I. El Mago

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- Mi nombre es Hestia. Por aquel entonces, mi Nombre era, solamente, Hestia. De momento, mi vida había sido demasiado corta como para ganarme algún Nombre. Tres años no dan para mucho.

       »Por aquel entonces era una estudiante de las Artes Mágicas

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       »Por aquel entonces era una estudiante de las Artes Mágicas. Vivía y estudiaba en la ciudad de Vesuvia; o como la llamaban los forasteros, la Ciudad Inundada. Y esa noche la recuerdo nítida, como si fuera la primera.

Aquella noche, la niebla vespertina era espesa, cubriendo la calle con un brillo etéreo y lechoso

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Aquella noche, la niebla vespertina era espesa, cubriendo la calle con un brillo etéreo y lechoso.

Me acerqué a la ventana para cerrar las cortinas, deteniéndome un momento junto al cristal para apreciar la tranquila escena. No había ni un alma por la calle. Era tarde; la ciudad dormía.

- ¿Esa es la canción que oímos en el mercado? - dijo, de pronto, una voz a mi espalda. Una voz masculina y serena, que pertenecía a mi maestro, Asra.

No me había dado cuenta de que estaba tarareando. 

- Sí - sonreí sin quitar la vista de la calle.

- Te echaré de menos - un rastro de pesadumbre se coló en la voz de mi Asra.

Mi maestro Asra, el Mago. Por aquel entonces yo no conocía mucho acerca de su pasado. Aún así, se había esforzado por enseñarme todo lo que ahora sé de magia.

- ¿Debes irte esta noche? - pregunté, agachando la cabeza. No quería mirarle. Temía que su mirada me ablandara.

- Es la muerte de una noche sin luna - sentenció. - El tiempo indicado para iniciar un viaje. Toma... coge esto - dijo con reticencia tras una breve pausa. - Para que te entretengas mientras estoy fuera.

¿Un regalo? Qué inusual.

Alcé la cabeza por fin, descubriendo a mi maestro acodado tras el mostrador.

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MurielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora