Capítulo 9

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Sentir la mano de Seiya apretando mi mano, era una sensación buena. Pero tenía tantas dudas, aunque a veces quería solo rendirme, comenzar de nuevo y no intentar más recuperar mis recuerdos, pero algo me lo impedía.

No sabía que me impedía tirar la toalla y olvidarme de esos recuerdos, bueno si lo sabía. Mi corazón. Mi corazón era la razón por la que no me rendía, mi corazón era la razón por la que seguía intentando recordar y ahora más que nunca tenía un motivo.

No sabía por qué, pero estaba segura de qué Seiya era una parte importante de esos recuerdos y ahora que había logrado recordar lo que aparentemente era el final de la batalla no me daría por vencida, quería entender y recordar todo. Aunque una parte de mí tenía miedo, se había sentido bien besar a Seiya y ella había respondido, pero ¿Qué pasaría cuando recordase?

¿Acaso ella y yo habíamos sido algo? ¿Acaso acabaría con un corazón roto?

Cuando íbamos a pasar por delante de la habitación de las chicas la puerta se abrió y una Haruka completamente vestida salió, pero se detuvo cuando se cruzó con nosotras. Su rostro se volvió rojo brillante y se dio la vuelta para irse.

Solté la mano de Seiya en un reflejo y corrí para alcanzar a mi guardiana, tomando casi en reflejo el llavero con las llaves del apartamento, a pesar de que había salido casi al mismo tiempo que ella, casi no la alcanzo antes de que entre al ascensor.

- ¿Y eso es todo? - pregunté, consiguiendo que ella se girase hacia mí confundida. - Os vi, Haruka. ¿Ahora solo huirás?

- No es eso, Koneko - dijo Haruka mientras se pasaba su mano por la cara. - Eso fue un error. Nunca debió de pasar.

- ¿Por qué no? - pregunté y mi curiosidad era legítima. Es verdad que yo quería ver hasta cierto punto a Haruka y a Michiru juntas, pero no era tonta y sabía que ellas dos no estaban bien. - ¿Es por Michiru?

- No - dijo Haruka. - No metas a Michiru en esto. La he traicionado, y ahora mismo no sé qué hacer.

- ¿Te arrepientes? - dije con dureza. Necesitaba saber dónde estaba mi guardiana. - ¿Por eso has dicho que es un error?

- No. - dijo Haruka, para mi sorpresa. - No me arrepiento, y eso es quizás lo peor de esto.

- ¿Por qué? - volví a insistir, Haruka había hecho por mí demasiado y si la única manera que tenía de devolvérselo era conseguir que fuera feliz, lo haría. Pesase a quién le pesase.

- Por qué Yaten está herida - dijo Haruka mientras se peinaba suevamente. - Tres semanas no curan un corazón roto y posiblemente esto era lo último que necesitase.

- Puede que sea lo último que necesite ella - dije con una sonrisa suave. - Pero creo que para ti es suficiente y te ha dado más respuestas de las que buscabas, ¿no?

- ¿Desde cuándo te has vuelto tan inteligente, Koneko? - pregunto Haruka con diversión. - Pero tienes razón, debo pensar las cosas. Aunque es obvio que antes nunca hubiera pasado algo como esto y está claro que seguir alargando las cosas con Michiru es alargar una relación moribunda, debo de dejarla libre para que ella sea feliz, por qué a mi lado no lo será.

- Piensa bien las cosas, Haruka - dije con una sonrisa, antes de abrazarla suavemente. - No quiero verte sufrir, pero tampoco quiero ver a Yaten herida. Sé que después de que hoy huyera de ella puede parecer que estoy enfadada o algo, pero no es verdad solo me asusté por qué no comprendo lo poco que llega a mi cabeza y la relación que tenemos ahora todos, pero eso es mi problema, así que, por favor, busca tu felicidad y hazla feliz si de verdad la quieres.

Me solté de ella, y automáticamente ella se giró para entrar al ascensor, sabía que seguramente pasarían unos días hasta que la volviera a ver, pero esperaba que fuera para bien y que todo acabara bien. Debía estar de acuerdo con Haruka, la relación con Michiru era una relación moribunda, podía verlo en cada mirada que ambas compartían con respecto a Hotaru, pero no diría nada, era cosa de ellas superar eso y esperaba que después del túnel hubiera luz para todos, por qué si mi intuición no me fallaba Michiru también se estaba acercando a alguien más.

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