El Arte De La Seducción

Capitulo Final

En un gran universo el pequeño microbio se mira aún más achicado que en un mundo normal, una diminutez aún más pequeña que ella misma. Así se sentía YiBo, porque frente a él estaba su universo más allá de sus placeres se encontraba su primer amor. Y entre la infinidad de las palabras la más chica y sin sentido se encontraba en el interior de Zhan, meses de dolor y gritos ardientes son nulos a esos minutos de miradas sin interacción.

Jamás en su vida había esperado un reencuentro ahí, el se estaba desmoronando, dejando caer, cada pedazo que le conformaba, se estaba destruyendo y dando por vencido, y justo como un inicio, como sucedieron las cosas, Xiao Zhan, su maestro, su amante, lo veían con esos ojos que indicaban que el podía, Zhan vino a recogerlo, a detenerlo, Zhan se posicionó como su único pilar. Incontables noches dónde presionó y estrujó su corazón por sentir, por doler, por no comunicarse con él.

-Miles de noches sin ti, sin tu rostro, sin esa estúpida sonrisa, mil de noches extrañando tu piel, tu placer, mil noches gritando tu nombre, mil no...-

Las grandes manos que siempre fueron cálidas se acoplan en su cintura, tan perfecta. Las lagrimas caen sin interponerse en ese beso, las sensaciones son suaves, cada uno cuida los segundos al besar sus labios, un beso totalmente diferente como siempre fueron todos, un baile tranquilo, melodía dulce extrañando con inocencia sus placeres, sus cuerpos, sus miradas ardientes, ellos eran más que sexo, más que vulgaridades y obscenidades, eran la inocencia que aún estando "manchadas" era inocencia, porque el grabar porno no los hacía diferencia, disfrutar de sexo no los hacía menos, ellos seguían siendo los mismos, Wang Yibo y Xiao Zhan.

-¿Puedes hacerlo? Aceptaré cualquier respuesta-

La mejilla del menor se siente calida, apasionada y acojida, el está ahí, lo está mirando, lo besó, lo sintió, las mil noches de dolor no se comparan con las mil noches que sus labios crean en su interior.

Estaba bien si perdía la carrera, el ya había ganado algo mejor, y no era un simple sólido, era su primer amor, su único amor.

-Si no ganas mejor ni vuelvas-Ese sonido tan especial, se vuelve a oír y a partir de ahora jamás se apagará, ya no.

Los resplandecientes rayos pegan en su cuerpo y más tarda en mostrarse cuando las aluyas comienzan a escucharse, se siente la pasión y ahora el menor ya no tiene miedo, ese latido que hace unas horas sentía desaparece, siente que el puede, se siente invencible, un beso, no cualquier beso, un beso de Zhan, sonríe tras el casco y recita unas palabras.

-Es por ti Zhan-

Y las llantas rechinaron.

-Gracias por dejarme mirarlo, poder besarlo-Zhan sangra de su mano pero hace caso omiso, una herida no se comparaba con su YiBo.

-Gracias a ti por venir-Wang Shen se siente estúpido y mira todas las cosas que en su momento el mayor hizo por él, tan unidos y terminaban así.

Una amistad que ya no volvería pero el cariño siempre estaría ahí.

Entre gritos de alegría y triunfo el menor de los Wang solo sea escuchar una voz, la voz de su mayor, ganó, un sólido, pero al mismo tiempo un amor viejo e imposible que ahora se convertía en posible.

-Lo hiciste-

Su sonrisa jamás cambiaría y las horas en que lloró no serían compensadas con un solo abrazo, haría lo que fuera por detener a su Zhan, su rosa negra.

Esa noche seria buena

Porque podrán palpar su esencia y pondrán entrar sin miedo al túnel de la utópica promesa del amor, porque ése día serían libro abierto, en donde escribiran, te amo, pero también se escribió su pasión.