Empty Charm [Marigami]

Capítulo 4

KAGAMI

Una luz atravieza mis párpados, siento un dolor intenso presionando contra mi cráneo. Mi mente se mantiene confusa por unos segundos ¿dónde estoy? ¿qué está pasando? A medida que mis pulmones se van llenando de aire, y mi alrededor se hace menos borroso la nube de confusión se va desvanciendo.

¡Marinette! ¿Dónde está ella?

Me encuentro entonces frente a mí una sonrisa dulce que me recibe. Su rostro, a pesar de estar cubierto por una máscara es tan cálido que me genera confianza.

—Hola, está todo bien, ya estás a salvo —pone su mano en mi mejilla.

Al principio su tacto asusta a mi piel, pero entonces noto que intenta mirar que esté todo bien conmigo. El dolor en mi cráneo no se ha detenido, por lo que al hacerme mover la cabeza hago una mueca de dolor. No aparto la vista de sus ojos celestes, que me interrogan con la mirada.

—Me duele el cráneo —respondo.

—Debió se por el golpe que te dieron para noquearte, debo llevarte a un médico, puede ser grave.

Me toma entre sus brazos y solo ahí vuelvo la vista para mirar a mi alrededor.

Estamos en pleno día en un parque de París, hay un puente sobre nosotras, y agua en nuestro alrededor. Me sigue doliendo al girar la cabeza, pero no puedo evitar quedarme fascinada ante el color arcoíris que se refleja en el agua gracias a la luz. Es bellísimo.

La chica se da cuenta de mi fascinación y me observa en silencio, cuando me encuentro con sus ojos de nuevo me avergüenzo un poco. Sin embargo, ella solo sonríe con dulzura.

—Es un lugar hermoso, ¿no lo crees?

Asiento en silencio.

Me aprieta con fuerza contra ella y lanza su yoyo, de pronto nos encontramos volando sobre Paris. Me aferro a ella con más fuerza por el susto de despedirnos de repente del suelo. No sé si es ilusión mia o realmente la he escuchado reír levemente ante mi reacción. Sea como sea, me olvido de ello de inmediato, Paris desde aquí arriba es simplemente extraordinario. Casi extraño la sensación de estar arriba observándolo cuando por fin tocamos el piso, ya estoy frente a mi casa.

Resoplo, todo golpea en mi mente de inmediato.

—¡Mi mamá!, ¡Marinette! ...¿dónde están...?

La chica abre la boca para hablar, pero una voz masculina nos interrumpe a ambas.

—Mi lady, creo que tienes que venir a ver esto —un chico con traje de gato aparece por la puerta de mi casa.

La chica frunce el ceño, luego vuelve la vista hacia mi.

—Ambas están bien, no te preocupes por ellas, pero ahora mismo debemos entrar.

Camino detrás de ella y el chico gato.

—Cuando traje a la Señora Tsurugi entré a cada habitación para buscar pistas del secuestrador. No creerás lo que encontré en la cama de su hija... —se acerca para susurrar algo en el oído de la muchacha, a lo que ella niega con la cabeza.

—No puedes... —abre los ojos de repente

Se escucha un sonido titilante, justo en la mano dedel chico gato.

—Puedes irte Chat Noir, yo me encargaré de él, se lo llevaré al guardian.

Chat Noir asiente, inclina la cabeza amablemente hacia mi y se retira sin decir nada. Lo observo hasta que sale por la puerta.