Capítulo 5

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Galaxia había sentido la explosión de poder, a pesar de encontrarse en lo profundo de la vía láctea, muy lejos del sistema solar, pero sabía que esa explosión de poder era solo de una persona, así que tras finalizar su tarea en el planeta dónde estaba se fue sin despedirse.

El viaje hasta el sistema solar sería largo, y no pensaba perder el tiempo, le debía su vida a esa princesa, o mejor dicho Reina si suposición era correcta, así que iría a presentar sus respetos y su servicio hacia ella, aunque ella no tuviera la obligación de servir a ningún Reino, lo haría con la persona que la salvó y que salvó a la vía láctea.

Usagi continuó con su vida ajena, a lo que el renacimiento de su Reino había ocasionado, comenzó a tener sueños borrosos, pero jamás lograba recordarlos y tampoco estaba segura de que fueran sobre ese periodo de tiempo que no recordaba.

Ella hacía una vida normal, aunque estudiaba en una universidad a distancia desde que había acabado la preparatoria antes que sus compañeras gracias a la inestimable ayuda de Mamoru y Amy, aunque ninguna de las demás entendía su decisión de acabar antes, pero claro ninguna sufría las miradas frías, ni las miradas dudosas y ella prefería estudiar a distancia, había escogido la carrera de psicología para intentar ayudar a personas y también pensando que quizás eso la pudiera ayudar a ella misma.

Para sorpresa de todos, iba francamente bien en sus estudios a pesar de llevar solamente un par de meses estudiando, pero es qué ahora sus estudios era su única fuente de felicidad al verlos como una pequeña esperanza de recuperar esa parte de su vida que no recordaba.

- ¡Usagi! - escuchó que la llamaban, y sonrió reconociendo la voz.

- ¡Hola, Mamoru! - dijo ella cuando se dio la vuelta con una sonrisa. - ¿Cómo te encuentras? ¿Y Setsuna?

- Ambos bien, aunque creo que Setsuna está demasiado emocionada por el Reino Lunar... - dijo Mamoru con algo de sospecha en su voz. - ¿Crees que volverá a las puertas?

- No, no lo creo - dijo Usagi seria, hacía ya una semana larga que el Reino había resurgido. - Además, no se lo permitiría, le obligué a sellar las puertas hace días, así que ella solo tiene que centrarse en ser feliz a tu lado.

Ambos sonrieron, pero los ojos de Usagi se abrieron cuando sintió una explosión de energía. Los dos habían seguido caminando, así que ahora estaban en una zona casi desierta del parque y eso la hizo temer por la integridad de sus bebes. Mamoru también pareció sentirlo y se puso en guardia mientras sacaba la rosa que le permitiría transformarse en Txudeo Mask, aunque Usagi no sabía por qué no usaba su transformación de príncipe.

Antes de que ninguno de los dos pudiera reaccionar, una luz dorada brillo ante sus ojos, consiguiendo que Mamoru se pusiera delante de los bebes y de Usagi, pues no había reconocido la energía, pero al mismo tiempo le parecía conocida.

Cuando la luz se apagó, Mamoru tuvo que pestañear para no pellizcarse, por qué le parecía surrealista lo que estaba viendo. Ante él estaba Galaxia, aunque no como la recordaba, pues no llevaba el casco y su pelo casi rozaba el suelo.

- Príncipe de la Tierra - dijo Galaxia con una voz dulce, que se contraponía a la gran cantidad de energía que desbordaba. - Reina de la Luna, ¿Podría hablar con ustedes en un lugar más privado?

- ¿Qué haces aquí, Galaxia? - exigió Mamoru sin recordar lo que pasaría con Usagi al decir el nombre, así que cuando escuchó el grito de Usagi, se giró aterrado.

La chica más joven se estaba agarrando a la silla de sus gemelos, para mantenerse estable, pero era obvio que estaba sufriendo, por suerte para Mamoru el resto de Sailor llegaron y las inner alejaron a su Reina, junto con los bebes para que intentará calmarse en su propia casa.

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