OH MY GOD [수슈]

OMD: VII

MARATÓN 3/?

—Por favor, retírense —Habló el demonio con autoridad sin mirar a alguien en específico —. Tengo asuntos que tratar con esta mujer.

Todos obedecieron la orden comenzando a dispersarse, solamente quedando SooJin y SoYeon frente a Dara.

—¿Qué es lo que quieres, Dara? —Habló SooJin sería una vez que todos se habían retirado.

—Creo que sabes lo que quiero —Respondió igual de seria la mujer para luego mirar a SoYeon —¿Qué sigue haciendo aquí? —Dara miro despectiva a la demonio de menor estatura.

—Ella se queda —SooJin aclaró antes de que SoYeon pudiera responder —. Estamos muy ocupadas, así que será mejor que digas lo que tengas que decir y te vayas.

La mujer bufo molesta —Tsk. Son detestables —Musitó entre dientes —. Quiero a mi hija.

SooJin soltó una risa nasal y apartó la mirada irritada —Te lo dije hace unas horas —Volvió a su seriedad y le dirigió una dura mirada a la mayor —, Shuhua no está aquí en contra de su voluntad. Si ella quisiera, hubiera vuelto al cielo en cualquier momento.

Dara miró enfadada a la rubia. Normalmente no era alguien que perdiera los estribos fácilmente, al contrario, tenía completo control sobre sus emociones y siempre estaba calmada demostrando tranquilidad y serenidad; pero si había algo que no soportaba era no tener el control sobre la situación o sobre las personas, lo cual casi nunca sucedía, aunque desde hace ya un tiempo su hija parecía reacia a hacer lo que le ordenaba, y eso la sacaba de quicio.

—Entonces busca la forma de que vuelva —Esta vez su voz sonó más seria, parecía harta. Las demonios fruncieron sus ceños en señal de que no entendían a lo que se refería la mujer  —. Hay algo que Shuhua no soporta, tu sabes bien lo que es.

—Traición —Aclaró SooJin, su mirada filosa sobre La Madre.

Dara sonrió satisfecha —Exacto.

SoYeon estaba perdida en aquella conversación, no sabía a lo que quería llegar la de blancas vestimentas con aquello. Aun así mantenía su mirada impenetrable frente a ella, al igual que su compañera de rubia cabellera.

SooJin pareció analizar durante unos segundos la situación, y luego habló decidida: —¿Y qué si no lo hago?

—Los humanos sufrirán las consecuencias.

La pelinegra hizo una mueca de disgusto, pero seguía sin entender del todo —¿Qué tienen que ver los humanos en todo esto? —Cuestionó confundida, aunque ella parecía ser la única sin comprender —Además, la humanidad es creación tuya, ¿por qué los dañarías por una estupidez como esta?

La sonrisa de autosuficiencia se extendió por el rostro de La Madre —¿Le explicas tú, SooJin? ¿O lo hago yo?

SoYeon dirigió su mirada hacía la mencionada, quien mantenía su vista fija en Dara. Sus ojos parecían filosas dagas listas para atacar a su objetivo, que en este caso era la mujer frente a ellas.

—Entonces lo haré yo —Dijo Dara logrando que la vista del demonio volviera a enfocarla —. Los humanos son mi peor creación hasta ahora. Asesinaron a mi hija sin dudarlo y aún esperan su regreso después del daño que le provocaron. Sin embargo, ella decidió perdonarlos por que es tan bondadosa y torpe —SooJin gruño enfurecida ante la forma en la que se describió a Shuhua —. Pero eso no quiere decir que estaba bien con aquello —La Madre continuó sin inmutarse por la reacción de la rubia —. Shuhua estaba devastada y no ha tenido el más mínimo contacto con la humanidad desde entonces. Se limita a asignar esas tareas a los ángeles.