OH MY GOD [수슈]

OMD : I

¿Quién es ella?

¿Qué hace vestida así?

¿Por qué va de la mano con la Reina?

Esas y otras dudas surgieron entre las criaturas del inframundo cuando vieron pasar a su Reina junto con otra chica que para todos ahí era desconocida. Esta última llamaba la atención de los habitantes principalmente por su vestimenta. Todo en el infierno era de tonos oscuros y opacos, sin embargo, ahí estaba aquella desconocida vestida completamente de blanco logrando resaltar entre todos. Tampoco podían pasar por alto el hecho de que era realmente muy bella y mucho menos dejarían pasar que ¡Iban tomadas de la mano!

Eran demasiadas cosas nuevas en un solo día para los habitantes. Todo en el inframundo era monótono y aburrido, nunca se veía algo interesante o diferente. Sin embargo, hoy la Reina llegaba de la mano con una hermosa chica vestida con colores completamente ajenos a lo que todos estaban acostumbrados.

Y no era precisamente eso lo que les sorprendió a todos. No, no. Lo que realmente saco de sus casillas a todos era que aquel frío, cruel, calculador y solitario demonio entrara a su gran mansión con alguien de la mano, cuando a los únicos a los que permitía el paso a dicho lugar eran las Princesas del Infierno y a los Pecados Capitales.

Las Princesas del Infierno eran Satán, Belial y otras dos que no tiene caso mencionar, ya que nunca se aparecen por la mansión. En cuanto a los Pecados Capitales, esos demonios que no hacían más que causar problemas tanto en la Tierra como en el Inframundo, aunque aveces le hacían más fácil su trabajo a SooJin. Pero esa es historia para otro día.

También estaba Mefistófeles, no era una considerada una Princesa del Infierno, sin embargo, fue desterrada y se le quitó el privilegio de llegar al cielo junto con Satán y esto fue suficiente para ganar su confianza y que tuviera permitido entrar a sus aposentos. Además de que siempre era bueno tener a una criatura como ella de su lado.

Y bueno, toda la servidumbre de la mansión también vivían ahí.

—¡Bouzas! —Gritó SooJin una vez de la gran casa.

Un pequeño demonio vestido con un traje de mozo negro, salió de uno de los pasillos cercanos a la puerta principal. Al escuchar el grito de la chica salió a paso rápido a recibirla.

—Mi Señora, bienvenida. —El demonio hizo una reverencia hacia ambas chicas. La rubia se quitó su abrigo y se lo dio.

—¿Dónde están? —Habló sin rodeos su superior.

—En el salón principal, mi Señora.

—Bien, puedes retirarte.

El demonio volvió a reverenciar a su superior para después irse de ahí con la atenta mirada de Shuhua clavada en él.

—Que simpático. —La peli negra soltó una  sutil risa.

—Es bueno, es bastante servicial y útil. —SooJin le regaló una sonrisa a la otra chica —Ven, vamos. —La tomó de la mano guiándola al lugar mencionado anteriormente.

Shuhua veía con detenimiento la decoración del lugar. Todo negro con algunos adornos que se veían bastante anticuados aunque bien cuidados. Era bastante diferente a lo que estaba acostumbrada en el cielo, sin embargo, no le desagradaba; es más, le agrado bastante el cambio.