Capitulo 1-.

81 4 2
                                    

Ruben Mitchell, un chico de 24 años que vive en New York con sus dos mejores amigos Alejandro Steir, y Edward Lond. Ellos tendrán que alejarse de la civilización artística, de las tiendas costosas, y de los famosos por un tiempo, ya que los padres de Ruben les han pedido de favor si pueden ir a visitarlos una semana, pues ellos les han dicho que sus hermanitos Yoko y Mika los extrañan mucho.
-Chicos, mis padres nos han invitado a ir de visita una semana a Washington, mis hermanos nos extrañan y pues... Quería preguntarles si les parece la idea de que...- Comenta Ruben a sus amigos un poco nervioso.
Ambos contestaron en una sola voz -¡Claro que si!- Se miraron el uno al otro y lo miraron a el.
-Ruben, sabes que nos encanta ir con tu familia. Porque a pesar de que nuestros padres no se preocupan por nosotros... Tus padres son como nuestros padres, claro... No te pongas celoso.- Comento Edward.
-Además, sabes que si te eligieran entre ti y nosotros... Me elegirían a mi. JAJAJAJA- Comento Alejandro en tono sarcástico.
Alejandro es el típico chico del trío que es el mas creído de todos, piensa que es la única y perfecta esperanza entre todos los demás hombres del mundo, pero afortunadamente no es así.
-Gracias Alejandro, sabemos. Entonces... ¿A Washington?- Dijo Ruben un poco emocionado.
Los dos contestaron -¡A Washington!

Después de acertar, todos comenzaron a tomárselo en serio, comenzaron a guardar la ropa que necesitarían en una semana o un par de días mas. Lo que sería equivalente a 20 camisetas, 30 pantalones, 16 pares de calcetines, 25 bóxers y 13 peines. Además de su único y delicado espejo de mano. Es peor que una chica.
Alejandro, fácil, necesita a una maleta para ir de viaje a casa de los Sr. Mitchell.

-¿Ya todos estamos listos para irnos?- Preguntó Edward a sus amigos, el era el único que POR AHORA sabia conducir, por eso el los llevaría a todos a Washington.
-Vámonos, mientras más rápido nos vayamos, más rápido llegaremos allá- Dijo Ruben.

Mientras Edward conducía, Alejandro y Ruben platicaban de las veces que habían viajado a Washington. Pasaron las horas y ambos se quedaron dormidos. Edward seguía conduciendo, nunca se detuvo hasta llegar a su destino.
Cuando llegaron, Edward iba a dormir en el auto, hasta que una voz ronca resonó las ventanas y puertas en donde penetro el sonido; se asusto y sus planes de dormir o descansar... Se esfumaron.
-¡Bienvenidos! Me alegro de que hayan podido venir.- Dijo el Sr. Mitchell.
-Fue un placer Sr.- Dijo Edward saludándolo con respeto.
El Sr. Mitchell, algo disgustado le contesta -Te he dicho muchas veces que no me digas así. Dime Rich. Aquí hay confianza.-
-Esta bien, lo siento- Dice Edward algo nervioso.
-¿Y mis otros hijos? Que yo recuerde la ultima vez que llegaron eran tres no uno JAJA.- Dijo sarcásticamente Rich.
-Si.... Rich, solo que...- Comienza a reír- Solo que ellos están muy "dormidos".- Edward se lo comenta entre dientes a Rich.
Rich se confunde un poco -¿A que te refieres?
-Me refiero a que desde la ultima vez que estuvimos aquí y volvimos a New York, sus otros dos hijos se han vuelto algo sensibles en el aspecto del sueño. Es decir, que tienen que dormir lo que fuera necesario, si no es así se ponen de un genio de los mil demonios.- Le comentó Edward.
-Espero que se den cuenta que ya no están rodeados de una cuidad de ensueño, esto es Washington y aquí se hace lo que yo diga.- En ese momento, Rich se acerca al auto y con su voz ronca y penetrante cruzó los vidrios diciendo -Bellas durmientes, ¡Hora de levantarse! Ya paso su sueño de belleza.-
Su voz era tan ronca que con tal solo decir la primera sílaba ambos despertaron de un brinco, bajaron y le explicaron todo lo sucedido. Cuando se calmó, pasaron a la casa.
-Ruben, aquí está tu madre, Yoko y Mika.- Dice Rich.
Yoko y Mika al escuchar: 'Ruben', corren a la puerta principal. Al ver a su hermano mayor frente a ellos, después de que de tanto tiempo que no lo veían lo extrañaban, lo abrazaron como si no hubiera un mañana.
Mika es muy sensible, así que parecía imposible que contuviera las lagrimas -Ruben, te extrañe muchísimo.
-Yo también, los extrañe a los dos. Y a mis padres igual.- Dice Ruben.
Mientras el abrazaba a sus hermanos, Alejandro y Edward saludaban a Jamie (Madre de Ruben).
Alejandro es el primero en saludar a Jamie -Hola de nuevo, Jamie. ¿Cómo han estado?-
- Dentro de lo que cabe pues... Bien. ¿Y ustedes?- Responde Jamie, algo incomoda por la pregunta.
Ruben escucho la respuesta de su madre, le sonó algo indiferente pero no lo suficiente como para no preguntar la duda que tenía. -¿A que te refieres con: "Dentro de lo que cabe"?
-Nada hijo, nada. Son tonterías, no te preocupes- Dijo Jamie.
- ¿Estas... Segura mama?- Preguntó Ruben un poco preocupado.
Rich contesto estrenado, con un toque de nerviosismo en la voz -Ella esta bien, ¿entiendes?- Toma las maletas y mochilas de sus invitados y las lleva a la recamara -Vayan a divertirse, ya no es New York.
En ese momento, no solo Ruben, si no los tres chicos se dieron cuenta que algo no estaba muy bien que digamos dentro de la casa desde la ultima vez que habían venido.

Hasta la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora