Lazos [KookJin].

Lazo II

El problema no es que guardes secretos, es lo mucho que sufres por ello.

El sonido del timbre que anunciaba el final del receso llevo a que dejaran de mirarse fijamente, Hoseok se encontraba un poco afectado por la mirada que le había dado el chico, se había sentido demasiado imponente los fríos ojos del chico sobre el. sacudió su cabeza mientras volvía a mirar al la persona con quien tenia su mano entrelazada, debía regresar para dar su clase pero no quería dejar a su primo después de lo que acababa de pasar.

—Esto es algo que no te incumbe profesor Jung —Jungkook separo las manos que estaban juntas y pego el cuerpo del asustado chico mas hacia el —. Debe ir a dar su clase, estaremos bien.

—¿Seok? —Miro a su primo esperando alguna negación pero esta nunca llego —. Bien, hablaremos después de clases Jeon porque esto sin duda es de mi incumbencia chico.

Cuando la puerta se cerro detrás de el, llevo una de sus manos hasta tapar su boca y barbilla, una mirada llena de dolor convirtió su rostro en agobio, era un cobarde y eso empezaba a dolor mucho.

Jungkook quito lentamente las manos de la cintura del chico sin dejar de mirar fijamente lo que ahora sabia era un peluca, tomo una respiración lenta para calmarse y encontrar la razón de que le hubiera molestado que el profesor se llevara al chico cuando apenas se acaban de conocer en realidad, quizás se debía a que verlo llorar había logrado ciertas cosas en el y era difícil seguir viendo como lagrimas cargadas de dolor se deslizaban por el hermoso rostro que el chico poseía.

Era demasiado difícil dejarlo así cuando esos preciosos ojos demostraban una agonía inimaginable.

Con suavidad lo tomo de los codos y camino llevándolo hasta donde estaba anteriormente, el chico simplemente se dejo hacer, pero Jungkook sentía las vibras de temor salir de el a montones, así que aprovechándose por un momento volvió a colocar las manos en su cintura y lo alzo para que quedara sentado en donde estaban los lavamanos, después dejo caer las manos a los lados de su cuerpo y alzo su mirada hacia el techo en lo que volvía a respirar con algo de esfuerzo para terminar de calmarse.

—¿Me dirás por que llorabas? —Dirigió su mirada otra vez al chico, quien solamente guardo silencio y no dejaba que viera su rostro —. Mírame, necesito que alces tu mirada y me enfrentes.

Como vio que el chico no hacia nada, llevo sus dos manos hasta las mejillas empapadas y alzo cuidadosamente su rostro hasta encontrarse con una imagen que incluso a el le dolió, lo recibió un rostro sonrojado y demasiado triste, unas bonitas cejas fruncidas, una nariz roja por el llanto y unos ojos irritados que solo se dedicaban a dejar caer lagrimas, todo tan silencioso que llego a asustarlo.

Abrió sus labios para decirle algo pero lo único que logro fue un bufido antes de mover un poco el flequillo de la frente del chico y quitar la tierna tela que había quedado pegada a una de sus mejillas gracias a las lagrimas, el angustiado chico solo lo miraba atentamente, sus ojos daban lentos parpadeos y mas gotitas caían de ellos.

Dios... ¿Cómo hace este chico para que duela profundamente mirarlo en este estado? . lamio sus labios con disgusto y tomo algo de papel para secar delicadamente un poco de sus lagrimas.

—¿Por qué lloras? —Volvió a preguntar con la esperanza de que hubiera alguna respuesta pero esta no llego esta vez tampoco —¿Tienes miedo?

Seokjin asintió suavemente y mordió su labio inferior con ansiedad, sus manos se cerraron fuertemente a sus costados y sus pies también eran parte de su ansiedad, se movían con impaciencia, pero no pudo apartar su mirada por que su rostro estaba aun agarrado por una fuerte mano.

—No te voy a hacer nada —Entrecerró sus ojos y llevo sus manos hasta el suave cabello que caía con elegancia en los hombros del chico —. Solo estoy algo desconcertado porque realmente no he hecho nada y me ves como si fuera un monstruo.

—N-no lo hagas —Seokjin agarro con fuerza su cabello para que impidiera que le quitaran la peluca y cerro sus ojos fuertemente —. L-lo siento por darte esa idea pero no eres tu, solo... por favor, no digas nada.

—Solo lo hare si respondes la pregunta —Jungkook vio que el chico se volvía a callar y se dio cuenta que no diría nada mas —. ¿Por qué te vistes de mujer? —Cerro su boca en una fina y amarga linea cuando se dio cuenta de la pregunta que se le había escapado —. Mira, no quiero herirte o algo pero es que pareces...

Jungkook giro su rostro sin terminar de hablar y suspiro con una pesadez ridícula, estaba por decirle al chico que el no parecía muy feliz de vestirse así y teniendo en cuenta su reacción cuando lo descubrió no esperaba que fuera mejor con la cantidad de cosas que estuvo por  decirle. 

—Bien —Se rindió fácilmente, no debería estar preocupándose por tales cosas —. Puedes irte.

Con lentitud Seokjin bajo de donde estaba y acomodo su falda, luego paso sus dedos delicadamente por el cabello bajo la atenta mirada del otro chico que solo lo hacia sentirse mas avergonzado y tímido. Lo miro nuevamente a los ojos ignorando lo mucho que parecía llamar la atención y extendió su manos para tomar el borde de la camisa que el otro llevaba.

—¿Guardaras mi secreto? —Su voz salio tan pequeñita y débil.

Jungkook lo miro por un rato, pensando para si mismo que entre mas veía al chico se volvía mas bello a sus ojos, luego de unos largos segundos asintió sin pronunciar ninguna palabra.

—Gracias —Seokjin lo soltó y le dio una sonrisa muy pequeña que seguía cargada de dolor—. L-lamento esto...  

—Solo vete —Acaricio suavemente su cabello y señalo con su cabeza hacia la puerta.

Seokjin asintió con un sonrojo cubriendo sus mejillas y camino raídamente hasta la puerta lleno de nerviosismo. Cuando se encontró en el pasillo nuevamente, dejo escapar un suspiro suave y camino hasta la salida, sabia que su primo se encargaría de que no fuera problema el que se fuera temprano y le haría llegar sus cosas.

Deseaba que en su casa no estuviera nadie, deseaba poder dejar de llorar mientras caminaba y deseaba que su cuerpo dejara de seguir temblando de miedo.

Jungkook conto hasta cien en su mente mientras empujaba su mejilla con su lengua y cruzaba sus brazos en su pecho, cuando sintió que la paciencia de verdad se le había acabado abrió la puerta del baño dispuesto a hablar nuevamente con el chico y descubrir las ideas que tenía en mente, pero poco pudo hacer cuando salio y el chico ya no estaba a la vista. Con actitud enfurruñada camino hasta el salón de clases pero allí tampoco lo encontró.

—Así que se ha ido —Apretó fuertemente su nariz con sus dedos y dejo escapar un bajo gruñido.

No le quedaba de otra mas que hablar con el profesor Jung y tratar de averiguar por que el chico estaba tan asustado con todo.