OH MY GOD [수슈]

OMG : Epílogo

Todos alguna vez hemos tratado de imaginar el cielo. Nos han relatado historias, se han hecho filmes sobre este. Hay cuentos y leyendas y se menciona en la Biblia. Incluso hay personas que afirman haber tenido visiones en las que estaban en el cielo.

Podemos imaginarlo y escuchar todos los relatos, sin embargo, nunca sabremos cómo es en realidad. Y probablemente no sea como lo imaginemos.

Tal vez si era un lugar lleno de luz, con montones de ángeles volando en los alrededores felices. Un lugar lleno de felicidad, sueños y esperanza.

Pero no para Ella.

Shuhua, al contrario de lo que todos piensan, no era feliz en su reino.

Para ella, era una cárcel. Un lugar de donde no había escapatoria. Siempre ocupada, con muchas responsabilidades. Y lo peor, sola.

Y si, tenía la compañía de todos sus ángeles. Pero no hay que olvidar que al ser su superior, la relación con todos los habitantes del cielo era meramente profesional, así que siempre se sintió sola. O bueno, así es ahora.

Hace miles de años, tuvo lo más cercano a lo que se podría considerar a una amiga. Era un querubín. Su más cercano y querido querubín.

Tenían ya mucho tiempo de conocerse. Siempre iban juntas. Shuhua iba siempre acompañada de su fiel seguidora. Eran realmente cercanas y parecía ser que no soportaban estar la una sin la otra.

Y entonces... ¿Qué fue lo que sucedió? Se preguntarán ustedes.

Simple, ¿alguna vez se han enamorado de alguien que no deben? Algunas personas cuando se encuentran en estos casos, prefieren callar sus sentimientos, otros tal vez hagan todo lo posible para tener a su amor inalcanzable. Lamentablemente, su querubín fue más allá de eso.

A sabiendas de que lo sentía por su superior era imposible, dejó que los malos sentimientos la consumieran. Orgullo, celos, envidia. Eso la llevo a tomar las peores desiciones y aún seguía pagando las consecuencias.

Años en el inframundo la hicieron cambiar y reflexionar. Pasó de ser un querubín infantil, tierno y lindo a un demonio frío y calculador.

SooJin, Pincesa del Infierno, Satán, Satanás o Lucifer; el nombre por el que la prefieran llamar, era la mejor amiga de Shuhua.

Sin embargo, no todos sus cambios fueron para mal. Ahora era un chica madura y después de miles de años de reflexión, se dio cuenta que su forma de actuar fue de lo peor y que por eso perdió su lugar en el cielo y a la chica que amaba.

Pero ahora tenía una segunda oportunidad para conquistar y amar esta vez de manera correcta a la chica de sus sueños. Esta vez no lo arruinaría y no permitiría que nada ni nadie la arrebatara de su lado.

Quería tomar su mano y quedarse a su lado, como lo estaba haciendo ahora, para toda la eternidad

La noche ya había caído y ninguna de las dos quería apartarse de la otra.

Después de sus confesiones, decidieron volver al hotel, ya que querían estar juntas por más tiempo.

Todo el camino de regreso al hotel fueron en silencio tomadas de la mano, pero no era incómodo. Sentían que no necesitaban decir nada. SooJin solo se dedicó a ver la linda cara de asombro de Shuhua al pasar por los grandes y luminosos edificios.

Al llegar al cuarto, lo único que hicieron fue quitarse sus tacones para después recostarse en la gran cama.

Ya habían perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaban acostadas en la oscuridad solo mirándose. No debían hacer nada más, sus miradas lo decían todo. Miradas llenas de amor y sinceridad.

SooJin levantó su mano y acomodó un mechón del negro cabello de Shuhua detrás de su oreja para después deslizar su mano por su mejilla y acariciarla suavemente con su pulgar. La azabache cerró sus ojos y movió su cabeza en busca de más caricias. En cambio, la rubia bajó su mano y la colocó en su nuca y se acercó más a ella para depositar un suave beso sobre los labios de Shuhua. Se separaron unos segundos después y se miraron a los ojos.

— Te amo... —Dijo la rubia acariciando el cabello de la otra chica —Realmente lo hago.

Las azabache tomó un profundo respiro y luego hablo —Yo también te amo SooJin.

—Lamentó todo lo que hice antes. —Confesó la rubia —Te extrañe mucho todos estos años.

—Yo te extrañe aun mas. Yo he estado sola todo este tiempo, en cambio, tú tuviste a Belial y Mefistófeles.

—Lo se... Pero yo quería estar contigo. —SooJin le regaló una cálida sonrisa a la otra chica. —No me quiero volver a separar de ti nunca.

—Ni yo. No soportaría estar sola más tiempo.

—¿Y que propones? Te recuerdo que no puedo entrar al cielo.

—No estoy segura...

Ambas guardaron silencio pensando en sus opciones.

De repente, una idea le llegó a la rubia. Era arriesgado y no sabía si la azabache estaría de acuerdo. Pero tenía que intentar.

—Ven conmigo. —Dijo la rubia sería sentándose en la cama.

Shuhua se sentó y la miro confundida —¿Eh?

SooJin asintió y la tomó de ambas manos —Que vengas conmigo. Al inframundo.

—¡¿Qué?! —Preguntó exaltada la azabache —Pero no puedo. Alguien podría reconocerme y yo n-

—Nadie te va a reconocer, Shuhua. —La interrumpió la rubia —Tiene algunos años que cambiaste de apariencia y no te apareces ni en la Tierra. No hay forma de que alguien te reconozca. Tal vez solo Belial y Mefistófeles, pero no hay problema con ellas. No dirán nada si se los pido.

—Yo... No lo sé, SooJin. Es arriesgado. —La azabache hizo una mueca de preocupación.

—Vamos. ¿Acaso no estás harta de estar siempre solo allá arriba? ¿De todas tus responsabilidades? —Cuestionó SooJin y vio como la mueca de Shuhua se iba desvaneciendo —Se como te sientes allá. Solo quiero ayudarte y estar contigo.

Shuhua mantenía la mirada en sus manos entrelazadas con las de la rubia. Sabía que SooJin tenía razón. Ya estaba harta de todo eso. Y más que harta, ya no lo soportaba. Esa era otra de las razones por las que aceptó ir a ver a la rubia. Cualquier momento que pudiera estar fuera de ese lugar lo aprovecharía. Y ahora tenía la oportunidad de irse de ahí de una vez por todas.

Shuhua dirigió su mirada hacia la otra chica —Está bien. Me iré contigo.

SooJin sonrió en grande y unió una vez más sus labios en un cálido beso, sellando así una promesa de amor en donde ambas estarían juntas hasta el fin. Donde nadie se interpondría más y ambas serían felices.

O eso era lo que creían.

—mxchi_ld 🌙