Extra.

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Los vecinos pensaban que las mañanas en la casa de la familia Hwang serían de lo más tranquilas si no fuera por Hyun Jin. ¡Pero eso estaba bien! Después de todo, a nadie le venía mal alguna ocurrencia para comenzar el día con el ánimo en alto o para tener una vida más interesante.

—Ay, no. Es una cana... ¡Es una cana! —Gritó antes de cubrir su rostro con ambas manos y hacer como que empezaba a llorar poco después, incapaz de seguir viendo su reflejo en el espejo del cuarto de baño—. Me parezco cada vez más a mi padre...

—Mi amor, ¿qué sucede? Todavía no son ni las ocho y ya estás siendo dramático —suspiró Seung Min.

—¡No es así! Es que en cualquier momento me veré como un anciano y no podemos hacer nada al respecto, Minnie.

—Acabas de cumplir cuarenta, no setenta. ¿Podrías calmarte? —Preguntó para luego acercarse a desearle buenos días con un beso fugaz—. No tardes en salir, ya voy a servir el desayuno.

Seung Min se dirigió a la cocina y saludó a su hijo. Beom Gyu, a sus dieciséis años, había alcanzado una estatura de un metro con ochenta centímetros, llevaba el cabello corto y teñido de un bonito tono café cenizo y, como casi cualquier otro adolescente, cuando quería salir a veces se veía en la necesidad de responder preguntas como si sus padres fueran policías o algo por el estilo.

—Papá, hoy saldré con Soo Bin después de clases, así que llegaré un poco tarde —le avisó a Seung Min mientras se servía un poco de leche en un vaso.

—Regresa antes de las veintidós, por favor. No queremos que tu papá Jinnie se altere.

—Sí sabe que este sábado, después del concierto, volveré como a la una de la mañana del domingo, ¿verdad?

—Está más tranquilo porque sabe que la señora Choi pasará por ti y por Yeon Jun cuando se termine el concierto y nos hará el favor de traerte hasta acá —hizo una breve pausa—. Aun así se lo recordaré más tarde.

—Gracias, papá —sonrió—. Ustedes son los mejores, ¿lo sabías?

—Dices eso porque te dimos permiso de ir al concierto con tu amigo y porque te dimos dinero para que completaras la camiseta oficial del evento —bromeó.

Después de desayunar, Beom Gyu se lavó los dientes y se despidió de sus padres con un beso en la mejilla para cada uno.

Una vez que el día escolar llegó a su fin, el joven de cabello cenizo empezó a guardar sus pertenencias de manera veloz mientras intentaba llamar la atención de su mejor amigo con una mirada suplicante.

—Soo Binnie, necesito tu ayuda.

—¿En qué problema te metiste ahora, Hwang Beom Gyu? —Suspiró el más alto.

—Mis padres creen que hoy estaré contigo... —Intentó explicar todo, pero el contrario lo interrumpió.

—¿Hoy? ¿El día en el que tengo una cita con Kai? —Negó un par de veces—. Amigo, lo siento, pero no podría ayudarte ni aunque quisiera. ¿Por qué no le dijiste a tus padres que Yeon Jun te invitó a la casa del idiota de Jay para pasar la tarde con sus amigos?

—Porque les agrada Yeon Jun, pero no les agrada Jay... Tú mismo acabas de decir que es un idiota.

—Y si quieres mi opinión, Yeon Jun se está haciendo igual desde que se junta con él.

—Ayúdame, por favor. Tienes que decirle a tu mamá que saldrás con Kai y conmigo para que si a alguno de mis padres se le ocurre la grandiosa idea de llamar a tu casa, entonces tu mamá le diga que estamos juntos y yo no termine castigado. ¡No puedo perderme el concierto de este sábado!

El sonido de una familia [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora