Un Poco Más Que Odio (Sasuke Uchiha Y Tu)

XII

Capítulo doce, Sasuki.

—¿Porque no cambias tu manera de vestir?—Preguntó Sasuke tirado en mi cama. Habían pasado ya unos meses y nos habíamos echo más cercanos.

—¿Que tiene de malo mi manera de vestir?— Pregunté alzando una ceja.

—Nada, la verdad me gusta mucho tu ropa— Me dijo echándose para atrás —Sería mejor si ni la llevaras— Susurró y le lancé una camiseta mientras ambos reíamos.

—Creo que esto está bien— Le mostré una sudadera roja y unos pantalones negros holgados.

—Lo está, ahora anda y vístete, fea— Yo reí y eso hice.

Al terminar de vestirme deje la ropa que llevaba puesta antes sobre una silla y me senté en la cama a ponerme las medias.

—Oye, vamos a ir a comer antes de ir al centro comercial—

—A—

—Vuelve a decirme "a" y te haré gemirlo fea—

Yo le tape la boca rápidamente.

—No digas esas cosas en voz alta necio—

—Solo te advierto— Contestó casi sin que se pueda entender dado que le tenía lo boca tapada.

—Advierte menos pues—

Me di vuelta a terminar de ponerme las medias mientras que el reía por lo bajo. Me terminé de arreglar y me puse el pelo en una cola alta para luego salir con Sasuke.

—¡Nos vemos tío! ¡Lo que tenga que hacer lo hago al volver!— Grité cerrando la puerta.

—¿Que quieres comer?— Preguntó cuando ya estábamos en el auto.

—No se, ¿Carne a la parilla?—

—Suena bien— El me guiño un ojo y luego comenzó a conducir.

—Sasuki, mira— El volteó a verme con el ceño fruncido y una sonrisa.

—¿Sasuki?— El río levemente — A ver— Le mostré en mi celular la foto que le había sacado — Me veo hermoso distraído—

—Creído— Rodé los ojos mientras reía.

Al llegar al lugar ordenamos nuestra comida y nos quedamos en nuestros teléfonos.

—Acá con la plaga— Se escuchó mi voz desde el teléfono de Sasuke, el sacó la vista de su teléfono y me sonrió.

Nos entregaron la comida y nos pusimos a hablar mientras comíamos. Al terminar pagamos y nos dirigimos al centro comercial.

Nos encontrábamos en un tienda, en eso el se aparece con un bañador azul oscuro de dos piezas.

—¿Que haces con eso? No tienes con qué llenarlo— Le dije.

—Pero tu si—

—No voy a usarlo—

—Claro que si, el fin de semana iremos a la playa—

—Debes dejar de crearte planes así como así—

—Mientras que sigas diciendo que si lo seguiré haciendo—

—Esta bien— Rodé los ojos y el sonrió de manera inocente.

—Vamos a medirte esto— Dijo comenzando a caminar.

—¿Como que vamos?— Pregunté deteniendole.

—Si, yo te acompaño a ver como te queda— El volvió a caminar tomando mi brazo.