La primera semana que paso en convivencia con aquel chico fue muy difícil, se negaba a comer algo que no fuera preparado por las manos de Snape y prefería evitar hablar con Harry a toda costa. Sin en cambio, con Draco era todo rosas y amor, cada vez que él llegaba el chico saltaba a sus brazos para recibir la calidez de su cuerpo. No, Harry no estaba enojado, sólo sentía una ligera molestia cada vez que los veía cerca; no entendía como Draco no se sentía incomodo con el chico colgando de sus manos, parecía que hasta disfrutaba de toda la atención que el molesto embarazado le brindaba.
—Debes de comer algo, Harry se esfuerza mucho en preparar comida y lo mínimo que merece es que aceptes comerla. — Hablo Draco con un tono de voz muy bajo, casi inaudible.
—Yo no quiero nada que venga de sus manos, seguro que quiere envenenarme. — El chico hacía un puchero, que a los ojos de Harry era muy ridículo, ¡Estúpido chillón! Si yo estuviera en su lugar sería más fuerte y menos pesado.
—La comida de Harry es la única disponible, si no quiere comer lo que él con tanto esfuerzo preparo, pues levántate y cocina. — Draco se levantó furioso de su silla y salió de la habitación para perderse entre el largo pasillo.
—Voy a buscarlo, te dejo la sopa por si deseas comer algo, y no, no la envenene. — Harry salió de la habitación y fue buscando en cada una de las habitaciones para ver si encontraba a Draco en alguna.
Lo cual fue una tremenda tontería, porque resulta que estaba en la pequeña biblioteca de Snape.
—No debería molestarse tanto con él, es sólo que está muy sensible y es evidente que no me conoce y no me tiene confianza. — Palabras de Harry, que a pesar de todo no lograban conectar con las ganas que tenía de patear al chico de la habitación de arriba.
—Tampoco mereces que te trate así, lleva una semana haciéndolo; no puedo aguantar más su imprudente forma de ser contigo. — Draco saco un cigarro de su bolsillo y lo prendió para poder fumarlo.
—No debería de fumar, le hará mucho daño. — ¿Así evades un tema? Muy listo, Harry Potter prodigio.
—Probablemente, pero debo de hacerlo si no quiero terminar con el humor destrozado. — Draco daba largas caladas a su cigarro y lo expulsaba muy lentamente.
—Debería ir a su casa a relajarse; estoy seguro de que su mujer lo ha de extrañar mucho... yo me quedare con él, así que por eso no debe de preocuparse. — Agrego Harry
—No, ella está acostumbrada a mis larga horas fuera de la casa. Será mejor que regresemos con Blaise. — Draco se levantó del sofá y se encamino a la puerta de la biblioteca.
Ambos recorrieron el largo pasillo en un silencio cómodo, no necesitaban palabras, después de todo; pasaban horas encerrados en una habitación sin hacer mucho ruido. Al llegar a la habitación encontraron a Blaise comiendo la sopa de Harry. Tremendo idiota, todo esté lio para que al final terminara comiéndola.
—Pensé que no querías comer la comida envenenada de Harry. — Draco entro a la habitación seguido por un Harry molesto.
—Tenía hambre y ninguno de los dos estaba aquí...así que tuve que comer está sopa. — Blaise tenía una mueca de asco en la cara, y Harry no podía estar más furioso de lo que había estado antes.
—Si no te gusta puedes dejar de comerla, no creo que resulte tan difícil si es tan asquerosa como tu cara demuestra. — Harry se defendió, no iba a permitir que el tonto tratara menospreciar su esfuerzo.
—Nos retiramos, disfruta de tu cena. — Draco volvió a salir de la puerta, pero está vez el chico se levantó de la cama y lo siguió para darle un abrazo.
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La caza del doncel |Drarry|
Storie d'amoreHarry es un doncel que vive ocultando su condición desde los doce años. Un pequeño error lo llevara a cambiar su vida con un giro de 180° que le permitirá conocer la amistad y el amor en medio de su huida. Top! Draco / Bottom! Harry 🔞 ADVERTENCI...