capitulo 2

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Cap. 2

Llegué a donde estaba. Era un lago. Donde nos conocimos hace tanto tiempo.

-pareciera que el tiempo no pasa, aún recuerdo cuando éramos esas inexpertas colonias, tan pequeños y con tantos problemas- dije al llegar a su lado, para después sentarme.

-cuando te vi por primera vez me disté miedo- reí sin poder evitarlo- ¡no te burles! Es que eras tan extrovertida, altanera, te defendías con tantas ganas que me sentía pequeño he inservible a tu lado, y ni hablar de lo orgullosa y aventada, siempre lograbas asustarme con tus proezas.

-qué quieres que te diga, es parte de mi encanto- ahora fue él quien río- tú me intrigabas demasiado, siempre tan callado, precavido y preocupado. La neta me encantaba hacerte sudar.

-no sabes cuánto te extrañe.

-lo mismo que yo, supongo.

Puso su mano en mi mejilla y se acercó a mí, con una clara intención de besarme. Yo puse una mano en su pecho y la otra en su mejilla. Todo me resultó tan ajeno, tan falso.

- ¿Qué crees que haces, Canadá? - se detuvo al escucharme.

-besarte, eres mi novia.

-no sabía que te gustara ser infiel, entonces.

Se separó de golpe de mí, su cara era un poema. Sonreí burlona.

- ¿Cómo sabes eso?

- ¿y así lo admites? Me lastimas- puse una mano en mi corazón fingiendo dolor- tengo mis fuentes

- ¿fue USA, no es cierto?

-todavía preguntas- vi como apretaba los puños- maple, escúchame. No tienes que sentirte mal, fui yo quien se fue sin decir nada durante años, comprendo que hayas encontrado a alguien más. No estoy molesta y mucho menos despechada, así que relaja la raja, que parece que esa vena te va a explotar, y no quiero que me salpique.

- ¿no estas molesta?

-claro que no. Mira, hojita, no quiero romper tu corazoncito de pollo, pero durante estos años me di cuenta que lo nuestro no era ese tipo de amor, solo que lo confundimos, así que estamos bien

-pero ¿y si sí lo era?

Solté un suspiro y me acerqué a él, me senté sobre sus piernas, poniendo las mías al lado de cada costado suyo, y puse mis manos como hace un momento. Una en su pecho y la otra en su mejilla

-ya no sientes nada ¿cierto? Antes con un simple rose de mi cuerpo te sonrojabas, con un simple toque de mis manos temblabas, y ahora ¿qué sientes? - No dijo nada, sonreí victoriosa- tu corazón no late rápido, los colores no han subido a tu cara, y ni siquiera reaccionaste cuando me senté en ti. Can, ve por él, no te detengas más por mí.

-tienes razón, mi avecita, tengo que ir por él, no puedo permitir que mi querido Ucrania me deje- me quite de encima suyo, agarro mi cara entre sus manos y besó mi frente- te extrañe muchísimo, más te vale no volver a hacernos eso. Te quiero, nos vemos después.

Dijo todo tan rápido que apenas lo entendí y se fue corriendo. Me puse de pie con una sonrisa en el rostro.

>>todo está bien ahora<<

Llamé a un taxi y me fui a mi hotel.

Al llegar pedí que si alguien venía a buscarme dijeran que aún no llegaba. Entré a mi cuarto, tomé una cerveza y me senté en el sillón de la pequeña sala al mismo tiempo que prendía la tele.

Sentí mi mejilla húmeda, rápidamente sequé la lagrima que corría por ella mientras le daba otro largo trago a mi cerveza en un vano intento de aflojar el nudo que se había formado en mi garganta, pero el resultado fue todo lo contrario, el nudo solo se apretó, haciendo que muchas más gotas corrieran de mis ojos nublándome la vista, pronto ya ni si quiera podía distinguir las caras de las personas de la televisión.

Traté de secar mi cara con mis manos y antebrazos, pero era una tarea imposible, siempre que secaba una lagrima dos la sustituían, así que me rendí y dejé que corrieran libremente por mi cara.

Las imágenes de lo que había pasado no dejaban de reproducirse en mi mente, recordándome una y otra vez que lo he perdido y que ya no hay vuelta atrás, que ya no hay manera de recuperarlo, que todo es mi culpa.

"ya no sientes nada ¿cierto? Antes con un simple rose de mi cuerpo te sonrojabas, con un simple toque de mis manos temblabas, y ahora ¿qué sientes? "

Yo había dicho todo eso por qué era cierto y necesario, tanto para él como para mí, pero eso no quita que duela, por qué, aunque él ya no me ame y ya tenga a alguien más, yo aún siento cosas por él. No sé qué es lo que siento. Si es amor, cariño, costumbre o necesidad de afecto, no lo sé, pero siento algo, y eso hace que duela.

Y ¡dioses!, ni siquiera puedo estar molesta con Can, cuando me alejé de todos me pidió que lo dejara ayudarme, que le permitiera acercarse, que le diera la oportunidad de estar a mi lado. Me esperó durante años, pero yo lo alejé, una y otra vez.

Y lo volvería a hacer.

Si pudiera regresar en el tiempo, al momento en el que tomé la decisión de alejar a todo el mundo, cerrar fronteras, acabar con todos esos tratados que solo beneficiaban a una parte y perjudicaban a toda mi gente, lo volvería a hacer, haría todo una y mil veces más.

De un solo trago me acabo la cerveza, dejo la botella en la mesita de mi sala, me pongo de pie sin molestarme en apagar la tele y me dirijo a mi habitación.

Una vez allí me quito la ropa y tomo lo necesario para bañarme. Bajo la regadera mis lágrimas no se notan, pero aun puedo sentir como salen de mis ojos.

Cuando ya me encuentro tumbada en mi cama me permito recordar todos esos momentos con la hojita, recuerdo esos días que pasábamos juntos, nuestras peleas y reconciliaciones, nuestros besos y palabras, pero, sobre todo, recuerdo la promesa de siempre permanecer juntos, él, USA y yo. Así que me permití llorar y ser infeliz esa noche, por la mañana me levantaría, sonreiría, les diría a Can y a Ucrania lo mucho que me alegra su relación. Yo no voy a ser quien rompa ese juramento, no cuando nunca he faltado a mi palabra, cuando nos hemos esforzado tanto por mantenernos juntos, no soy así de egoísta.

Por la mañana estaré feliz por ellos, y seguiré con mi vida como hasta ahora.

Lo superaré, como siempre lo he hecho.

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