El Arte De La Seducción

Capitulo 11

El amargo sabor, combinado con el ardor en su garganta fue el detonante para la perdida de conciencia del menor, un sabor intenso pero al mismo tiempo dulce recorrió su cavidad bucal, llenando de un consuelo al ardor que sintió hace un momento.

No fue una copa, ni dos las causantes de apreciar aquella delicia de alcohol llenado todo su interior de baijiu. Jamás había tomado, jamás había sentido ese amargo y ardoso dolor en su garganta. No había necesidad de hacerlo, no hasta ahora.

La toma que hizo de aquel sabor nuevo, fue de la manera más brusca, grotesca e idiota. Sólo bastaron 5 tomas para que el dolor en su cabeza comenzará a ejercerce y sintiera que todo era una alucinación, aquellos destellos rojos y verdes dificultaban su vista.

Las personas solo prestaban una milésima de segundo a mirar la forma tan inexperta del castaño para dar una mirada de desaprobación e ignorarlo. No era la primera vez que sucedía esto, siempre fue así, siempre las fiestas fueron así, la mínima atención que recibía era para ser criticado más de una vez por su forma de ser. No entendía sus propios sentimientos, la falta de confianza en si mismo, la falta de afecto, y de aceptación solo podían empeorar aquellos sentimientos negativos que se consumían una y otra vez llenando por completo la caja donde consigo guardarlos volviendo imposible que no terminará explotando.

Era difícil de describir los sentimientos que sentía, solo quería terminar como un idiota sin recordar aquel terrible día, solo quería llegar a casa y desparecer. No se podían explicar los sentimientos pero sus facciones volvían fácil la manera de entenderlos, pero nadie había ahí para interesarse en aquel castaño, en mirarlo y comprender por un momento sus sentimientos. En ese momento Yibo no existía y no le importaba a nadie. Excepto a una persona.

Si hace un momento sentía que le faltaba el aire justo ahora se sentía en medio del mar con una tormenta que no lo dejaba salir, sentía que una fuerza lo hundía dejando imposible su respirar. El calor abrumador no era el que el quería sentir. Con dificultad se levantó de la silla sintiendo cómo en un santiamén todo giraba demasiado rápido para volver a su lugar, tocó su rostro tratando evitar ese asqueroso sentir de querer tirar todo, cerró fuertemente sus ojos dando un gran suspiro, se mantuvo por unos minutos en aquella postura tratando de mantener aquellos líquidos y levantó el rostro, unos ojos llenos de perdida, sin brillo y una mueca ordinaria era lo que el mostraba, todo lo contrario a lo que siempre fue.

Antes de salir sintió la ráfaga de viento helado, lo pensó una vez en si salir con aquel infernal frío pero prefería todas estas cosas antes de arruinar la boda de su hermano. Solo cuatros pasos bastaron para salir del lugar cuando una fuerte tormenta amenazó el lugar, las grandes gotas no tardaron en empapar al pequeño, quien ya no podía esperar mas, miro una vez más hacia lugar y aunque personas lo miraron solo optaron por ignorarlo y seguir con sus sonrisas.

Por más que las lágrimas querían salir las reprimió, reprimió su dolor y las guardaría hasta llegar a su hogar a dónde tal vez era un remplazo de su hermano pero podría expresarse sin ser jugazdo un hogar que solo era un ilusión, pero finalmente vivía ahí.

Su cuerpo necesitaba la calidez, todo era tan helado, tan friolento, sus manos mantenían un sentir de frío y aunque la oscuridad cegaba su vista podría percibir que sus labios ya se habían tornado lila, tal vez un sutil lila pero al final era una respuesta a su cuerpo entumido. Podría ser que solo llevaba una hora afuera pero su cuerpo ya no resistía aquella heladez y necesitaban "si o si" un calor.

Intento regresar, en ese momento el dolor de su cuerpo ganó y quería regresar a ese incómodo lugar, sentir las manos del mayor abrazandole, dando su calidez. Pero el alcohol en su interior tomó el control de su cuerpo, no recordaba el camino que había tomado y la vista seguía tan nublosa con aquellos destellos, la oscuridad y las gotas que mojaban sus pestañas solo volvían más difícil su visión. Lo mejor sería quedarse ahí de no querer caer, pero también sería poner en peligro su yo, cualquier forma sería peligrosa y ninguna pintaba bien.