26. "Inmortal" (Final)

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De nueva cuenta era primavera, el invierno se había ido por fin y el frío comenzaba a desvanecerse; la fresca brisa del mar acariciaba mi rostro mientras mis pies descalzos eran sepultados por la arena que arrastraba el oleaje del mar. El silencio a mi alrededor era profundo y por primera vez en mucho tiempo mis pensamiento estaban en completa paz, la soledad ya no me hacía tanto daño como lo había hecho en el pasado, ya no existían recuerdos que lograran lastimarme, finalmente había logrado ser tan fuerte como siempre lo había deseado, y el temor se había desvanecido para siempre; a veces solo deseaba que todo esto no hubiese sido consecuencia de tanto dolor.



[Invierno]


-¡Jungkook! -desperté de golpe en una de las camas del hospital, había recuperado la capacidad de hablar y la claridad frente a mis ojos.

-¿Tae? -la voz somnolienta de Seokjin me hizo recordar que había pasado.

-¿D-Dónde esta? -el tono de mi voz había no disminuido ni un decibel- Tengo que verlo, necesito verlo -comencé a ponerme en pie, cuando un tirón seguido de un dolor punzante atacó mi brazo, pude ver que tenía una vía conectada pasando algún líquido transparente a mi sistema, y la confusión creció en mí.

-Tranquilo, aún no puedes levantarte -corrió hacia mi obligándome a regresar a aquella cama- Tienes que tranquilizarte -su voz sonaba compasiva, pero extrañamente tranquila, si las cosas habían terminado según recordaba, no entendía su actitud.

-¿Se ha ido, cierto? -mi respiración comenzó a acelerarse, el temblor en mis manos se hizo más evidente y la intranquilidad en mi mente comenzaba a gobernar de nueva cuenta- Tengo que verlo Jin -empujé sus manos lejos poniéndome en pie arrancando la aguja que penetraba mi piel, algo que inevitablemente me hizo gritar de dolor.

-¡Taehyung! -gritó al ver la sangre correr por mi mano, tomando mi brazo al instante intentando detenerme de nueva cuenta.

-¡Suéltame!, necesito verlo -lo empujé lejos de mí, caminando hacia la puerta cubriendo la herida en mi brazo con la otra mano- Necesito verlo -y aunque resultase imposible de creer, había roto en llanto una vez más.

-No puedes -se colocó frente a mí, colocando la espalda contra la puerta bloqueándome el paso.

-Puedo y lo haré, no me importa sobre de quien tenga que pasar -lo miré molesto- Así que mejor aléjate de la puerta de una buena vez -aquello había sonado con un tono profundamente rencoroso, como una amenaza de muerte.

-¡No! -su voz era seria, me tomó por los hombros y me hizo retroceder- Aunque  quieras no puedes verlo, no ahora -me sentó en la cama, no recordaba que tuviese tanta fuerza- Primero tienes que escucharme, escucharme y esperar -miró un instante mi brazo que se había teñido de rojo y la sangre fluyendo entre mis dedos, y negó soltando un suspiro- Él no se ha ido, no aun, y si todo sale según lo planeado pronto lo podrás ver -me dejó sobre la cama antes de llamar a una enfermera quien apenas entró y vio el desastre expresó la molestia que sentía en todas las formas posibles.

Nos habíamos quedado en silencio mientras aquella mujer trabajaba en limpiar y colocar de nueva cuenta el aguja en mi brazo, Seokjin caminaba con los brazos cruzados sobre el pecho, alrededor de la habitación buscando las palabras para decirme todo lo que creía necesario, mientras tanto yo no podía quitarle la mirada de encima, intentando entender lo que me había dicho unos minutos antes.

 -Listo, ahora mantente quieto y descansa -dijo la enfermera terminando de recoger todo a su alrededor y saliendo de la habitación. Seokjin se sentó frente a mí, sin despegar la vista del suelo, yo seguí con los ojos fijos en él.

Las Musas de Jeon Jungkook | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora