Capítulo 7

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Usagi salió corriendo del templo sin pararse, y llegó casi en tiempo récord al apartamento, por suerte sin chocarse con ningún paparazzi ni nadie que la incomodara, pero su corazón latiendo desbocado era suficiente para tenerla al borde, no entendía sus reacciones a esa niña.

Hotaru abrió sus ojos como si fueran platos al ver a su princesa entrar por la puerta del apartamento como si una jauría de perros la persiguiera, pero no pudo decir nada antes de que la princesa se encerrara en su habitación, habitación que casualmente era la que había pertenecido a Seiya y dónde ambos habían compartido sus dos únicas noches juntos.

Ella jamás había sabido por qué, pero cuando escogió una habitación en ese apartamento, la decisión había estado clara incluso antes de que Haruka preguntase. Ella se había apoderado de esa habitación desde el primer momento, pues a pesar del miedo que había sentido en su corazón en ese momento, dentro de esa habitación siempre se había sentido protegida, como si la habitación la resguardara, pero claro eso era confuso en sí mismo, aun así, jamás se lo había mencionado a nadie, ni siquiera a Mamoru, a pesar de confiar en él y de contarle casi todos sus miedos no había sido igual de sincera con él sobre las cosas que la hacían sentirse bien.

Jamás le había dicho a Mamoru que su habitación la hacía sentirse segura, igual que tampoco le dijo que la música la hacía volar y perderse en sus sueños, de hecho, en su walkman siempre reproducía una canción cantada por una voz que no conocía, había solo dos canciones en esa cinta, pero algo le decía que ambas canciones eran especialmente para ella. Lo que ella desconocía, es qué esas canciones habían sido dejadas atrás por Seiya, no eran canciones del grupo Three Lights y de hecho ella las había cantado siendo niña, así que su voz, aunque parecida no podía vincularse como tal al vocalista principal de Three Lights.

Usagi se tiró sobre la cama, se puso los audífonos en las orejas y dejo que la música la transportara lejos, dándole calma a su corazón, pero en esta ocasión la música solo le hizo recordar esos ojos zafiros, la suavidad de su piel bajo su mano, y como ella se había acercado a hablarle al oído. Había sentido como la chica retenía su aliento cuando ella había susurrado en su oído, y había sentido como su corazón se aceleraba más y más con solo su cercanía, pero no entendía a que se debía y poco a poco fue reclamada por el sueño.

En su sueño, Usagi recordó unas manos recorriendo su piel, recordó como alguien la llamaba cariño y recordó como se había entregado, pero no lograba ver la cara de la persona ni recordar si ella había dicho su nombre. Luego la imagen cambio, y recordó esos mismos zafiros mirándola con ternura, recordó como ella se había abrazado a esa niña y como se había sentido protegida por ella.

Estaba tan cómoda en el sueño que se dejó llevar, hasta que su sueño le mostró un momento en que ella se besaba con alguien, pero la tenue oscuridad de la habitación no le permitió ver el rostro de la otra persona y solo lograba ver un cabello oscuro que parecía cubrir a la otra persona, eso hizo su corazón saltar. Justo cuando la imagen iba a cambiar la imagen se hizo más clara y ella alcanzó a ver la cara de la persona, consiguiendo que del susto se despertase.

Usagi se despertó confusa, su corazón latía acelerado contra su pecho y le dolía la cabeza. Tardo unos segundos en darse cuenta de que en su cara había lágrimas, pero no conseguía recordar lo que fuera que estaba soñando, así que trató de centrarse por qué sabía que fuera lo que fuera que había soñado, era importante. No sabía cómo explicarlo, pero sabía que su corazón exigía que recordarse, pero por mucho que lo intentó solo consiguió un dolor agudo de cabeza, así que salió de su habitación tras quitarse los audífonos con intención de tomarse algo para el dolor de cabeza.

Pero justo cuando llegó al salón la puerta principal del apartamento se abrió, y Haruka entró, aunque cerró ligeramente la puerta, pero sin cerrarla por completo.

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