Profundo

Hundido y atrapado (SanSan)

Prompt: hundido y atrapado

Fandom: Canción de Hielo y Fuego (saga); Juego de Tronos (serie televisiva)

Pareja: Sansa Stark y Sandor Clegane

Sinopsis: Sandor, el horrible perro del rey Jeffrey, es salvado por una hermosa criatura marina. 

¿Sabrá Sandor que en verdad, ha encontrado algo incluso más letal que el fuego?

Advertencias: Sirena Au; Muerte de personaje;  Lenguaje vulgar; Contenido explicito; Violencia; Hurt with out confort (dolor sin confort); no beta reader.

Nota de autor: como siempre, pido que tengas piedad de esta pequeña historia. No he podido evitar escribirla, puesto que estos son unos de mis personajes favoritos del mundo de George R. Martín.

No olvides dejar tu comentario, agradecería criticas constructivas que ayuden a que mejore mi trabajo.

Besos

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Hundido y atrapado

1

Sandor Clegane era el menor de los hermanos Clegane. En los Siete Reinos lo conocían como "El perro del rey". Era un guerrero implacable y sangriento, que luchaba como un perro rabioso, sin importarle absolutamente nada. Sin miedo, sin asco, hacia lo que su rey le ordenaba. Oh, pero no era por fidelidad realmente alguna. Un perro hace lo que su amo le ordena, nada más. Y a él, bueno, le encantaba matar.

No hay nada como matar, para Sandor. Y en este mundo de fuertes y débiles, era mejor empezar a verse como un fuerte y jodido asesino. Eso es lo que él había aprendido. Así es como había sobrevivido tantos años frente a la sombra de su enorme hermano.

Todos le temían porque sabían que el perro luchaba a morir y nada lo detenía. No parecía tener miedo, no parecía tener escrúpulo alguno. Es por eso que se sorprendieron cuando lo vieron retroceder, en medio de la trifulca, y tirarse de cabeza por la borda de la nave, con absoluto terror.

No lo sabían en verdad: Sandor le temía con todo su ser al puto fuego. ¡No pensaba morir quemado, nunca, ni siquiera por el puto rey!

Así que, mientras los hombres del rey perdían la batalla frente al tío insurrecto del rey, Clegane, en su insania, desertaba de la forma más bruta posible: tirándose al mar embravecido con la armadura completa.

-¡Que se jodan!- decía mientras se hacía camino entre los hombres que luchaban.

A un mocoso que intento detenerlo al grito del deber con el rey, Sandor lo empujó por la borda también, al grito enloquecido que no dejaba de repetir:

- ¡Que se jodan! ¡Que se joda el puto rey!-

Con armadura completa de acero, el agua pronto lo arrastró hacia abajo la superficie. Necio, ahora moriría ahogado por el agua en vez de calcinado por las llamas enemigas que tanto le recordaban al día en que su endemoniado hermano había quemado su rostro.

Luchó contra las olas mientras el agua entraba dolorosa por sus ojos, y le quemaba la nariz y la garganta. La salina cocinando sus heridas, mientras ola tras ola el mar trataba de arrastrarlo hacia su interior.

En su desesperación, chocó contra el costado de la nave enemiga.

Se golpeó la cabeza y antes que pudiera perder la conciencia, Sandor pensó: