Capítulo 10

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Seiya se acercó a mí con una mirada depredadora que me hizo estremecer, pero no me moví. Incluso cuando sentí sus manos sobre mis caderas me quede quieta, simplemente disfrutando del brillo presente en su mirada zafiro, ya no había rastro de la tristeza que había ensombrecido su mirada los días anteriores y eso me hizo sonreír.

- ¿Por qué les diste esas miradas a mis hermanas? - preguntó Seiya, sorprendiéndome. Me esperaba cualquier cosa menos esa pregunta.

- Por qué creo que no solo Yaten necesita aclarar sus ideas. - dije con una sonrisa, que consiguió que Seiya entrecerrara los ojos. - ¿No has visto la cercanía de Taiki y Michiru?

- Pero... - comenzó Seiya, como pensando en algo, pero luego negó. - ¿Michiru? Pensé que pasaba más tiempo con Amy.

- No me parece - dije con una sonrisa suave. - ¿Qué...?

De pronto, Yaten apareció en la sala con una pequeña mochila en su hombro y yo la miré curiosa, cortándome a mitad de frase.

- Usagi - dijo Yaten con voz suave. - ¿Podrías decirme la dirección del apartamento de Haruka?

- Claro - dije con una sonrisa suave, mientras me separaba de Seiya para buscar una hoja y escribir. - Aquí tienes. ¡Ten cuidado! ¡No hagas nada que yo no haría!

- Ajam - dijo Yaten mirando entre su hermana y yo, consiguiendo que me pusiera nerviosa. - Acabo de enterarme que soy tía, así que déjenme hacerme a la idea antes de encargar otro a la cigüeña.

- ¡Yaten! - exclamé completamente roja, pero escuché la risa de Seiya, justo antes de que me rodeara con los brazos desde atrás, al mismo tiempo que dejaba un suave beso en mi cuello.

- No hago promesas en ese sentido. - dijo Seiya, consiguiendo que mi sonrojo pasara a ser un tono rojo en todo el sentido de la palabra. - Mi Bombón es demasiado irresistible, y me encanta.

- Puedes comerte a tu Bombón sin dejarla embarazada. - dijo Yaten maliciosamente. - Solo permanece como lo que eres hermanita.

- ¡Basta! - exclamé, completamente avergonzada, antes de escaparme de los brazos de Seiya hacia la habitación, sentía mi cara ardiendo y sinceramente, aunque sabía que lo estaban haciendo para molestar, estaba demasiado agobiada con todos los cambios y todas las cosas.

Las escuché hablar, pero no presté atención. Simplemente me desnudé, cogí una camiseta grande del armario que ahora sabía que había pertenecido a Seiya, junto con unas braguitas y me encerré en el baño. Llené la bañera, y aunque escuché a Seiya llamarme suavemente, no le respondí necesitaba un tiempo.

Amaba a Seiya, la había amado en el pasado, tanto como chica como chico. Me había vuelto a enamorar de ella cuando no la recordaba, pero sentía miedo de mis propios sentimientos. Ambas éramos una familia con nuestros bebes, pero realmente nos habíamos saltado el paso de ser una pareja, aunque nos conocíamos, por qué si miraba hacia atrás, todo el tiempo que había pasado con Seiya, prácticamente podría decirse que él me trataba como si fuera su novia, a pesar de mis quejas y protestas. Pero por eso mismo no sabía dónde estaba nuestra relación y no sabía cómo preguntar algo así, y luego estaba ese beso de antes, aún podía sentir su calor sobre mis labios.

Me metí en la bañera y dejé que la espuma que había creado me rodeara, mientras cerraba los ojos y me centraba en recordar, era tan agradable poder cerrar los ojos y recordar las cosas que echaba de menos, me sonrojé al recordar las dos noches con Seiya, ambas habían sido especiales, pero cuando recordé como la había atrapado en la habitación de mi hermano se me escapó una risa. Si mi hermano lo supiera me gritaría hasta el infinito y de pronto abrí los ojos con verdadera sorpresa.

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