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Ya era día de ir por Lisa, estaba muy feliz, por fin le mostraría mi pueblo, cosa que le venía prometiendo desde hace tiempo.

Mi madre y yo fuimos a buscarla a Chicago. Cuando llegamos se despidió de su abuelo y su hermano, subió al auto sus maletas con ayuda de Felix y partimos hacia Collinsville.

Ella se veía tan madura y fuerte frente a su familia pero apenas el auto avanzó,  sus ojos se llenaron de lágrimas, no hacía ruido, lloraba en silencio mientras veía por la ventana para que no la viera así.
Tomé su barbilla y la hice verme a la cara, su nariz estaba roja de tanto llorar, con mis pulgares limpié sus mejillas y se recostó en mi hombro para luego quedarse dormida, no era un viaje muy largo, solo eran dos horas pero era mejor dormir a ir aburrido todo el camino. Mi madre no nos ponía atención, iba pendiente a los audífonos por los que hablaba con su secretaria sobre algunos asuntos del pueblo. Poco a poco fui cediendo ante el sueño y terminé dormido junto a Lisa.

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Desperté por que el auto se detuvo.
-Chicos, ya es hora de bajar- dijo mi madre mientras salía del auto. -Tyler, tu padre no está, debes de ayudar a Lisa a bajar las cosas del auto, en diez minutos debo de salir hacia el ayuntamiento.- dijo entrando a casa, eso significaba que tenía diez minutos para bajar a las maletas junto a Lisa del auto.

-Lisa, llegamos- le dije suavemente intentando despertarla, ella abrió poco a poco los ojos y de repente reaccionó.

Ya estoy en Collinsville!- dijo mientras salía del auto dando saltos. Yo solo reía de su emoción. -Sabes, imaginaba que me traerías aquí hasta que nos casemos pero tal vez vivir en unión libre no esté mal- dijo bromeando.

-Oh, no, es solo una trampa. Antes de entrar a mi casa debes firmar los papeles donde dice que somos marido y mujer- contesté dando la vuelta al auto para bajar las maletas. -Aunque... antes debemos de bajar tus sacos de papas, ¿Qué llevas aquí? ¿Cadáveres?- pregunté intentando bajar una maleta.

-Ni pesan idiota, ¡solo son tres! No cuesta tanto bajarlas.- dijo ayudándome a bajarlas a tiempo, antes de que mamá saliera de la casa ya cambiada de ropa. -Ahora hay que llevarlas adentro.- dijo Lisa cansada.

-Nos vemos chicos, yo ya me tengo que ir. Yo y mi marido no estamos mucho en casa Lisa, pero Tyler si, cualquier cosa que necesites puedes decirle- Lisa asintió. Mi madre subió a su auto y se fue.

-Bien Sancho, debemos de subir estas tres rocas al palacio- dijo bromeando.

-Diga, gran Quijote, ¿Ya sabe exactamente a que mazmorra las llevará?- ella se detuvo de intentar mover las maletas para verme entre confundida y divertida, soltó una carcajada que me contagió a mi también.

-Tyler, ¿Donde me quedaré?- preguntó después de tanto reír.

-En el granero quemado- ella me volteó a ver divertida. -Sigueme- tomé su mano y la llevé tras de mi. Entramos a la casa, ella estaba asombrada, todo lo que veía le gustaba.

Le mostré cuál era la recámara de mis padres y la oficina de mi papá -esos dos lugares están prohibidos hasta para mi, en las demás habitaciones si puedes entrar- expliqué, ella asintió.

Cuando llegamos frente a nuestras habitaciones le dije -Este es mi cuarto, el de a lado es tuyo- hice una pausa para verla, sus ojos brillaban de emoción esperando a que abriera la puerta. Se me ocurrió una idea.
Me puse tras de ella y tapé sus ojos con mis manos, era fácil ya que no era alta. -¿Qué haces?- dijo mientras reía.

-Es sorpresa, acércate a la puerta y ábrela- ella hizo lo que le pedí. -Ahora camina lentamente hacia el frente- caminó conmigo tras de ella, cuando ya estábamos dentro quité mis manos de sus ojos y la tomé por los hombros. Ella estaba muy feliz.

♡Anything With You☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora