Mi Nombre es Cameron Sage

Capítulo 17: Cuidando a Malfoy

"¿Te conozco?"

"Probablemente no. Una vez asistí a una fiesta de Navidad tuya, pero me temo que no tuvimos muchas oportunidades para conversar".

"Veo." Malfoy parecía molesto, y con razón, aunque estaba haciendo todo lo posible por no demostrarlo. Si alguien hubiera atravesado las barreras de Cameron, se habría sentido más que un poco molesto. A diferencia de la suya, que él mismo había colocado, las barreras de la mansión Malfoy probablemente tenían siglos de antigüedad y, a juzgar por la expresión de pellizco en el rostro de Malfoy, nunca antes habían sido violadas.

Malfoy lucía como si estuviera tratando de decidir si ofrecerle té a Cameron o blandir su varita y como si se preguntara si era imprudente regañar a Cameron por su incumplimiento de la etiqueta cuando obviamente era más poderoso que Malfoy. "¿Hay algo que pueda hacer por usted, señor...?"

"Sage. Y sí, hay algo que puedes hacer por mí".

Malfoy entrecerró los ojos. "Te he visto en otro lugar además de la mansión."

Cameron le dio algo de tiempo y pudo ver el momento en que recordaba haberlo encontrado en la sala de estar de Snape.

“Sí, lo ha hecho, Sr. Malfoy. Causaste un daño irreparable a alguien muy querido para mí".

Malfoy se burló. “¿Snape? Ese hombre no es querido por nadie. Él obtuvo lo que merecía."

Cameron se mantuvo conscientemente en su lugar. "Será mejor que cuides tu lengua si quieres quedártela. Severus es lo más importante del mundo para mí y harás bien en recordarlo. Y ciertamente no se merecía lo que le hiciste".

El rubio vaciló y trató de recuperar su habitual expresión desdeñosa y pomposa. "Dañó mi propiedad".

"Tú y yo sabemos que ese libro no es de tu propiedad y no deberías haber estado jugando con él". Podía ver que Malfoy estaba tambaleándose, tratando de averiguar cuánto sabía Cameron y cómo podría haberlo averiguado.

"Te vuelvo a preguntar, ¿qué es lo que quieres de mí?"

“Entrégate. Confiesa tus crímenes. Tiene una semana; si no veo los titulares para el próximo miércoles, iré por usted. Créame cuando le digo que preferirá los métodos de los Dementores a los míos".

Y con eso, desapareció a través de las barreras anti-Aparición que había estado deconstruyendo silenciosamente durante su conversación.

XXX

“¿Snape? ¡Snape! ¿Estas aquí?"

Raro. Había comprobado el laboratorio y la oficina en el camino hacia abajo y, como esperaba, estaban vacíos. No había estado en el salón de clases, pero fue bastante después de las horas normales de detención. Era viernes, Snape no tenía patrulla esta noche.

Entonces, ¿dónde diablos estaba él?

“Él no está aquí. Para de gritar."

“Bueno, ¿dónde está entonces?"

“Estás muy ansioso por encontrarlo." Se preguntó si las serpientes podrían mirar lascivamente.