En el Antiguo Testamento, Satanás estaba en el ámbito terrestre, pues había perdido su condición de querubín celestial, pero podía retornar al cielo hasta la presencia de Dios. El libro de Job ilustra sobre esas visitas al cielo, y permite notar la actitud arrogante del Demonio:
Y dijo el Señor a Satán: ¿De dónde vienes tú? Y respondió Satán: He dado la vuelta por la tierra... (Job 1:7; 2:2)
Posteriormente, el profeta Zacarías muestra que el Demonio está en abierta oposición:
El sumo sacerdote Yosuá estaba en pie ante el ángel del Señor, y estaba Satanás a su derecha para oponérsele (Zac 3:1)
Mientras era vencido, el Diablo (Satanás - la Antigua Serpiente-) perdía ese privilegio de llegar hasta la presencia de Dios para oponerse y acusar a los humanos.
Finalmente en el Apocalipsis se relata que para confinarlo definitivamente en la tierra era indispensable el sacrificio de Jesús. Así en el capítulo 12, versículos 11 y 8 dice:
Lo determinante fue...la sangre del Cordero. Con su sacrificio en la cruz y su ascenso, cuando fue "arrebatado para Dios y su trono" (Ap 12:5), Cristo hizo que el Diablo y sus ángeles perdieran toda posibilidad de "llegar al cielo hasta la presencia del Señor".
Belial, es un poderoso demonio que representa al elemento tierra, considerado como príncipe del infierno, también se le relaciona con la verdadera independencia, la autosuficiencia y la realización personal.
Se le considera el demonio de la sodomía. Posee un alma hedionda, disoluta, borracha y enamorada del vicio, aunque su interior es hermosísimo, con un talante lleno de gracia y dignidad incomparable en todo el cielo.
Para cuando se reanudó la escritura de la Biblia en el siglo I, el término Belial se usaba como un apelativo de Satanás. Por lo tanto, cuando el apóstol Pablo escribió en su serie de contrastes paralelos «¿Qué armonía hay entre Jesús y Belial?» (2 Corintios 6:15), se interpreta que Jesús es incorruptible y Belial corrompe los pueblos de la tierra [Isaías 38:17; Hageo 2:4] [1]
John Milton, en su obra El Paraíso perdido, dice de él:
(...)El último fue Belial. Nunca cayó del cielo espíritu más impuro ni más torpemente inclinado al vicio por el vicio mismo. No se elevó en su honor templo alguno ni humeaba ningún altar; pero, ¿quién se halla con más frecuencia en los templos y los altares, cuando el sacerdote reniega de Dios, como renegaron los hijos de Elí, que mancharon la casa divina con sus violencias y prostituciones? Reina también en los palacios, en las cortes y en las corrompidas ciudades donde el escandaloso estruendo de ultrajes y de improperios se eleva sobre las más altas torres y cuando la noche tiende su manto por las calles, ve vagabundear por ellas a los hijos de Belial, repletos de insolencia y vino. Testigos las calles de Sodoma y la noche de Gabaa, cuando fue menester exponer en la puerta hospitalaria a una matrona para evitar rapto más odios.
El paraíso perdido, John Milton.
Considerado como un subordinado de Satanás encargado de capturar almas.
Simboliza el proceso de pérdida de fe y concreción a lo práctico según un sistema moral propio de las sociedades avanzadas.Mefistófeles es presentado muchas veces como una figura tragicómica, atrapado entre su victoria al lograr que las grandes masas dejen de considerar a Dios en el centro de todas las cosas, y su derrota al perder relevancia él también por el mismo motivo. En el aspecto gráfico, Mefistófeles ha sido mostrado como la representación más refinada del mal, siendo caracterizado con ropas fastuosas propias de la nobleza y con una mente fría, racional y con un alto nivel de lógica, misma que utilizaría para atrapar mentalmente a las personas y hacer que siguiesen sus designios.
.—mxchi_ld 🌙
ESTÁS LEYENDO
OH MY GOD [수슈]
Historical FictionSooJin, princesa del infierno, busca venganza después de que le quitaran a ella y a sus ángeles el privilegio de llegar hasta el cielo. Por otro lado, Shuhua junto con sus ángeles están siempre tratando de evitar que toda la humanidad caiga en los...