Capítulo 1

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Narra Samantha

Me levanto de la cama a duras penas, miro el móvil y no tengo ninguna notificación.

Ya hace seis meses que dejé a Stephen, han sido unos meses muy duros, los tres primeros no había día que no me llamase pero nunca le contesté.

-Buenos días gorda- me sonríe mi hermano.
-Lo serán para ti- gruño- tengo que estar a las 11 en el hospital-le informo.
-Lo sé, desayunamos y salimos para allá, ojalá hoy descubramos ya que es- dice emocionado.
-No deberías estar tan emocionado... Ya sabes que me estoy planteando la adopción.
-Aún te lo planteas, no es nada seguro y considero que ya estuve bastante tiempo disgustado con ello.
Suspiro y me dedico a comer las tortitas que me sirve.

Cuando llegamos al hospital miro en el papel de la cita a que puerta tengo que ir.
-Samantha...- susurra mi hermano dándome un codazo.
Levanto la mirada y veo que tiene cara de terror, sigo con la mirada hacia donde mira y de repente entiendo su cara de terror.

-Samantha- pronuncia él acercándose a nosotros.
Intento escapar pero me quedo como una estatua pegada al suelo.
-E...e...estás....- tartamudea.
-Embarazada, sí, hasta luego- intento empezar a caminar para salir de allí pero me agarra el brazo.
-Por favor, es....es...mío?-Stephen sólo mira mi barriga impresionado.
-Tengo que irme a la cita con el doctor Stephen no tengo tiempo para esto- ruedo los ojos.
-Sólo respóndeme, por favor- me mira a los ojos y veo en los suyos sorpresa y súplica.

Llevaba sin verlo desde que me fui de su casa, por lo que se hablaba se había ido de la ciudad, algunos decían que estaba preso y otros desintoxicándose.

-Si Stephen, ya tienes lo que querías, ahora suéltame y déjame irme por favor, voy a llegar tarde.

Suelta mi brazo sin dejar de mirar mi barriga.
-Po...podemos hablar cuando salgas?
-No tengo nada que hablar contigo.
-No estoy de acuerdo- dice señalando mi barriga.
-Llevas sin saber nada 6 meses, creo que puedes vivir sin saber nada el resto de tu vida.
-Yo no sabía esto, sino las cosas habrían sido muy diferentes.

Me río por no llorar y me encamino hacia la puerta del doctor al que me toca ir, Marcos, que ha permanecido en silencio todo el tiempo sólo me sigue sin pronunciar palabra.


-Bien... Parece ser que nos encontramos ante una niña...- mueve un poco la cámara y queda en silencio unos segundos- sí, efectivamente, es una niña y se ve tremendamente sana.

Marcos mira embobado la pantalla con una sonrisa de oreja a oreja y por supuesto yo también.

A veces, aún se me olvida que en mi interior se está desarrollando una vida, una vida que cree junto a Stephen...

De un momento a otro me echo a llorar y Marcos me abraza.

-Lo siento.... Es que...
- No tienes que disculparte, entiendo que es algo muy emocionante- responde el doctor pasándome una caja de pañuelos.

Y de pronto se escuchan gritos y se abre la puerta.
-Soy el padre de esa criatura, tengo derecho a entrar- escucho a Stephen.
-Señor sólo se permite un acompañante por paciente- le responde una enfermera.

Stephen gira la cara y nos ve, se acerca a la pantalla y se queda embobado.

-Stephen sal de aquí- le digo.

Él me ignora y sigue embobado mirando la pantalla y veo como sonríe.

-Doctor disculpe...- dice la enfermera.
-No se preocupe, váyase- responde el doctor un poco impactado por la situación.
-Es mi hijo, doctor? - pregunta Stephen sin quitar la mirada de la pantalla.
-Su hija señor, es una niña- responde asintiendo.
-Una... Una niña- repite él.
-Bueno la consulta se ha terminado, puede limpiarse con esto y levantarse- me dice el doctor pasandome un gran trozo de papel.

Entonces vuelvo al mundo al escucharlo, sin poder evitarlo me había quedado observando a Stephen, nunca me había imaginado esta situación, bueno si la había imaginado, pero no así y mucho menos pensaba que se haría realidad.

-Ya la has visto, ya te puedes ir- le digo a Stephen.

Él me mira porque la imagen ya desaparece de la pantalla, tiene los ojos algo vidriosos pero no quiero que eso me afecte, sin decir palabra sale de la consulta.

El chico malo 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora