Capítulo 8

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A pesar de las protestas iniciales de Seiya y Yaten, como Taiki cuando se enteró, al final todas las chicas tuvieron que aceptar comprarse sus cosas con dinero que salía de la cuenta bancaria a nombre de Usagi, pues esta no dio el brazo a torcer y ellas no tenían pensando poner en marcha de nuevo Three Lights hasta que la niña más joven se recuperara, pues todas habían confesado que ahora eran un par de años mayores que las chicas debido a la diferencia temporal existente entre Kinmonku-sei y la Tierra.

Después de ese pequeño encontronazo, todo pareció volver a la normalidad más o menos, pues Usagi actuaba más nerviosa de lo habitual cuando Seiya estaba alrededor, cosa que no pasaba desapercibida para nadie, y todos tenían sus propias apuestas sobre el motivo del nerviosismo salvo la propia Seiya que ignoraba como pensaban sus hermanas y el resto de las chicas, pero también fue curioso como comenzaron a desarrollarse algunas otras amistades.

Pues todo el mundo consideraba a Seiya y Haruka demasiado parecidas para poder llegar a ser amigas en algún momento, pero ellas sorprendieron a todo el grupo, consiguiendo un acuerdo o pacto mutuo de no agresión que no incluía no lanzar pullas eventuales y los entrenamientos, dónde se volvían enemigas mortales, pero Yaten demostró ser tan capaz o más de poner a Haruka de mal humor que la propia Seiya, cosa que la chica más baja parecía disfrutar.

Por otro lado, Taiki se había adaptado perfectamente a la vida en la Tierra y había conseguido documentos legales que avalaban unos estudios finalizados por sus hermanos, para en el caso de que decidieran poner de nuevo Three Lights en marcha y también documentos que acreditaban su vida como chicas en caso de que decidieran permanecer de esa forma, cosa que la chica más alta no sabía que harían, por qué obviamente Seiya se encontraba perfectamente cómoda en ambos sexos, y ella misma no se sentía incómoda, aunque prefiriese su verdadero sexo, pero Yaten era otro mundo, pues ella sí que adoraba ser niña, y sabían que sería difícil convencerla de volver a ser un chico, salvo que fuera para hacer apariciones públicas como Three Lights.

Usagi parecía disfrutar de la compañía de Taiki, cosa que nunca había hecho antes y que sacaba de sus casillas a Seiya, pues ella parecía rehuirla en algunas ocasiones, igual que hacía con Yaten, cosa que no pasaba de la misma forma con Taiki, aunque quizás se debía a que ella había tenido un menor contacto con Taiki que con las demás, o qué no había recordado aún ninguna cosa con respecto a la chica más alta.

Lo que nadie se perdió fue el acercamiento que Michiru y Taiki habían tenido, así como Yaten y Haruka, pero ambas "parejas" se habían acercado de manera opuesta por qué la primera hablaba y disfrutaba de la poesía y el arte, mientras que Yaten y Haruka peleaban constantemente, excepto cuando hablaban de cosas y descubrían que más allá del parecido de Haruka y Seiya con respecto a los deportes, la masculina Sailor también podía apreciar el arte y algunas cosas que Yaten valoraba.

Tres semanas de la llegada de las chicas, y de que comenzaran a vivir con Usagi, se produjo el primer incidente, aunque fue entre Yaten y Usagi, que eran las únicas en el apartamento en ese momento.

Usagi se despertó aturdida, no conseguía recordar que había soñado, pero sabía que no había sido un sueño agradable, pues aún sentía la piel de gallina, aunque esperaba no haber gritado, pues no quería atraer la atención de sus compañeras de piso sobre ella, así que en cuanto se despejó un poco se miró al espejo y se sorprendió de ver las ojeras sobre su piel clara, pero es qué no podía culpar a nadie de eso, por qué ella sabía que se había dormido bastante tarde, mientras finalizaba unos trabajos de la universidad, lo que no sabía es que había provocado el sueño irregular o pesadilla, ella no recordaba que hubiera pasado nada extraordinario.

Estaba tan aturdida por el sueño, que cuando escuchó llorar a uno de sus bebes salió tal cual estaba de la habitación, sin darse cuenta de que estaba vestida solamente con una braguita pequeña y una camiseta de tirantes, que hacía poco por ocultar las ligeras curvas de su cuerpo o sus pechos, marcados a través de la tela y solo se dio cuenta de su aspecto cuando su mirada chocó con la verde sorprendida de Yaten que apartó la mirada sonrojada, debido a qué se había quedado mirando a Usagi más tiempo del normal.

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