Capitulo 6.

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Cuando por fin salió, tosió y comenzó a arrojar bastante agua.
-¿que te sucede? ¿Acaso querías beberte toda el agua? Por que ahora creo que el 99.9% de tus pulmones están llenos de ella.- Comentó sarcásticamente Edward.
-JAJAJAA muy gracioso... ¡estuve a punto de desmayarme!- Gritó frustrado Ruben.
Alejandro seguía sin comprender muy bien lo que su amigo les trataba de decir -¿por qué ibas a hacerlo? Es decir... Si no sabes nadar, ¿para que entras al agua?-
-¿Acaso son idiotas o que? ¿No recuerdas quien fue quien salvó a Edward de aquella alberca en Los Ángeles? ¡Hola! Tierra llamando a Ale... ¡Si se nadar!- Se comportaba mas loco que de costumbre, y esta vez, no de la manera que cualquiera quisiera describir a su amigo.
-¿Te encuentras bien? Nunca... Nunca te habías comportado así...-
-Lo siento, debo contarles todo allá arriba. Lo lamento.-Ruben sube a su recamara, lo siguen sus amigos y cierran la puerta.
Edward fue el que estuvo más atento a las explicaciones de su amigo, nunca se había preocupado tanto por él- Ahora, cuéntanos qué pasó.-
-Siéntense, y tomen algo para sujetarse por que esto, esto no es nada normal.-
-Si estas tratando de asustarnos, no lo lograras. Tal vez Edward sea algo asustadizo pero conmigo no ganarás.- Ale siempre se hacia el fuerte, el valiente, pero realmente... Siempre era o terminaba siendo lo contrario.
-Sabes, si en realidad quisiera hacerlo, lo habría hecho desde que llegamos. ¿No lo crees?- Comento Ruben dandole un zape en la parte trasera de la cabeza.
-Ruben, te conocemos. ¿Por qué crees que Alejandro te acusa de tantas bromas? Tal vez esta sea una de esas bromas que salen perfectamente bien como quieres, nos tienes donde necesitas y salimos perdiendo.- Comenta Edward.
Ruben estaba conteniendo la risa, ellos tenían razón. Él era de las típicas personas que a pesar de ser la persona más simpática, tenía un lado algo... Complicado. Él amaba hacerle bromas a las personas, y más a quienes quería.
-Chicos, es en serio. ¿Quieren que les cuente si o no?-
Ambos chicos se vieron, se sentaron en la cama y asintieron.
-Okay, todo comenzó cuando esta mañana soñé...-
Ruben comenzó a contarles el sueño de esa noche, y comparándolo con lo que acababa de pasar en su alberca. Ambos chicos lo observaron pensando que estaba haciéndoles una broma.
-Te dije qué escucharíamos lo que nos tenías que decir, siempre y cuando no fuera una broma, y mira con lo que saliste- Comento su amigo Edward, algo molesto.
-¡Yo les dije que no es juego! ¿Acaso no vieron que estaba asustado y frustrado allá abajo? ¡No estoy bien! ¿Porque creen que vine a decirles esto? ¿Creen que si en verdad fuera una broma no se los habría dicho abajo? ¿Frente a todos?- Comenzó a soltar tan rápido que solo se escuchaban pocas palabras y preguntas.
Todo quedo en silencio por unos minutos, hasta que sale lo rompe. Como siempre.
-Te creo. Nunca te habías puesto así y menos por estar en el agua. Hay algo raro desde que llegamos. Cuando recién llegamos pasaron cosas raras, según nos cuentas. Y te hemos notado raro. Pero no me cabe en la cabeza la idea de que hay OTRA persona en este lugar.- Comenta Alejandro.
-Chicos, si se los digo de una manera es por algo. No por que quiera hacerles una broma. Yo no juego con este tipo de cosas. Les digo. Algo me tomó la pierna, me llevo hasta el fondo y no quiso hacerlo de una manera... "Amigable" que digamos-
Alejandro estaba atento de lo que su amigo le decía -Cuéntanos todo el detalle. Ahora.-
-Solo les sigo, cuando estuve a PUNTO de desmayarme, asome mi cabeza hacia abajo, vi que algo me tomaba la pierna pero exactamente no supe que fue. Pero, de algo estoy seguro. No quería jugar o no parecía estar jugando. Quería asfixiarme. Lo presentí.- Comenzó a tomarse el cabello, pensando que mas decir.- Ahora no volveré nunca a entrar a esa alberca. A no ser, que sepamos que fue todo eso.
-Amigo, no es por nada pero, algo esta mal en esta casa. Se que también lo has notado.- Comento Edward.
Ambos chicos estaban de acuerdo, todo se había vuelto espeluznante ahí desde su llegada. Alejandro era el mas atento de la conversación, lo cual era raro, pues en lo único que, usualmente pensaba, era como verse mas guapo.- Y comenzó a entornarse peor desde aquellas fotos en tu computadora, si, las que vimos. Que después una tal "Rubí Smount" te envió un mens... -Alejandro paro de hablar frenéticamente. Como si un aire lo hubiera invadido. Los pelos se le pusieron de punta y un escalofrío le recorrió la piel. Todo se volvía cada vez, mas raro de lo que ya era.
-¿Te encuentras bien, Ale?- Preguntó Edward.
Todos esperaban que él comenzará a reírse y decir: "¡Claro que si!" Pero, sabían que algo andaba mal.
-No. No lo estoy, llévenme al baño por fav...- Alejandro no alcanzó el final de la frase, devolvió. Ruben y Edward comenzaron a ayudarlo a integrarse para que alcanzará el baño. Era imposible. Ruben tuvo que traer un bote en donde pudiera devolver a gusto. Pasaron varios minutos de silencio donde el único ruido era el que emitía Alejandro.
Por fin paró.
-¿Mejor?- Comenta bromeando.
-Mira Rubia preocupona, si en realidad te pusieras a limpiar todo el desastre que dejé mientras no encontrabas el maldito tinaco con las mismas ganas que te ríes, perderías menos tiempo.-
Ruben detestaba que se pusiera así, pero tenía razón. Su cierto era un desastre, y por mas que quisiera olvidarse del incidente, el olor los tenía asqueados y mareados.
Edward estaba tratando de contenerse, tenía arcadas, pero aún así, comenzó a limpiar- ¿Podrías decirnos que sucede ahora?- Un rollo, dos y medio... Ninguno de los dos entendía muy bien que si en realidad no querían mancharse de aquello tendrían que usar mas rollo. No solo LO QUE SE LES PUSIERA EN GANA.
-Te lo diría pero, ni siquiera se me ocurre como explicarlo- Comento Alejandro, sobándose los brazos, limpiándose la boca.
Por fin acabaron de limpiar el desastre y se sentaron de nuevo en la cama.
-No lo se, simplemente algo me rozó el brazo. Comenzaron a saltar los pelos de él, me maree y vomité. Algo pasó por mi lado. No fue un aire de la ventana, o un aire del abanico. Fue algo... O Alguien.- Soltó Alejandro.
En ese momento, el celular de Ruben emitió un chasquido. Le habían enviado un mensaje. Ya había pasado vario tiempo desde que no había escuchado ese sonido. Casi nadie le escribía. Sus amigos estaban enfrente de él. ¿Quién más le escribiría?
-¿No piensas contestar?- Le dijo Edward.
-¿eh? Ah, este... Si.- Ruben revisa su celular: "Hola, Ruben" Era el mensaje que, de alguna manera nunca se espero, y menos en ese momento.
Era Rubí.

Hasta la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora