Capítulo 2.

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Acostó a su pequeño en la cuna y sonrió antes de cubrirlo con la mantita cálida de color amarillo que tanto parecía gustarle. Todos los días aprendía algo nuevo acerca de Beom Gyu y de cómo ser un buen padre, cosa que le encantaba y lo hacía sentirse agradecido por tener la oportunidad de criar a ese bebé.

Se alistó para terminar el día también, sintiendo ya los párpados un tanto pesados a causa del cansancio. No tuvo que esforzarse la gran cosa para caer profundamente dormido en su cama, despertando sólo un par de veces en medio de la noche, cuando su hijo se sentía incómodo y terminaba por llorar y esperar sus brazos.

Aunque las horas de descanso del pelinegro habían cambiado mucho en los últimos meses, siempre se levantaba temprano, se duchaba rápidamente y se aseguraba de que Beom Gyu estuviera bien para luego darle un biberón. Había pedido permiso para trabajar desde su casa durante un tiempo con el único propósito de hacerse cargo adecuadamente de su hijo, lo que le concedieron sin líos porque Hyun Jin era muy buen empleado y siempre entregaba los diseños que le pedían sin atrasarse.

Las mañanas en la casa de Felix solían ser activas. El primero en despertar era Bang Chan, quien empezaba sus días preparando el desayuno y ayudando a Rosé a alistarse para salir hacia el jardín de infantes, mientras dejaba que el pecoso descansara un poco más. Sin embargo, las cosas estaban siendo diferentes en esa ocasión, pues el castaño caminaba de un lado a otro, luciendo algo nervioso mientras se ponía una corbata alrededor de su cuello y apenas terminaba de hacer café instantáneo.

—¡Papi despertó! —Exclamó felizmente Rosé.

—Buenos días, princesa —Felix le dio un beso en la frente a la niña.

—Buenos días.

El rubio entró a la cocina justo a tiempo para alcanzar a ver cómo su novio revisaba algo en su teléfono celular y, por no prestar atención a su entorno, intentaba tomar un poco de azúcar para su café con un tenedor. La situación inevitablemente lo hizo reír.

—Y buenos días para ti también, sweetheart —el pecoso se acercó a él y le dio un beso en la mejilla—. ¿Ya te diste cuenta de que no estás usando una cuchara?

—¿Qué?

Sólo hasta entonces volteó a ver lo que estaba haciendo y soltó un suspiro, abriendo el cajón de los cubiertos nuevamente para sacar lo que necesitaba. Era evidente que le hacía falta relajarse.

—No estés tan nervioso, Chris, estoy seguro de que te irá genial en ambas entrevistas. Los dos sitios se pelearán por ti.

—Eres lo más dulce, ¿sabías? —Le dio un beso fugaz en los labios—. Me esforzaré al máximo y hoy volveré con un empleo. Te lo prometo.

Felix sonrió con ternura antes de alcanzar una taza limpia y también servirse café. Sabía que el mayor había estado preocupado tras perder su empleo por culpa del cierre que tuvo que sufrir la compañía en la que trabajaba, pero no dudó ni por un instante que todo estaría bien.

—No era necesario que te presionaras tanto, te lo dije. ¡Y mira! Ya tienes dos entrevistas para este día. Estoy muy orgulloso de ti, Chris.

—Bueno, tenía que hacer algo. Identify quebró hace un mes, Lix, sabes lo angustiado que he estado por ser desempleado.

—Fue hace sólo tres semanas —lo corrigió mientras, con cariño, le deshacía el nudo mal hecho de su corbata para volver a hacerlo de manera correcta—. Y sé cómo estabas, pero en serio, no tenías por qué exigirte y enviar tu currículum a todas partes unas ochenta veces al día.

—Qué exagerado. No podía seguir sin hacer nada.

—¿Nada? —Alzó una ceja—. Ahora el exagerado eres tú. Desde que te quedaste sin empleo, te ocupas de tender las camas, lavar la ropa, sacar la basura, aspirar, preparar las comidas, cuidar a Rosé, llevarla y traerla del jardín de infantes... Si en verdad crees que eso es no hacer nada, estás muy equivocado —aseguró antes de besar sus labios con dulzura—. No te puedes ni imaginar lo mucho que me has ayudado.

El sonido de una familia [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora