes vender, donar o tirar todo, puedes hacer lo que tú quieras —Seung Min evitaba alzar la voz—. No las olvidé, las dejé ahí a propósito. Sólo me llevé lo que necesitaba —bufó—. Mamá... Cuando me fui, lo hice con la intención de nunca regresar. ¿Entiendes?

Decirlo en voz alta aún le causaba cierto dolor porque de una manera u otra hacía que su realidad lo golpeara con más fuerza, pero se sentía triste y fuera de lugar cada vez que convivía con su familia, nada podía cambiar eso. La mejor opción fue mudarse tan pronto como pudo. No existía tal cosa como una mañana en la cual se despertara y se arrepintiera de haberse alejado.

Pasó una gran parte del día concentrado en su trabajo como maestro para no tener que pensar de más. Usó unos minutos de su descanso para enviarle un mensaje a Hyun Jin, pues hablar con él siempre era bueno para su ánimo, pero en esa ocasión su novio no le respondió.

Suponiendo que el mayor se encontraba ocupado, Seung Min no insistió hasta que llegó su hora de salida. Como tampoco recibió una respuesta, decidió llamarlo por teléfono para asegurarse de que todo estaba bien, casi como si una espina en su pecho le pidiera a gritos que lo hiciera.

—¿Minnie? —Escuchó la voz del rubio del otro lado de la línea—. Recién veo tus mensajes, cariño, lo siento. ¿Estás bien?

—No te preocupes, sólo tenía ganas de hablar contigo —sonrió de lado—. ¿Cómo está todo?

—Pues... —Suspiró—. Fue una mañana complicada. Beomie no dejaba de llorar y poner sus manitas en su cabeza, por lo que supongo que le dolía demasiado. Tuve que llevarlo al hospital.

—¡¿Al hospital?!

—Está bien, fui un poquito dramático —admitió—. No era necesario llevarlo ahí.

—No sé por qué lo del drama no me sorprende —hizo una breve pausa—. ¿Cómo está Beomie?

—Ya está mucho mejor. Gracias por preocuparte y preguntar, Minnie.

—¿Podría ir a verlo más tarde?

—¡Por supuesto! A Beomie le encantará que estés con nosotros.

Las cosas eran diferentes para Seung Min cuando podía pasar tiempo con Hyun Jin y con Beom Gyu. Su compañía hacía que se sintiera tranquilo, a salvo y querido... Ambos le daban lo que su familia nunca podría. Por esa razón aceptó pasar la noche ahí cuando su novio se lo ofreció, creyendo que le haría bien envolverse con aquellas sensaciones agradables tanto como fuera posible.

Prepararon una cena entre los dos, hablaron acerca de cómo les había ido durante el día y disfrutaron de las confusiones graciosas que surgían cuando el pequeño Beom Gyu los llamaba "papá" a ambos –cosa que a Seung Min no le molestaba para nada– y se tardaban unos segundos en descifrar a quién se dirigía realmente el niño.

Seung Min podía describir su relación con Hyun Jin como algo de lo más hermoso y perfecto. El tiempo avanzaba y él no dejaba de pensar lo mismo, incluso llegando a preguntarse si así se sentía enamorarse perdidamente de alguien.

Siete meses después del segundo cumpleaños de Beom Gyu, la guardería de confianza que a Hyun Jin tanto le había costado encontrar dejó de funcionar de manera definitiva. A pesar de que dieron el aviso acerca del cierre a todos los padres de familia con una semana de anticipación, para el rubio no era tan sencillo encontrar una alternativa en poco tiempo, pero Seung Min llegó a rescatarlo.

El sonido de una familia [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora