Voy camino al salón de Música. Lo primero que hago cuando llego es sentarme en los bancos del medio, soy buena pero no tonta, no me gusta sentarme al frente y ser un blanco fácil para las preguntas de los profesores.

El salón comienza a llenarse y me doy cuenta de que no conozco a ninguno de mis compañeros en esta asignatura. Roxy decidió cambiar Música por Fútbol, así que prácticamente estoy sola. Sinceramente no me importa, vengo para aprender, no para conversar, en todas las otras materias sí, pero en esta no.

Mi cuerpo se tensa cuando veo a una familiar cabellera rubia atravesar la puerta del salón. Trato de verme normal y casual, pero me cuesta. Lo veo buscar asientos libres y cuando sus ojos se detienen en mi y luego en el lugar vacío a mi lado, su sonrisa me confirma lo que hará.

Las chicas lo miran embobadas mientras él esquiva a todos para llegar al asiento a mi lado, sin dejar de hacer contacto visual conmigo.

Se sienta y sin mirarme dice:

—Hola.

Lo miro confundida, su saludo fue tan cortante.

—Hola —digo cortante. Los dos podemos jugar el mismo juego.

Su perfume invade mis sentidos. Perfume de hombre... debilidad de toda mujer.

—Buen día, alumnos —saluda el profesor.

¿Es que todos los profesores aquí son jóvenes? Este hombre no pasa los 26 años. Es pelirrojo y tiene unos ojazos azules. Suspiro inconscientemente.

Ashton me mira de reojo y niega con la cabeza, ¿Qué le ocurre?

Su manera de sentarse, con sus largas piernas estiradas y los brazos extendidos en el banco hace que se vea cómodo, pero por la forma que las venas se marcan en su cuello, sé que está igual de tenso que yo. Miro su perfil por unos segundos y me detengo en la pequeña cicatriz en su cuello. Le preguntaría como se la hizo, sin embargo, no quiero ser la primera en iniciar una conversación.

La clase comienza y me dedico a prestar atención a todo lo que dice el profesor.

—Necesito que para la próxima clase interpreten una canción. Puede ser con cualquier instrumento y deben cantarla. —dicho eso se retira del salón.

Mi móvil suena en una llamada y contesto de manera instantánea.

—Alex —saludo.

—Hola, Bianca. Me preguntaba si quieres que almorcemos juntos hoy...

Miro a Ashton, está guardando sus cosas. No me mira pero sé que tiene toda su atención en la llamada.

—Por supuesto, nos vemos luego —corto.

Cuelgo mi mochila en mi hombro derecho y salgo rumbo a Educación Física sin mirar a Ashton. No soy amante del ejercicio escolar, amo salir a correr o jugar fútbol pero cuando se trata del colegio no me gusta.

En los vestuarios, cambio mi uniforme normal por el uniforme de gimnasia. Consta de una camiseta amarilla y shorts negros, horrible.

Me encuentro con Lucy, Bella y Roxy, y juntas nos dirigimos a la pista de atletismo.

La profesora nos ordena correr por 30 minutos para "entrar en calor" y yo pienso que nos quiere matar.

—Armen equipos, van a jugar Handball —aplaude acompañando su orden.

Con mis amigas nos agarramos de las manos. Si eligen a una, eligen a todas.

—Ustedes —nos señala, Krista.

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